Semana en domingo
Fratricidio
Por estos días la lucha política es más feroz entre los dirigentes de la oposición, que de éstos contra el régimen de Maduro. Es una lucha fratricida, contra cualquiera que logre sacar la cabeza por encima de los demás.
El que se mantenga en el montón, estará a salvo de los ataques de sus propios compañeros, pero solo hasta que se atreva a sobresalir un poco, asumiendo cierto grado de dirigencia.
El más atacado, más por la oposición que por el gobierno, es Guaidó, que se atrevió a asumir el liderazgo de la población que adversa al chavismo, abriendo un camino inédito y que ni siquiera se imaginaban quienes hasta ese momento eran líderes del descontento.
Lo de Guaidó sorprendió a todo el mundo, y en un primer momento contó con un buen respaldo de su gente, pero al pasar el tiempo comenzaron a reclamarle no haber logrado sacar a Maduro.
A eso se sumó, los lamentables incidentes de Cúcuta, en donde dirigentes de su entorno fueron grabados derrochando dólares en burdeles, con el dinero que había sido donado para luchar contra el régimen.
Y además de las críticas a Guaidó, está la lucha por el liderazgo entre los dirigentes de oposición, que tiene como telón de fondo la candidatura presidencial, si se logra una transición.
Esto ha llegado a tal punto, que algunos analistas aseguran que en este momento Guaidó tiene más aceptación en el ámbito internacional, que entre los dirigentes y pueblo opositor en el país.
Poco a poco, esta lucha en los cogollos de la oposición, ha logrado permear hacia abajo, provocando un descenso en los niveles de aceptación de Guaidó, tal como lo muestran las distintas encuestas de estos últimos meses.
Antes, mientras más recios eran los ataques del gobierno contra Guaidó, mejor era su posición en las encuestas, pero ahora, lo que no logró el gobierno contra él, lo está logrando la propia dirigencia opositora.
En este escenario, lo que más provoca desesperanza en la población opositora no es lo que haga o deje de hacer Maduro, sino la profunda división en el seno de su dirigencia.
La gente entiende perfectamente que sin unidad aquí no hay vida ni futuro y eso es lo que más duele.
Hay una abrumadora mayoría opositora, pero eso de nada sirve porque quienes deberían encauzarla, están más ocupados echándose cuchillo entre ellos que en buscar caminos para salir de esta crisis, que es la peor que pudimos imaginar jamás.
Y como era de esperarse, tampoco hay unanimidad respecto de la posibilidad de que se prolongue la vigencia de la actual Asamblea Nacional, porque el sector de la oposición que va a participar en las elecciones de diciembre, obviamente reconocerá el nuevo parlamento que se elija.
Y entre los candidatos a diputados, hay varios que forman parte de la Asamblea actual y votaron para elegir a Guaidó. De manera que en el caso de que Guaidó decida prolongar su mandato como presidente de la actual Asamblea Nacional, habría que ver si en realidad cuenta con los votos necesarios para hacerlo. No está fácil.
La hora de las chiquitas
Al final de este mes vence el plazo de la exención otorgada por las sanciones de Estados Unidos, para que Pdvsa pueda negociar con algunas empresas petroleras internacionales.
Vencido este plazo, la petrolera venezolana solo podrá negociar con las empresas y países que sean capaces de desafiar esas sanciones. Los analistas consideran que tal como están las cosas en el mundo petrolero, los únicos países que pudieran seguir comprando o vendiendo petróleo y derivados con Pdvsa, son Irán y Corea del Norte.
China pudiera seguir haciendo negocios con Pdvsa, pero los expertos opinan que sería solo para terminar de cobrar la deuda por los préstamos que hizo a Venezuela para cobrarlos con petróleo.
Y el caso de Cuba ya sabemos que no es para negociar nada sino para seguir recibiendo gasolina, con la que el país le paga los servicios médicos contratados por Maduro.
Las empresas rusas decidieron suspender sus relaciones comerciales con Pdvsa, incluyendo las que tienen como accionistas al gobierno de Putin, aunque no se ha determinado si habrá alguna exención de las sanciones de Trump, para que Rusia pueda terminar de cobrar con petróleo, la deuda pendiente.
Todo esto complica mucho la venta del crudo que produce Pdvsa que, aunque son unos 350 mil barriles diarios, tiene que sacarlos del país porque además ya no hay en donde depositarlos, agotada como está desde hace meses su capacidad de almacenamiento.
Según los expertos, si Pdvsa no puede exportar su crudo, llegará un momento en el que tendrá que reducir aún más su producción, con la posibilidad de que tenga que limitarla a lo que pueda refinar, que estiman que en el estado actual de las refinerías no sería mucho más de 100.000 barriles diarios.
Algunos analistas vislumbran la posibilidad de que el gobierno pida una exención parcial de las sanciones, por razones humanitarias debido a la pandemia, para intercambiar crudo por comida y medicinas, mediante un acuerdo con la mediación de Naciones Unidas.
La otra salida sería que China y Rusia, que tienen poder de veto en la ONU, decidan desafiar las sanciones de Estados Unidos contra el gobierno de Maduro y sigan negociando con Pdvsa.
Pero habría que preguntarse si el peso geopolítico del país, con el gobierno actual, es tan importante en el mundo, como para que China y Rusia decidan jugársela contra las sanciones de Trump, corriendo el riesgo comercial y financiero que ello implica.
Dos tercios del comercio mundial de alguna manera tiene algo que ver con Estados Unidos, y el dólar es prácticamente la moneda mundial.
Tropas extranjeras
Lo último que uno pudiera desear es que en nuestra patria haya una guerra librada por tropas extranjeras, trasladando para acá el enfrentamiento que hay en otros países, entre las grandes potencias.
Mucha gente aterrada frente a lo que pudiera augurar la presencia de tropas rusas en nuestro territorio, y desde hace años tenemos aquí militares cubanos.
Pero muchos de quienes expresan asombro y temor por la presencia de militares rusos, al mismo tiempo anhelan una intervención militar norteamericana. En otras palabras, es malo que vengan militares rusos, pero es bueno que vengan militares de Estados Unidos.
Lo que tenemos que plantear es que no haya militares de ningún país, porque los problemas políticos los tenemos que resolver los venezolanos, sin necesidad de intervención militar extranjera.
Es criticable la presencia de militares rusos, pero de igual manera tendríamos que rechazar la presencia de marines norteamericanos. Los venezolanos tenemos que ser capaces de resolver nuestras diferencias sin necesidad de intervención militar extranjera, que nos imponga una salida.
Entiendo perfectamente el peligro que significa la presencia de militares rusos, pero al mismo tiempo rechazo que muchos de quienes lo critican, claman por una intervención de los marines norteamericanos.
CUATRO
Uno. El expresidente de Uruguay Pepe Mujica, renunció como senador diciendo que el coronavirus lo retiró de la política, porque tiene una enfermedad crónica que le reduce su sistema inmune y lo hace vulnerable al virus. “La política es básicamente contacto con la gente, y eso ya no lo puedo hacer. Pero me marcho sin odios, porque hace años, en una dura lección, la vida me enseñó que el odio estupidiza, porque impide razonar bien”. Como siempre, este viejito diciendo verdades como un templo.
Dos. Viene Navidad, que como es de suponer será de las peores que hemos pasado en décadas. Pero hay que desear que este año se vaya lo más rápido posible, porque ha sido terrible, como buen año bisiesto que es. Que se vaya este 2020, para ver si el año que viene las cosas mejoran. Y hay buenas posibilidades de que sea así, porque es difícil que cualquier otro año sea peor que este, durante el cual nos ha pasado todo lo que nos podía ocurrir. Bien lejos con este 2020.
Tres. Son confusas las proyecciones sobre el resultado de las elecciones norteamericanas. Por una parte, las encuestas dicen que según la intención de voto gana Biden, pero al mismo tiempo, una mayoría cree que va a ganar Trump. Igual pasó en las últimas elecciones: según las encuestas ganaba Hillary, que sacó más votos populares, pero la presidencia la ganó Trump. Pero lo importante es que por lo que han dicho ambos candidatos, la política hacia el gobierno de Maduro seguirá sin cambios, gane quien gane.
Cuatro. El vandalaje está desmantelando impunemente naves de las industrias básicas, ante la pasividad de las autoridades responsables de cuidar esas instalaciones que, aunque paradas, son parte del patrimonio público. En Alcasa lo que falta es que se terminen de llevar los techos de los galpones, porque ya se llevaron instalaciones eléctricas, baños completos, tuberías, postes de aluminio y todo cuanto puede tener algún valor.
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