Semana en domingo
Dilema crucial
La evolución de nuestra crisis política nos ha llevado el dilema crucial de elegir entre aceptar el CNE designado por el TSJ y acudir a las elecciones, o rechazarlo y no votar en las próximas elecciones parlamentarias, lo que repetiría el escenario de 2005, que dejó la Asamblea Nacional en manos del chavismo, con el campo abierto para que montara el parapeto legal que le dio el control absoluto de todos los poderes del Estado. Dirigentes de la oposición alegan que el escenario no es el mismo que en 2005 y que la abstención masiva dejará en evidencia el rechazo a este nuevo CNE y ello debilitará a Maduro y aumentará el aislamiento internacional de su gobierno. Estamos ante un dilema crucial, porque según los argumentos puestos sobre la mesa, si votamos validaríamos unas elecciones en las que según destacados dirigentes de la oposición el gobierno hará trampas, y si no votamos le entregamos la Asamblea Nacional al gobierno, como dicen en bandeja de plata. Que la comunidad internacional desconozca los resultados de estas elecciones, si la oposición no participa, es cuestionable, en primer lugar, porque habría que definir cuál es la oposición que no participa, porque ya es indudable que varios partidos van a inscribir candidatos, lo que en principio impediría que se pueda decir que “la oposición” no participó, como si se tratara de una sola, férreamente unida. La otro que sin duda utilizará como argumento el gobierno, es que, en las elecciones parlamentarias de 2015 que ganó la oposición, el CNE fue igualmente designado por el TSJ, por la misma omisión parlamentaria alegada ahora, con el elemento adicional de que en aquella oportunidad había un solo rector de la oposición, y ahora hay dos. El otro argumento que alegan quienes proponen no votar, es que una abstención masiva debilitará al gobierno, asumiendo que estamos en una situación similar a la de países europeos, que renuncian solo porque las encuestas muestran una mayoría descontenta con su gestión. ¿Y cree alguien que Maduro no sabe perfectamente cuál es el nivel de rechazo a su gestión? ¿Alguien en su sano juicio cree que Maduro va a renunciar porque la mayoría de la población lo rechaza? Los hechos demuestran que, aunque vote solo un 30 por ciento de la población, el gobierno la considerará legítima y no se moverá para nada hacia una transición y mucho menos hacia la posibilidad de una renuncia de Maduro. Y un elemento adicional que no se puede ignorar es que por la pandemia el índice de abstención de todas maneras crecerá, lo que le permitirá al gobierno decir que la gente decidió no votar por temor al contagio del Covid 19 y no por el llamado de los abstencionistas.
El rector Gutiérrez
José Luis Gutiérrez Parra, es dirigente de AD y hermano de Bernabé Gutiérrez, uno de los principales líderes de ese partido y durante años mano derecha de Henry Ramos Allup. Es abogado con varios títulos de cuarto nivel y tiene 10 años en el CNE, en donde era director de Promoción y Participación Electoral cuando fue designado rector por el TSJ. Hasta unos días antes de ser designado por ese máximo tribunal, era el candidato de AD para ser elegido rector, en el acuerdo que se adelantaba con el chavismo en la Asamblea Nacional. Si era el candidato de AD en ese acuerdo, ¿cómo se puede decir ahora que no es opositor, porque fue designado por el TSJ? ¿Es otra persona, o es el mismo que iba a entrar como rector, pero designado por la AN? Y obviamente, si era el candidato de AD para integrar el CNE, tiene que haber tenido la aprobación de Ramos Allup, que ahora, arrecho con Bernabé, dice que ese no es candidato de AD. Ramos Allup quiere empujar a Gutiérrez hacia el lado del gobierno, en lugar de sumar apoyos para que la oposición mejore las condiciones de una elección transparente y propiciar otra victoria como la del 2015.
El virus chino sigue por allí
No es ocioso insistir en que la cuarentena no elimina el virus chino, sino que reduce el crecimiento del número de contagiados y hace posible que la capacidad hospitalaria pueda atenderlos gradualmente. Si no hubiera cuarentena, los contagiados colapsarían los sistemas de salud, y el número de muertos sería mucho mayor porque muchos enfermos no podrían ser atendidos. Fue lo que pasó en Guayaquil, en donde la gente moría en la acera frente a sus casas, porque no había posibilidad alguna de ser atendidos en los hospitales. El virus seguirá contagiando durante varios meses más, hasta que se logre desarrollar una vacuna, o un tratamiento efectivo. El llamado entonces tiene que ser a cumplir las normas de protección, como mascarilla, distanciamiento social y lavado frecuente de manos, así como quedarse en casa o solo salir de ella cuando sea estrictamente indispensable. Incluso las visitas de familiares tienen que ser evitadas, porque uno no sabe quién puede tener el virus sin síntomas visibles y contagiar a toda la familia, como está pasando con viajeros procedentes de Colombia y Brasil, que lograron burlar los controles sanitarias en la frontera y llevaron el Covid 19 hasta la casa de un familiar que lo recibió, sin advertir el peligro.
Cuatro
Uno. Hay cualquier cantidad de cálculos acerca del ingreso que está recibiendo el gobierno por la venta de gasolina a 50 centavos de dólar el litro. Algunos hablan de 60 millones de dólares mensuales, pero para eso las 200 estaciones de servicio que lo hacen tendrían que tener colas, y la mayoría de ellas no las tienen. Un experto dice que atendiendo 150 carros diarios cada una de esas 200 bombas, el ingreso mensual para el gobierno no pasa, en el mejor de los casos, de entre 25 y 30 millones de dólares mensuales, que tampoco son malos en medio de la pelazón que tiene en este momento.
Dos. La única manera de flexibilizar la cuarentena es que la población acate masivamente las medidas de protección contra el contagio del virus chino, cosa que no está ocurriendo, sobre todo con nuestros jóvenes, que creen que esto es juego. Es frecuente verlos reunidos en las áreas sociales de urbanizaciones y edificios, sin tapabocas y mucho menos guardando el distanciamiento físico. O tomamos esta pandemia en serio o mucho me temo que vamos a tener que lamentarlo amargamente.
Tres. En medio de la tragedia social, económica, política y sanitaria que vivimos los venezolanos, es una bendición la beatificación del doctor José Gregorio Hernández Cisneros, que dedicó su vida a la atención gratuita de enfermos pobres. Fue emocionante ver el momento cuando desde una ventana de El Vaticano despliegan un pendón gigante con la imagen de José Gregorio, vestido son su bata de médico, y con el eterno semblante que refleja su bondad espiritual. Luego de graduarse en la Universidad Central de Venezuela, fue becado para especializarse en Paris. Hablaba perfectamente inglés, francés y portugués, y tenía buen dominio de portugués y latín. Fue pionero en el uso del microscopio para diagnóstico clínico en nuestro país y uno de los fundadores de nuestra Academia Nacional de Medicina. ¡Que José Gregorio, desde su proximidad con Dios, ilumine nuestro camino hacia la libertad!
Cuatro. Mario Silva dijo en su programa de TV que ya están haciendo pruebas en una de las refinerías de Paraguaná, aunque no precisó si se trata de Amuay o Punta Cardón. Adicionalmente, dirigentes sindicales de Pdvsa dicen que ya se están produciendo unos 30 mil barriles diarios, lo que de ser cierto, junto a lo que queda de la gasolina que llegó desde Irán, garantiza abastecimiento por varias semanas más. Pero además, López Obrador declaró que están dispuestos a suministrar toda la gasolina que sea necesaria en nuestro país, y los iraníes reiteraron que enviarán toda la gasolina que necesitemos, que por otra parte les sobra porque las sanciones de Estados Unidos les cierra las posibilidades de venderla.
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