Opinión

Semana en domingo

Es indudable que haber logrado mayoría en la Asamblea Nacional es el mayor avance que la oposición ha tenido en estos últimos años.
domingo, 14 junio 2020

El voto y el CNE

Durante estos últimos 20 años, los venezolanos opuestos al proyecto chavista lo hemos intentado todo para reinstalar la plena democracia, sin lograrlo. La única arma que nos queda para salir de este gobierno, es el voto, mientras haya elecciones. Ahora el TSJ declara la omisión legislativa de la AN, designa una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral, un hecho que hay que considerar irreversible en esta xituación, y de inmediato parte de los opositores dicen que no van a votar alegando que no hay condiciones.

¿De qué condiciones hablan? ¿Piensa alguien que Maduro va designar una mayoría de rectores de la oposición, cuando sabe perfectamente cómo está el rechazo a su gestión al frente del gobierno? Antes, entre los 5 rectores del CNE, había uno solo de la oposición y ahora hay dos, por lo que, en todo caso, si de mejores condiciones se trata, estas tendrían que ser mejores. También es obvio, y está ratificado en las encuestas, que este es el peor momento del chavismo en cuanto a respaldo popular y que solo contaría con los que están atados al aparato oficial.

El principal argumento de la oposición, que además es la regla de oro de la democracia, es que la mayoría de los venezolanos rechaza el proyecto chavista, y mucho más a Maduro. Para que sea realmente valedero, tiene que ser ratificado por el voto en unas elecciones, porque las encuestas por sí solas no valen para cambiar un gobierno por un supuesto rechazo popular. ¿Qué este nuevo CNE no ofrece garantías de unas elecciones transparentes? No lo entiendo, porque hemos ido a elecciones con un CNE peor y hemos ganado.

Hay quienes quieren imponer condiciones para ir a votar, cuando es todo lo contrario: solo podremos imponer condiciones cuando hayamos demostrado en unas elecciones, que la oposición es una mayoría aplastante. Solo arrasando en las elecciones legislativas, de gobernadores y alcaldes, podremos tener fuerza suficiente, innegable y determinante, para abrirle camino a una transición voluntaria o en todo caso a un referéndum revocatorio. Si estamos seguros de tener una abrumadora mayoría, como lo refrendan todas las encuestas, ¿Cuál es el temor a ir a unas elecciones, en las que, aún quitándonos unos miles de votos, el gobierno va a perder? Hay que recordar que ya una vez, de manera históricamente errónea, decidimos no participar en las elecciones legislativas, lo que le dejó el camino libre al chavismo para que montara el tinglado legal que le permitió controlar todos los poderes del Estado. Y por eso estamos como estamos.

Por todo ello creo que no deberíamos renunciar a la única arma que nos queda, que es el voto. Si la oposición le vuelve a ganar la AN, Maduro podrá inventar lo que quiera, como lo ha hecho en otras oportunidades, pero lo medular es que perdió una elección y se acentuará el respaldo internacional al legítimo parlamento venezolano. Por supuesto, habría que intentar tener las máximas garantías posibles para que el proceso se realice dentro de una relativa igualdad de condiciones.

Pero como dije, por muchas argucias que inventen, si el pueblo que está en desacuerdo con esta forma de gobernar, llena de votos las máquinas electorales, aquí no hay truco que valga. Es indudable que haber logrado mayoría en la Asamblea Nacional es el mayor avance que la oposición ha tenido en estos últimos años, lo que mejoraría mucho si se logra aumentar esa mayoría en estas próximas elecciones, que de paso se van a realizar de todas maneras, con, o sin la mayoría opositora. Ya se dijo una vez, pero ahora tiene más vigencia: Quedarse en casa es votar por el régimen, que tiene el poder, pero como no tiene mayoría de votos, necesita que no vayas a votar.

Venalum

Este jueves 10 de junio Venalum cumplió 42 años de haber iniciado su producción de aluminio primario, en una actividad en la que llegó a ser la reductora más grande del mundo. Con motivo de este aniversario, BITACORA publica los detalles más importantes de las reflexiones de quien fuera su presidente por varios años, el ingeniero Enrique Castells, considerado uno de los mejores expertos en aluminio a nivel internacional y por ello asesor de varias importantes empresas del ramo en el mundo.

– Venalum fue construida en tiempo récord, con una inversión de 2.000 dólares por tonelada, que es el menor costo en el mundo, ya que el promedio es de 3.500 dólares por tonelada.

– El aporte de capital del Estado venezolano fue de solo 200 millones de dólares, y el grueso de la inversión fue una venta de metal a futuro a los socios japoneses, por 2.000 millones de dólares, que para esa fecha fue el mayor contrato de venta de aluminio en el mundo.

– Venalum ganó en 5 años 600 millones de dólares, es decir, cinco veces el aporte de capital del Estado venezolano.

– En esos 5 años, Venalum pagó 250 millones de dólares en impuestos a las rentas nacionales.

– Fue calificada como la 12° empresa más rentable del mundo.

– Era considerada una de las plantas más limpias del mundo, a pesar de tener una planta de carbón, que genera muchos desechos.

– Construyó el polideportivo más grande del país fuera de Caracas.

– Construyó la colonia vacacional Tarabacoita en las costas del estado Sucre, para disfrute de sus trabajadores. Castells recuerda que un trabajador que pasaba sus vacaciones en esas instalaciones le dijo “Este es el único sitio en el que un pobre se siente como si fuera rico”.

– Por varios años, Venalum produjo 430 mil toneladas anuales de aluminio primario, con una pureza de 99,9 por ciento, algo que es inusual en la industria mundial del ramo.

– El salario que pagaba a sus trabajadores eran 300 dólares mensuales, con seguro de salud. Los juguetes que regalaba a los hijos de los trabajadores siempre eran los mejores de la zona. Hoy ganan 5 dólares mensuales, que escasamente le alcanzan para un cartón de huevos.

– De sus 905 celdas de reducción, hoy solo están activas 22 y la planta es un montón de chatarra.

Cuatro

Uno: Por lo menos en Caracas bajaron bastante las colas en las estaciones de servicio subsidiadas, aunque en algunas otras ciudades, Ciudad Guayana entre ellas, la situación sigue siendo complicada. Los expertos de Pdvsa dicen que eso se normalizará en un par de semanas, cuando ya la mayor parte del parque automotor haya surtido un par de veces, además del efecto de la cuarentena, que reduce el consumo. En muchas ciudades, las que venden gasolina a 0,50 dólares estaban sin colas.

Dos: Ya hay expertos que están diciendo que la fecha más cercana para poder preparar unas elecciones legislativas es diciembre. Pero es probable que para esa fecha aún haya medidas de protección contra el virus chino, lo que cambiaría totalmente el escenario al que estamos acostumbrados en unas elecciones. Desde ese punto de vista, sería preferible hacerlas el año que viene, para evitar que un evento masivo como una elección nacional, se pueda convertir en una fuente de contagio.

Tres: Creo que ya es evidente que en el seno de AD no hay un criterio único respecto a participar o no en estas próximas elecciones legislativas. Da la impresión de que pudiéramos estar frente a una nueva división de ese partido, que a lo largo de nuestra historia política parió al MIR con Domingo Alberto Rangel, al MEP con Prieto Figueroa y al PRIN de Ramos Giménez. ¿Se irá Bernabé Gutiérrez, o echan a Ramos Allup?

Cuatro: La gasolina fue el último elemento que faltaba en la dolarización del país, contra la que luchó el gobierno durante años, tratando de frenar un proceso que nació y se desarrolló en la calle, con la gente. Y es que los procesos económicos tienen su propia dinámica y muchas veces, aunque no se vea, tienen una fuerza propia que los hace indetenibles, como la inflación y la depreciación de las monedas. El dólar cogió la calle como medio masivo de pago y solo falta que el gobierno la declare moneda de curso legal, para completar este proceso de dolarización, ya indetenible. Además, el gobierno resulta beneficiado, porque el dólar no tiene la depreciación del bolívar, y los precios se estabilizan con esa divisa. Si algo hoy vale un dólar, la semana que viene valdrá lo mismo para el que puede pagar con esa moneda.

 

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