Opinión

¿Sindicalismo en Sidor?

La verdadera razón de ser del sindicalismo, es de tal naturaleza, que lo convierte, indiscutiblemente y sin excusa, en instrumento de lucha económica y justicia social.
jueves, 18 junio 2020

El día 10 de junio de este año, apareció PRIMICIA, un titular que decía: “Sidoristas plantean aumento salarial dolarizado”. ¿Acaso, no es Sidor una de esas empresas Básicas quebrada, con instalaciones vandalizadas, destruidas? Estoy seguro que muchos guayaneses habrían preferido ver un titular diferente, por ejemplo: “Trabajadores plantean reactivar la producción en Sidor”.

Analicemos: el objetivo principal de un sindicato, como todos lo entendemos, es luchar por obtener mejores reivindicaciones para sus afiliados. Pero este es un objetivo con mucha miopía. El verdadero sindicalismo, está concebido para perseguir fines superiores que trasciendan los límites de la discusión y mantenimiento de beneficios negociados y contenidos en un mero contrato colectivo.

La verdadera razón de ser del sindicalismo, es de tal naturaleza, que lo convierte, indiscutiblemente y sin excusa, en instrumento de lucha económica y justicia social, y su batallar debe realizarse, no solo en una mesa de negociaciones, sino incursionando también, en aquellos espacios políticos necesarios, sin alienarse (sin desnaturalizarse). Por tal razón, su responsabilidad es la de convertirse, -sin delegar esta función en el Estado o en los políticos-, en agente de cambio, tal y como fue concebido por nuestros maestros, para que, junto a la tecnología, puedan contribuir a la transformación de la sociedad, en áreas tales como el trabajo, la vivienda, la educación, el transporte, la salud y el medio ambiente.

De la misma forma, el sindicato, también es agente de cambio en relación a la productividad en las fábricas, responsabilidad que comparte con la gerencia y que se traduce en instruir a sus afiliados para que estos contribuyan al éxito de la empresa. Por ejemplo, el sindicato debe asumir la obligación de enseñar los valores fundamentales de comportamiento del trabajador, como lo son: “el orden y la limpieza, la responsabilidad”, “la puntualidad”, “el compromiso”, “la seguridad” y “la cooperación”, entre otros.

El sindicato y los trabajadores, son tan responsables como la gerencia, por la producción y su calidad. Entonces, siendo está la filosofía racional, lógica del accionar sindical, ¿Cómo es posible que estás Empresas Básicas y Sidor en particular, hayan sido destruidas, sin que se elevara una vigorosa y sostenida voz de protesta de los trabajadores y de sus sindicatos? ¿Y cómo es posible que una representación laboral, hoy, se atreva a solicitar aumento salarial, dolarizado, sin antes cumplir con el fundamental objetivo, que es el de producir más y mejor?

Este señalamiento no es un reproche; ¡es una realidad! Una empresa, en circunstancias normales, ¿De dónde obtendría los recursos financieros para pagar salarios y muchas otras obligaciones? Quizás el error de nuestra sociedad, es que no tenemos escuelas para formar sindicalistas, como tampoco las tenemos para formar padres.

Nunca se ha señalado que este sacrificado rol (el del líder sindical auténtico), requiere pasión para su desempeño; pero igualmente, debe saber, lo cual requiere estudios y mucha experiencia para poder tomar acertadas decisiones. Tampoco, nadie les indicó, que como requisito fundamental, un sindicalista debe ser muy activo, debido a sus múltiples y variadas funciones.
Finalmente, los sindicalistas, debido a ese carácter de líder que poseen, deben ser personas muy honestas, íntegras, responsables, honorables, entre algunos otros atributos. En esencia, ellos deben ser un modelo a seguir, pues forman o enseñan con el ejemplo y por tal razón, el estricto cumplimiento de todos estos principios éticos, consolidarían su carácter y les daría brillo a su liderazgo.

De forma tal que, reconstruir nuestras plantas, arrancarlas y hacerlas productivas, no sólo requiere de gas natural abundante, gran cantidad de energía eléctrica confiable, materias primas variadas, equipos y herramientas diferentes; sino también, se hace imperativa la dotación de sólidos y experimentados cuadros gerenciales bien articulados, y una fuerza laboral muy entrenada, coordinada y dirigida, no solo por quienes tienen la responsabilidad natural de supervisarlos, sino por una dirección sindical honesta, inteligente, de prestigio y bien formada.

La combinación de estos recursos financieros, tecnológicos y humanos, con seguridad, garantizará el éxito operativo y comercial de esta industria y de la región. La selección de un macro equipo integrado, capaz y honesto para operar armónica y exitosamente este parque industrial, permitiría pagar, no solo unos buenos salarios, sino también en moneda extranjera, si ese fuese el caso.

Así que se hace necesario un cambio de actitud por parte de las organizaciones sindicales, de los trabajadores y de los gerentes también, para hacer realidad este juego de “ganar, ganar”. Recordemos que si deseamos un cambio, en nuestro país, nosotros deberemos ser los primeros en cambiar también.

Manuel García Tamayo fue presidente de la Federación Marítima de Venezuela
Vicepresidente de la Unión de Oficiales de la Marina Mercante del estado Bolívar
Gerente de Relaciones Industriales de Interalúmina
Gerente de Relaciones Industriales de Venalum
Director de Recursos Humanos del Grupo Monaca y empresario, entre otros.

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