Sinónimos castellanos
ANGOSTO, ESTRECHO: El cañón regular de una escopeta es un objeto regularmente angosto. Pero si lo quisiéramos hacer servir para alfiletero de mujer, no podríamos decir que era estrecho, sino diríamos acertadamente que era muy ancho. De modo que una cosa puede ser angosta sin ser estrecha. Vamos al caso opuesto. Un camino que tuviera la latitud que los caminos suelen tener, no sería un camino angosto, puesto que tenía la anchura regular, y lo que es regularmente ancho, no puede ser angosto, pero supongamos que por ese camino debe pasar un objeto de tal magnitud que no hay arte humano que lo haga caber. Entonces diremos que aquel camino, que no es angosto, es muy estrecho para la operación de que se trata.
De manera que, abrazando el ejemplo anterior, las cosas pueden ser angostas sin ser estrechas, así como estrechas sin ser angostas. Por consecuencia, estas dos voces son distintas, necesariamente distintas. Pero ¿en qué consiste la distinción? La distinción consiste en que angosto hace relación a las propiedades elementales de las cosas, mientras que estrecho se refiere a las necesidades del uso, a los accidentes de la opinión, a las alternativas de gusto, de capricho, de tiempo, de país, lo cual abraza un cúmulo de alternativas.
Lo angosto viene de una ley; todo tubo es un calibre angosto. Todas las gargantas de los montes son angostas; ayer como hoy, aquí lo mismo en el Polo Norte. Lo estrecho es una aplicación, una variedad, tal vez una rareza, quizá una extravagancia. Todo tubo es angosto, pero si de este tubo queremos hacer un instrumento para chupar, a guisa de barquillo, o tiene que ser aquel tubo muy angosto, o bien resultará que no es bastante estrecho para el oficio extravagante a que lo destina nuestro antojo.
Lo angosto está en la naturaleza. Lo estrecho está en el uso. Lo contrario de angosto es ancho. Lo contrario de estrecho es holgado. Estas dos palabras han sido uno de los asuntos que más han calentado la cabeza a los filólogos, por no haber distinguido lo artificial de lo natural. Dios ha hecho lo angosto. El hombre lo estrecho. Y por esto sucede que estrecho tiene aplicación en el sentido metafórico, que es un sentido artificial. Hombre estrecho, vida estrecha, vivir con estrechez. Claro es que cometeríamos un absurdo si dijéramos vida angosta, hombre angosto, vivir con angostura, porque angosto no está en las invenciones del artificio, sino en la realidad de la naturaleza.
GÓLGOTA, CALVARIO: Con ambos nombres designamos la humilde colina de la Judea en que tuvo lugar el sacrificio de la cruz, insignia augusta de la redención del género humano. Gólgota es voz hebrea. Calvario viene del latín cadere como calvez calvicie, que no es otra cosa que la caída del pelo. De modo que estas dos palabras no se diferencian sino en que calvario es la traducción española del nombre hebreo Gólgota, que significa calva. El monte Gólgota fue llamado así por no tener malezas en su cumbre, por estar raso o escueto; es decir, por tener calva la cabeza.
HONDO, PROFUNDO: En las ciencias fisicomatemáticas no se emplea la palabra hondo, sino profundo. Por consiguiente, hondo es vocablo vulgar; profundo es un vocablo técnico. Otro tanto acontece en el lenguaje metafórico, por cuya razón no se dice misterio hondo, sino que decimos misterio profundo.
LLEVAR, TRASLADAR: Llevar tiene una significación mas amplia que trasladar. Este último verbo requiere la indicación del sitio a que se lleva la cosa a que se alude. Cuando decimos que una recua lleva trigo, el sentido queda completo; pero no así cuando decimos que la corte se trasladó, porqué no hay en este caso sentido completo, si no se denota el punto a que sea hecho la traslación.
SOMETIDO, SUMISO: En el sometido obra la fuerza .En el sumiso obra la voluntad. El sometido gime. El sumiso inclina la cabeza. Sometido quiere decir violentado. Sumiso significa humilde y reverente. Si pudiera apurarse la verdad de las cosas, tal vez resultaría que el número de los sumisos no es tan crecido como parece. La sumisión es un cuerpo con muchas llagas, pero a nadie falta un harapo para ocultar la suya. Ambos nombres expresan la idea de estar debajo, submissum.
VIGILAR, VELAR: Vigilar se aplica a todas las acciones en que entra la idea de costumbre: es decir, de moralidad o de conducta. Velar se emplea con relación a todos los grandes intereses de la familia, de la sociedad y de la religión. Un padre vigila a su hijo para que no sea malo. Vela día y noche por su porvenir, para que sea venturoso. El sumo pontífice vigila las costumbres de los clérigos que le rodean. Velar por la propagación de la fe y por el posible fomento de la cristiandad. Puede darse dinero para que se vigile; hay que infundir deseos para que se vele. Podemos vigilar por oficios; no podemos velar sino en fuerza de grandes sentimientos y de altos y supremos deberes. Quien vigila no pega los ojos; el que vela no da reposo al alma.
FUENTE: SINÓNIMOS CASTELLANOS DE ROQUE BARCIA.
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