Semana en domingo
La economía
Hablar de la posibilidad de realizar las inversiones necesarias para una recuperación de la economía, incluso hasta niveles parecidos a los que teníamos hace 15 años, es entrar en el terreno de la fantasía.
Solo para citar un caso, los expertos señalan que Pdvsa necesitaría por lo menos 100.000 millones de dólares de inversión, aparte del pago de su deuda externa estimada en más de 50.000 millones de dólares, la deuda interna y los pasivos laborales impagos. Además de ello está la inversión necesaria para reparar y equipar la red hospitalaria, la infraestructura vial, los servicios públicos y más aún para reactivar todo lo relacionado con el aparato productivo, entre ellos y de manera muy especial el agro y la cría.
Algunos economistas creen que el Plan Marshall se quedaría chiquito ante nuestras necesidades y en aquel caso se trató de 250.000 millones de dólares para ayudar en el financiamiento de la reparación de los daños de la II Guerra Mundial en Europa continental. Hay posibilidad de hacerlo, porque los organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial tienen recursos de sobra para ayudarnos, pero sería necesario que este, o el gobierno que le suceda, lo solicite.
Luce egoísta que el gobierno siga cerrado a pedir ayuda, cuando hay organismos internacionales creados precisamente para eso. Y además no es dinero del Imperio, como ellos lo llaman, sino de una especie de caja de ahorros de 180 países.
“Vacas sagradas” del periodismo
Siempre he estado en contra de que los periodistas nos creamos por encima de los demás mortales, cuando en realidad somos como cualquier otro.
Probablemente la única diferencia sea que tenemos una función pública, de servicio.
Para nosotros el fin tiene que ser difundir los hechos y las verdades, cuando sean de interés público, y no servirnos de ellas para inflar egos o, peor aún, para negociar prebendas a cambio del silencio, porque eso no es otra cosa que un vulgar chantaje.
Pero ocurre que muchas veces el fin no es lograr bienes materiales, sino alimentar la vanidad personal del periodista.
Por eso hablo de las “vacas sagradas”, que utilizan la publicación de supuestos hechos delictivos, sin prueba alguna, solo para aparecer ante la sociedad como “valientes”.
Y siempre me he opuesto a estas prácticas porque eso lo que hace es degradar el periodismo. Cada vez que un periodista hace una denuncia sin fundamento, reduce la posibilidad de que las denuncias cumplan alguna función.
Precisamente por eso, hoy en día los medios están llenos de denuncias a las que nadie les presta atención, porque la mayoría son hechas sin prueba alguna.
Distinto es cuando una denuncia se hace acompañada de pruebas irrefutables, lo que pone contra la pared a los organismos responsables de su investigación.
Yo no me vanaglorio de los ataques, denuncias, amenazas, juicios e intentos de juicio que me han hecho en mi ya larga vida profesional.
No voy a utilizar eso como una especie de mandoble contra la sociedad, como si ella me debiera algo.
Y tampoco creo que el periodista debe dejar que su actividad sea teñida del color de su ideología política, sea comunista, liberal o lo que sea, porque eso en todo caso no es honesto con sus eventuales lectores. Estamos en esta actividad para servir y no para que ella nos sirva.
La marcha de ayer
Como cierro esta página temprano en la mañana de los sábados, no puedo comentar la marcha de ayer, pero sí algunos hechos preliminares, como la versión por las redes sociales de que el gobierno había suspendido la distribución de combustible para impedir que la gente viajara a Caracas.
Pero eso no parece cierto porque Guaidó convocó marchas en todo el país y además la escasez de gasolina ya tenía varias semanas en algunas regiones, sin tener nada que ver con las manifestaciones de la oposición.
De igual manera hay que decir que muchos opositores que estaban desanimados para seguir asistiendo a las protestas, se sintieron estimulados por los sucesos de Bolivia y la renuncia de Evo Morales, que a estas horas debe estar coreando rancheras en Plaza Garibaldi, sobre todo aquella de “y volver, volver, volver…”.
Mucha gente establece parangones entre lo de Bolivia y lo que pare ellos pudiera ocurrir aquí y quizás por eso Maduro fue inmediatamente a hacerse la foto con el alto mando militar en la sede del Ministerio de la Defensa.
Guaidó convocó la marcha para esta fecha porque ayer se venció el plazo dado por la Comunidad Europea para que Maduro resolviera la crisis convocando elecciones, por lo que imagino que mañana lunes debería haber algún anuncio de Bruselas en ese sentido.
Cuatro
Uno
En la carretera entre Cantaura y El Tigre los indígenas kariñas venden auyama, batata y yuca a precios superiores que en cualquier supermercado de Puerto Ordaz.
Les digo que por qué tan cara y me alegan el precio del dólar, como si estuvieran comprando semillas y abono en Nueva York. Allí mismo, en los puestos a orilla de la carretera, los indios venden el kilo de aguacate en 12.000 bolívares y en los semáforos de El Tigre, una bolsa de 5 kilos esta semana estaba en 30.000.
Pero mucho mejor si cuando se viaja se lleva algo de efectivo porque en algunas carreteras se consiguen productos mucho más baratos.Por ejemplo, en el antiguo peaje de la autopista de Boca de Uchire, los camarones y langostinos están a menos de la mitad del precio de Puerto Ordaz.
Dos
Mientras aparecen los perniles del gobierno, el kilo ya está en 100.000 bolívares y la paleta en 90.000. Hay mayoristas que este viernes tenían el kilo de pernil a 3,50 dólares lo que significa que en pocos días subirá mucho más al detal.
La única manera de bajarle el precio es que el gobierno inunde los mercados con pernil barato, importado, porque de lo contrario para mediados del mes que viene la proyección indica que podría estar por encima de 150 mil. La paleta es aparentemente más barata, pero muchos cocineros expertos dicen que el hueso es más grande que el de pernil y el porcentaje de carne es menor, por lo que en realidad termina siendo más cara.
Tres
Hoy se están cumpliendo 11 años de la inesperada y trágica partida de Rubén Gamarra, uno de los mejores amigos que he tenido en la vida. Aún hasta hoy no se ha hecho justicia sobre ese crimen, porque eso no existe en nuestro país.
Desde esta página envío a todos sus hijos, estén donde estén, y a sus amigos que son muchos, un recuerdo grato de los momentos vividos por todos junto a Rubén. Lo hecho por este gran amigo está a la vista de todos en Ciudad Guayana, como un recuerdo permanente de lo que fue. De hacer justicia ya se encargará Dios, el juez supremo del universo. Y un abrazo muy especial a su hijo Rubén Mauricio, que decidió quedarse aquí, y que igual que su padre se está abriendo camino en el mundo empresarial.
Cuatro
Sigo sosteniendo que hay que hacer un esfuerzo para celebrar la Navidad, por encima del entorno y de la situación que vivimos. No hacerlo por la situación política es como castigarnos más y privarnos de algo que siempre hemos disfrutado como pocos pueblos en el mundo.
Precisamente por lo difícil que la estamos pasando es por lo que necesitamos un respirito, y eso es lo que nos ofrecen estos días. No hay mejor bálsamo contra esta situación, que una buena celebración con los familiares y los amigos, disfrutando de lo que se pueda pagar, así sea lo más económico.
Para pasar un buen rato no es necesario que sean los manjares más caros y las bebidas más exquisitas. El sabor de un trago depende más de con quien se comparte, que con la calidad de la bebida.
Es cierto que a veces resulta difícil sustraerse del entorno político, pero para preservar la salud mental es imprescindible poder hacerlo, aunque sea por ratos o por la navidad.
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