Semana en domingo

El día después de no votar
No hace falta ser pitoniso para imaginar lo que pasará al día siguiente de las elecciones parlamentarias, si la mayoría de los opositores a este régimen no acuden a votar. En primer lugar, el gobierno tendrá mayoría en la Asamblea Nacional y la oposición habrá perdido un importante bastión en la lucha para que nuestro país recobre su democracia plena. Porque las elecciones, que son un mandato constitucional, se van a realizar con o sin la participación de la oposición, sea total o parcialmente. Es más, si toda la oposición legítima se negara a participar, como pasó en 2005, el CNE realizará las elecciones solo con los candidatos del Psuv y los que inscriba como “opositores” que nunca han sido capaces de rechazar una oferta semejante. Al día siguiente, en ese supuesto, el régimen proclamará su resonante victoria y dirá que la elevada abstención se corresponde en primer lugar con las cifras tradicionales en este tipo de elecciones y además por el temor al contagio del virus chino. Jamás aceptará que casi todo el país se negó a votar en rechazo a un CNE designado por el TSJ y no por la AN. Ni por asomo se planteará la posibilidad de una renuncia, o convocatoria a elecciones presidenciales, ni nada por el estilo, aunque la nueva Asamblea haya sido elegida por un mínimo porcentaje de la población. Dejar de votar no servirá para nada, como no sea para cederle al régimen el único y último bastión que le queda a la oposición. ¿Y cómo creen que el régimen le presentará al mundo, un triunfo aplastante en las elecciones parlamentarias? ¿En qué condición quedaría Guaidó, aferrado al dudoso argumento de que esta Asamblea Nacional prolonga su período, más allá de lo que establece la Constitución, hasta que haya elecciones a satisfacción de la oposición? ¿Aceptarán ese argumento todos los países democráticos y de derecho, que lo han estado apoyando hasta ahora?

En cambio, si votamos todos
Una nueva victoria aplastante en la Asamblea Nacional, ratificará de manera clara ante el mundo, que la mayoría de la población rechaza al gobierno y clama por nuevas elecciones presidenciales. La oposición conservará el bastión de libertad que es la Asamblea Nacional, y podrá considerar la posibilidad de que Guaidó puede seguir actuando con el reconocimiento de decenas de países, como presidente interino. Si el régimen logra mayoría en la Asamblea, desaparecería todo el basamento sobre el que se ha montado lo de Guaidó. Pero además, una victoria aplastante en la Asamblea aclara el camino para las elecciones de gobernadores y las de alcaldes, y lo que es más importante, comienza a mostrar lo que pudiera ser el resultado de un referéndum revocatorio, a comienzos de 2022. La única arma que le queda a la oposición aquí, es ser mayoría, pero eso solo sirve en unas elecciones. Una mayoría pasiva no sirve de nada, como está ocurriendo en este momento, salvo para que se exprese por las redes sociales o en conversaciones privadas y en algunos medios. La mayoría que tiene la oposición es una herramienta formidable, pero solo si sirve para ganar elecciones. Una mayoría de opositores, rumiando su malestar metidos en sus casas, es absolutamente inútil. Eso lo sabe el gobierno y por eso hará todo lo que esté a su alcance, y más allá, para aumentar la abstención, que es la única manera que pueda ganar estas elecciones parlamentarias. Lo lamentable es que una parte de la oposición se preste a un juego que al único que beneficia es al gobierno y que encima tenga los riñones de calificar de traidores a quienes quieran votar. El gobierno sigue teniendo éxito en su estrategia de mantener dividida a la oposición, que tampoco le cuesta mucho por la lucha interna que esta sostiene para definir su liderazgo.

Gasolina
No creo en las versiones que circulan por las redes, asegurando que el cierre de las estaciones de servicio esta semana no fue por la radicalización de la cuarentena sino porque se está terminando la gasolina que llegó desde Irán. Es que 1,5 millones de barriles son casi 250 millones de litros de gasolina que no pueden haberse gastado en tres semanas. Además, dirigentes sindicales petroleros están diciendo que se están refinando 30 mil barriles diarios, lo que por sí solo bastaría para cubrir el consumo diario durante la cuarentena. En mi opinión hay gasolina, pero el gobierno decidió restringir el abastecimiento esta semana, para obligar por esa vía adicional a cumplir la cuarentena. El problema es que por las redes se suelta cualquier loquera, y la gente la cree y se desespera. Hay quienes se pasan todo el día inventando por las redes, sin medir el estrés que sus mentiras generan en una población, que ya de por sí está al borde de la locura por todos los problemas que tenemos encima.

Cuatro
Uno. Ayer fue el Día del Periodista, pero creo que en materia de nuestra competencia, las cosas no están precisamente como para celebrar. Lo que conviene en esta fecha, sería un llamado a todas las autoridades, a que entiendan la necesidad de permitir el ejercicio de un oficio dirigido a informar de manera veraz y oportuna al pueblo. Mientras el periodismo sea ejercido en el marco de nuestras leyes, tiene que haber plena libertad para practicarlo. Eso sí, un abrazo solidario a todos los colegas, sobre todo a quienes están en la calle diariamente, batallando para brindarle información al pueblo.

Dos. Hay que estar pendientes de los acontecimientos políticos de Guyana, que en cualquier momento se puede quedar sin gobierno legítimo y caer en una situación de caos general, y nosotros estamos al lado y en pleno litigio por el Esequibo. Esta semana le quiero dedicar todo el espacio de Bitácora, a detallar la situación política que vive el vecino oriental.

Tres. Mucha gente sigue saliendo a la calle sin la mascarilla, corriendo el riesgo de contagio con el Covid 19. Por estos días hubo una protesta en la avenida Manuel Piar de San Félix, y la mayoría de quienes estaban en ella no tenían mascarilla. Basta que alguien tenga el virus, aunque sea asintomático, para contagiar a varias personas, que a su vez pueden multiplicar el contagio. Esto hay que tomarlo en serio, porque el Covid mata.

Cuatro. Hay que defender el Esequibo, que es venezolano, pero probablemente Guyana no se habría aventurado a disponer de las riquezas de ese ese territorio, incluyendo sus aguas costeras, si Chávez no hubiera dicho, hace 12 años, que no se oponía a que Guyana aprovechara esos recursos. La televisión guyanesa ha repetido esa imagen de Chávez hasta la saciedad, intentando justificar el abuso de haber otorgado concesiones a la Exxon, para explotar yacimientos petroleros y de gas que están en la plataforma continental, frente a las costas del Esequibo venezolano. A lo mejor no lo dijo en el sentido que lo entendió el gobierno de Guyana, pero las consecuencias fueron nefastas para nuestros intereses. Hoy todos tenemos que estar unidos en la defensa de ese territorio, que es parte de nuestro país, por encima de cualquier diferencia de tipo ideológico o partidista.

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