Sinónimos castellanos
Constancia, perseverancia: Estas palabras significan dos de las más nobles y altas virtudes que pueden honrar al ser inteligente. Sin las dos palabras que van al frente de este artículo, no hubiera visto la luz del día ninguna de esas grandes creaciones que se han perpetuado en la veneración de la posteridad, y en que se han admirado otros tantos prodigios del hombre. A estas dos virtudes acontece lo que a la fe: para ellas no hay nada imposible. Si cualquiera viniese a consultarnos sobre lo que podría necesitar para acometer una grande empresa, nosotros le contestaríamos: necesitas tres cosas. -¿Cuáles son?- La primera es tener constancia. -¿Y la segunda?- Constancia.- ¿Y la tercera?- Constancia. Joven que vienes a la vida; tú que tienes el pie suspendido para entrar en los desengaños, en las luchas y en los dolores; si palpita en tu corazón una idea extensa y generosa; si Dios te concede el privilegio de querer dejar un gran bien a este mundo, saluda humilde y fervoroso a esos dos huéspedes ilustres de la conciencia humana; destócate, como si fueses a entrar a una iglesia, y pide a esos dos incansables obreros de un inmenso taller: el taller del espíritu. La constancia es la verdadera fortaleza del ánimo. La heroicidad de un deseo virtuoso. La constancia es el cumplimiento de la palabra, es la firmeza en la conducta, la consecuencia en la amistad. La lealtad en las opiniones, el estudio en la ciencia, la fe en la religión, la creadora de toda maravilla en el mundo. Con ella y la ayuda de Dios (que siempre ayuda a un ánimo constante) se tiene todo. Sin ella, no se tiene nada. Sin constancia, sin esa gota del alma del hombre que cae un día y otro día, todas las otras dotes, todas las otras prendas, son fuegos fatuos. Alumbran un momento, y cuando mas falta nos hace una luz entonces se apaga. La perseverancia es la misma constancia, convertida en costumbre, elevada a sistema de vida. La perseverancia es una vocación, casi un genio. La constancia es una verdadera alteza del hombre. La perseverancia es el patrimonio del santo, del apóstol, del mártir, del sabio, del héroe. En la empresa de los malvados hay temeridad, arrojo, impaciencia; hay la tenacidad atentadora del egoísmo y las ambiciones; constancia, no; perseverancia, menos. El pensamiento que gobierna al mundo no ha concedido esas dos altísimas dotes sino al genio de la virtud, de la sabiduría, de la belleza, del valor y de la santidad.
Armonía, cadencia: Armonía viene del griego harmonía, que significa acuerdo. Cadencia se deriva de latín cadere, caer y expresa también la idea de un efecto agradable. Se distingue estas dos voces en que armonía es el acuerdo de los sonidos, mientras que para producir la cadencia basta el murmullo. Los trinos de los pájaros forman armonías. El agua que cae de una fuente tiene su cadencia. La armonía es concierto, unión de melodías. La cadencia es sonoridad.
Arrodillarse, hincarse de rodillas: La persona devota se arrodilla ante la imagen de su devoción. Don Quijote, cuando se acuerda del soñado gigante a quien imaginaba partir por mitad del cuerpo, dice: “¿no será bien tener a quien enviarle presentado y que entre y se hinque de rodilla ante mi dulce señora?”. El mismo Don Quijote se hinca de rodillas ante el de la venta para suplicarle que le arme caballero y que le permita velar las armas en la capilla del castillo. Arrodillarse significa fe, veneración. Hincarse de rodillas supone obsequio, rendimiento, suplica, homenaje. Nos arrodillamos ante una cruz. Una madre se hinca de rodillas ante el juez que tiene en su mano la vida de su hijo.
Fuente: Sinónimos castellanos, de Roque Barcia.
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