Opinión

Semana en domingo

En este aspecto hay que echar mucho de menos aquella Mesa de la Unidad Democrática.
domingo, 19 enero 2020

Divide y vencerás

Nunca como ahora, y para el gobierno, es tan cierto eso de que si logras dividir las fuerzas de tu adversario lograrás vencerlo con menos esfuerzo. Es que según un consolidado de las principales encuestadoras del país, tres cuartos de la población son de la oposición, pero sin embargo no actúa unida y en los resultados políticos el gobierno la iguala. En este aspecto hay que echar mucho de menos aquella Mesa de la Unidad Democrática, que dirigida por Ramón Guillermo Aveledo logró los mejores resultados electorales de los últimos años, porque logró presentar candidatos opositores únicos en varios procesos electorales. Según esas encuestadoras, el apoyo al gobierno de Maduro en el mejor de los casos llegaría al 20 por ciento, lo que en teoría matemática debería significar que, de cada diez diputados de la Asamblea nacional, ocho deberían ser de las filas opositoras. Pero aquí viene el primer elemento en contra de esa lógica que son las circunscripciones electorales, montadas a favor del chavismo, para que se necesiten más votos para elegir un diputado en donde gana la oposición y menos en donde gana el gobierno.

Así, el oficialismo puede tener un diputado en una circunscripción con 60.000 votos, mientras la oposición necesita 250.000 para tenerlo en otra región. Pero aparte de este elemento, está por supuesto el hecho de que el gobierno hace todo lo posible para que se presenten varios candidatos opositores, tal como ha pasado en incontables oportunidades, incluso aquí en Guayana.

Mucha gente está convencida de que ha habido dinero de por medio para “estimular” esas candidaturas, pero muchas de ellas obedecen también a la vanidad y el deseo de protagonismo de muchos políticos, que se desviven por aparecer en los medios. Todo eso es aprovechado a su favor por el gobierno y sin duda alguna hará lo mismo para estas próximas elecciones legislativas. La única posibilidad de que la mayoría opositora logre una victoria aplastante en ese proceso electoral, es que la población vote por el candidato de Guaidó en cada circunscripción, dejando de lado los otros candidatos opositores, que sin duda los habrá. Si esto no ocurre y la votación opositora se divide entre varios candidatos, el régimen volverá a ganar diputados solo con la mayor minoría.

El vuelto en dólares

Como vengo diciendo, el dólar cogió la calle muy a pesar del gobierno, que nos quiere imponer a la fuerza el petro y el yuan. Pero ahora ocurre que lo que hay en la calle son billetes de 10, 20, 50 y 100 dólares, pero no hay de menor denominación y en los establecimientos comerciales no tienen cómo dar el vuelto. Me imagino que la gente prefiere traer billetes de alta denominación, que hacen menos bulto, antes que traer billetes pequeños, y lo mismo debe estar pasando con las remesas familiares.

Lo frecuente entonces es que en los supermercados el vuelto hay que llevárselo en mercancía, por lo que las cajeras tienen a mano cambures, caramelos, galletas y cualquier otro artículo que sirva para cuadrar la cuenta. La gente protesta, alegando que si reciben dólares deben tener cómo dar el vuelto igualmente en dólares, pero el problema es que en nuestro país no hay abundancia de billetes de baja denominación, como tampoco monedas de fracción de dólar.

Y hay que tomar en cuenta que una moneda de 50 centavos de dólar son 40.000 bolívares, que la gente no tiene por qué dejar en la caja del supermercado. Si ya el dólar se instaló como medio de pago en nuestro país, el gobierno debería facilitarlo de alguna manera, porque los beneficios con obvios para la economía, sin que ello le cuesta absolutamente nada a las finanzas del gobierno.

No estamos en agenda

El desarrollo económico de Guayana, y las industrias básicas, se desaparecieron de la agenda del gobierno, a juzgar por el incumplimiento de las tantas promesas hechas y el silencio sepulcral actual en esta materia. Lo real y concreto es el retroceso sin freno en la poca actividad que quedaba en esas plantas industriales, ya prácticamente paralizadas del todo. Y en el estado en el que están las finanzas del régimen, no hay posibilidad alguna de que se realicen las inversiones en dólares que son necesarias y que montan a varias decenas de miles de millones, aparte de que en algunos aspectos el estado de obsolescencia es tal que es preferible montar una planta nueva que inyectarle recursos a la actual. Esto pasa sobre todo con las plantas de aluminio, muchas de cuyas líneas de celdas ya son irrecuperables.

Quedaba la posibilidad de que empresas extranjeras, entre ellas de China y Rusia, se hicieran cargo de algunas industrias básicas, pero sus expertos lo rechazaron, alegando el estado de las plantas y también el sindicalismo nuestro, que ello no entienden ni están en capacidad de aceptar o manejar. No sé si será del todo cierto, pero por allí rueda el cuento de que una empresa china aceptó manejar una mina de oro en el sur de Guayana.

Cuando estaban montando los equipos, un dirigente sindical exigió ser recibido por el gerente del proyecto. La secretaria del chino le dijo al sindicalista que en ese momento no lo podía atender porque estaba ocupado. El sindicalista rompió la puerta a patadas y entró a gritos a la oficina del gerente, que de inmediato ordenó a su personal recoger sus corotos y salir del país en el primer vuelo disponible, dando por perdido lo que habían invertido en el proyecto.

Cuatro

Uno: El deterioro de la ciudad obliga a que las asociaciones de vecinos consideren la posibilidad de asumir el mantenimiento de sus calles y áreas verdes, tal como se hacía hace años en algunas ciudades. Hubo épocas en las que cada vecino limpiaba la calle frente a su casa y de niño recuerdo haber visto jornadas de trabajo de todos los vecinos para entre todos limpiar las áreas verdes de recreo. No queda de otra, a menos que queramos que el monte invada las casas.

Dos:Por lo visto el gobierno no quiere que los pobres viajen al exterior, porque de otra manera no se entiende el alto costo de los pasaportes nuevos o la renovación. En realidad es como un impuesto al que quiere viajar, porque en lo físico un pasaporte es una libreta con papel de seguridad, cuyo costo a lo sumo es de 3 dólares. En muchos países aceptan pasaportes venezolanos, aunque estén vencidos, pero quienes estamos aquí no tenemos otra opción que pagar porque de otra manera no podemos salir legalmente.

Tres: La gente se queja del precio del pasaje, pero el problema para los transportistas es el elevado costo de las reparaciones y las piezas de recambio y mantenimiento de las unidades. Un caucho grande cuesta más de 200 dólares, que son 16 millones de bolívares y si una unidad tiene seis cauchos serían 96 millones. Si cada pasajero de un microbús pagara 10.000 bolívares, se necesitaría cargar 1.600 pasajeros para cambiar los cauchos, pero si el pasaje es de 5.000 tendría que mover 3.200 pasajeros. Por eso en muchas rutas de las grandes ciudades lo que queda prestando servicio son los autobuses Yutong del gobierno, sobre todo del sistema BTR. Pero en todo el país hay miles de autobuses de esos fuera de servicio porque no hay cómo repararlos, mientras la gente lleva agua y sol en las paradas porque no hay suficiente transporte.

Cuatro: Como siempre, la inflación se devoró de inmediato el último aumento salarial a 450.000 bolívares, metiendo el bono alimentario. Eso es lo que cuesta una simple hamburguesa en la calle, o dos kilos y medio de carne para todo el mes. Lo dicho: los sueldos suben por la escalera y los precios en el ascensor. El síntoma más evidente de que tenemos una economía enferma son los constantes aumentos de sueldo, que ya está más que demostrado que no resuelven nada.

 

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/LjP1mxWVjO3FS65tpSayDj

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia

Lea También:
error: