Opinión

Semana en domingo

Poco a poco se la han ido cerrando los caminos al diálogo.
domingo, 10 mayo 2020

¿Cerrados los caminos pacíficos?
Quienes me leen saben que tengo años advirtiendo del peligro de llevar esta situación a un punto en el que sea inevitable una confrontación armada, porque en este tipo de conflictos uno sabe cómo, cuándo y por qué se inician, pero nadie sabe cómo ni cuándo terminan. En el caso nuestro, muchos analistas hasta no descartan la posibilidad de una fragmentación del país, para que cada bando se quede con una parte. Era previsible un escenario como el que tenemos en este momento, porque se han hecho numerosos intentos de diálogo, pero no hay posibilidad alguna de éxito en ellos mientras una de las partes lo haga solo para ganar tiempo, sin ánimo alguno de ceder terreno en aras de un acuerdo. Poco a poco se la han ido cerrando los caminos al diálogo y en esa misma medida han aumentado las tensiones, que inevitablemente nos acercan a un desenlace violento. Pero mientras peor es el escenario, más necesario y urgente se hace intensificar la búsqueda de un gran acuerdo nacional, que evite ese cataclismo del que muchos hablan y la mayoría teme. No hay posibilidad alguna de que un país sea medianamente viable en medio de una guerra civil. En ese escenario todos pierden, y por varias generaciones. En países centroamericanos, después de décadas de hacer callado las armas, aún persisten las heridas políticas e ideológicas. Los venezolanos, todos, tenemos el deber histórico de extremar los esfuerzos para evitar que lleguemos a una situación en la que la única salida sea la guerra civil. Ese no puede ser nuestro único camino, porque ejemplos tenemos de sobra acerca de cuál pudiera ser el resultado. No los he visto, pero me han llegado informaciones de gente seria, según las cuales, en ejercicios virtuales hechos en salas situacionales de expertos militares, han estimado que en un estallido social las víctimas pudieran ser miles en un lapso de 36 a 48 horas, antes de que la situación pudiera ser controlada. Pero si se llegara a un enfrentamiento armado entre grupos con entrenamiento militar, las víctimas serían mucho mayores. Eso es lo que tenemos que evitar a toda costa, buscando como sea un acuerdo que permita superar esta crisis política y llevar a nuestro país a su normalidad institucional. Si eso no se logra, las generaciones futuras nos lo van a reclamar, y con toda razón. Todavía hay tiempo de impedir que lleguemos a un tipo de confrontación en el que estaría en peligro, como lo dije, hasta nuestra integridad territorial. Y créanme que no exagero.

Un cartón de huevos
Mucha gente en el exterior lo tomará como un chiste, pero lo cierto es que el salario mínimo integral de los venezolanos escasamente alcanza para comprar un cartón de huevos, un kilo de queso o un kilo de leche en polvo. Y estamos hablando del nuevo salario, decretado por el gobierno hace una semana, dos días antes de que fueran fijados los precios de 27 productos de primera necesidad. Al cambio libre, el nuevo salario integral, es decir el sueldo mínimo más el bono alimentario, equivalen a 4,50 dólares mensuales, que es menos de lo que cuesta una hamburguesa en muchos países. Tenemos una economía que gradualmente se dolariza, pero con salarios en bolívares y en donde el ingreso mensual no alcanza ni para comer bien un solo día. En América Latina, el mejor salario mínimo lo tiene Costa Rica, con 558 dólares mensuales, y después están Guatemala, Uruguay, Chile, Ecuador y Paraguay, entre 350 y 400 dólares. Argentina, Brasil, Colombia y Bolivia están entre 250 y 300 dólares. Los salarios más paupérrimos mensuales, son los de Cuba con 15 dólares y Venezuela con 4,50. Hasta en Haití el salario mínimo es de 58 dólares. En Colombia, los trabajadores que ganan menos de dos salarios mínimos tienen derecho a un subsidio de 100.000 pesos para gastos de transporte, que son más o menos 33 dólares mensuales.

Petróleo
El precio del barril de petróleo venezolano mejoró esta semana hasta por encima de 15 dólares, luego de haber estado por debajo de 10 hace dos semanas. Ha mejorado, pero está lejos del costo de producción, sobre todo de los crudos pesados y extra pesados de la Faja. Todos los marcadores tienen precios por encima del que tuvieron hace dos semanas, cuando el West Texas se cotizó en valores negativos, pero en los mercados sigue pesando la contracción del consumo por efecto de la pandemia y cada vez se aleja más la posibilidad de lograr un acuerdo de recorte de 20 millones de barriles o más, que sería lo mínimo necesario para estabilizar los mercados. La situación se ha puesto tan volátil, que en estos días el mundo petrolero está pendiente del destino final de 19 buques cisternas saudíes, que llevan a bordo casi 40 millones de barriles, originalmente destinados a puertos norteamericanos en el Golfo de México, pero que no pudieron ser descargados porque no hay en dónde guardar ese crudo. Con lo que cuesta diariamente esa flota de buques, en un par de semanas se perderá menos regalando el crudo, con tal de vaciarlos y que regresen a sus muelles originales. Esta situación refleja de manera precisa cómo están los mercados petroleros en este momento.

El Sur sin ley
El vil asesinato de Carlitos Clark en El Callao, es una muestra más de que el sur de Guayana es una tierra sin ley, en la que cada grupo armado, sin excepción, impone sus reglas de vida en el área que domina, incluyendo el monto de la vacuna o tributo que todos están obligados a pagar, bajo pena de muerte. Es una verdadera vergüenza que las autoridades toleren a plena luz del día la operación de grupos armados, afines o no a su ideología, lo que es una burla a la Constitución y leyes de nuestro país. Ya no se trata solo de mineros extranjeros que extraen oro de manera ilegal, sino de brigadas armadas, perfectamente organizadas, que en la práctica son ni más ni menos que verdaderos ejércitos de ocupación.

Cuatro
Uno. Lo que todo el mundo desea es que se pueda reactivar alguna de nuestras refinerías, para superar la crisis de gasolina que nos afecta a todos, sobre todo en medio de esta pandemia y la cuarentena, pero expertos de la propia Pdvsa dicen que eso no va a ser fácil y que demoraría por lo menos dos meses antes de que se pueda intentar arrancar la de Amuay, en donde se están instalando los equipos de repuesto traídos desde Irán.

Dos. Por las redes siguen asegurando que el litro de gasolina, una vez normalizado el suministro en todas las estaciones de servicio y para todos los vehículos, costaría 60 centavos de dólar la de 91 y 70 centavos la de 95. Pero eso provocaría un terremoto en nuestra economía, que se ha movido durante décadas con un precio que es prácticamente cero en los costos de producción. Eso no será posible y estimo que el precio tendrá que ser subsidiado para que oscile alrededor de 25 y 30 centavos de dólar.

Tres. Hoy es el Dia de la Madre, pero muchas familias no lo van a poder celebrar todos juntos, como debería ser, porque ella está por un lado y los hijos por otro, separados por la cuarentena. En muchos otros casos, los hijos se fueron y la madre se quedó aquí. Pero el afecto se mantiene intacto, porque una madre es el ser más adorable sobre la faz de la tierra. Es un ser capaz de dar su vida por un hijo, sin titubear por un instante. Dios las bendiga.

Cuatro. El gobierno tendrá que aclarar en detalle muchos aspectos de los fallidos desembarcos de opositores armados en las costas del Litoral Central, porque varios aspectos desafían la lógica más elemental, como lo de que unos mercenarios hayan participado, sin antes haber cobrado. Creo que hay muchos elementos que me imagino que serán aclarados una vez que terminen las investigaciones que están siendo adelantadas. Como dice el refrán, “No aclares, que más bien oscureces”. Pero lo que sí es cierto es que se trata de un hecho que siembra desesperanza en la población opositora.

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