Semana en domingo
Navidades y política
La mejor sintonía con la realidad del país, en todo sentido, se tiene es en la calle, con la gente, oyendo con atención lo que se dice, porque es allí en donde se expresa con mayor claridad el sentimiento que se alberga en el corazón de los venezolanos.
Y muchas veces nos sorprende lo que dice la gente, superando la capacidad de análisis de los mejores politólogos.
En estos días conversando sobre la situación del país y las posibilidades de avance con Guaidó, escucho expresiones que relacionan la Navidad con los hechos políticos.
“Esto ya va a quedar en todo caso para enero, porque el gobierno va a hacer todo lo posible para que la gente se meta de cabeza en las navidades y se olvide temporalmente de los problemas”.
Otro me dice que precisamente porque la situación está tan grave, mucha gente se va a refugiar en las navidades “para tener un respirito”.
Por supuesto que incluyen también el respectivo aguinaldo: “Maduro va a decretar un súper aguinaldo para anestesiar a la gente, con largos feriados incluidos, y ganar tiempo hasta enero”.
Otros son más duros: “Hay mucha gente que se deja ablandar con caña y un bonito (bono pequeño) aunque solo le sirva para unos días”.
Pienso que, en todo caso, de ser así tendría que ser un “bonote” porque cualquier botella de ron cuesta por lo menos 100.000 bolívares y si no sobra comida habría que ver si se puede gastar en licor.
Da la impresión entonces que mucha gente está pensando que si hay un desenlace de esta situación sería en enero, porque consideran que las navidades van a decretar una vacancia política.
Portarse mal afuera
Casi todos los días vemos en la prensa las noticias de hechos delictivos cometidos por compatriotas en el exterior, lo que estimula sentimientos xenófobos que ya han tenido fatales consecuencias en varios países.
Lo que hacen unos pocos se extiende a todos y por eso se habla de “los venezolanos”, como si todos tuvieran la misma mala conducta.
Y lamentablemente, colegas periodistas en esos países dan un tratamiento absolutamente amarillista a esos hechos, muy por encima del centimetraje que le dan si el mismo delito es cometido por un connacional.
Eso afecta sobre todo a las muchachas venezolanas, muchas de las cuales son vistas como si todas trabajaran de noche.
Allí deberían hacer un trabajo las embajadas y los consulados, para mejorar la imagen pública de los venezolanos, insistiendo en que no son todos iguales y que en todas las sociedades, incluyendo a su propio país, hay individualidades que cometen hechos irregulares sin que por ello se pueda considerar que todos son delincuentes.
Una lástima que nuestro servicio exterior esté como está porque en este momento esta debería ser una prioridad para salvaguardar nuestra imagen en el exterior, a donde millones se han visto forzados a emigrar.
Aquí muchos extranjeros cometen delitos y jamás hemos tenido sentimientos de xenofobia por ello, como sí pasa en este momento con venezolanos en varios países.
Lo de Naciones Unidas
Que lo político priva sobre los Derechos Humanos lo acaba de demostrar el ingreso de Venezuela como miembro pleno de ese Consejo en Naciones Unidas, en un hecho que es calificado como “histórico” por los dos bandos que lo apoyaron o se opusieron.
Los primeros lo consideran una hazaña alegando que Maduro logró apoyo mayoritario enfrentando la campaña de Estados Unidos en su contra y los que votaron contra el régimen venezolano consideran una vergüenza mundial que eso haya ocurrido cuando ya se conocía el Informe Bachelet.
Hace apenas tres semanas ese mismo Consejo aprobó nombrar una comisión permanente para que investigue las graves violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela planteadas en el Informe Bachelet y peor aún que Jorge Valero, representante de Maduro en ese organismo, haya anunciado que el gobierno no va a permitir el ingreso de esa comisión al país y que negará cualquier colaboración con dicha comisión.
Allí si es verdad que quedé loco, porque no entiendo cómo se puede celebrar como un éxito ingresar a un organismo cuyas decisiones se desconocen.
Menos mal que una cosa es haber logrado mayoría en la Asamblea General, y otra muy distinta mantener a raya a los demás países en el seno de esa Comisión cuando le entren de lleno al análisis del Informe Bachelet, que lo van a tener que hacer de todas maneras.
¿Cómo logró mayoría Maduro? Pues muy simple: con el voto de los 120 países del bloque de los No Alineados, que precisamente se reunió en julio en Caracas y que, a golpe de pasajes, hotel, comida y las correspondientes misceláneas, decidieron apoyar a Venezuela, y como para ejemplarizar en el respeto a los Derechos Humanos, incluyeron a su lado a Indonesia, Libia, Irak y como tapa del frasco, a Sudán. Con esos 120 votos amarrados, de los 193 miembros de la ONU, no había posibilidad alguna de impedir que Venezuela ingresara.
Cuatro
Uno
En las carnicerías de Ciudad Bolívar y otras poblaciones, tanto de Bolívar como de Anzoátegui se consigue carne hasta 10.000 bolívares menos que lo que cuesta en algunas carnicerías y mercados de Ciudad Guayana.
Por las redes vi lagarto en 25.000 bolívares y carne molida en 45.000. En otras ciudades la carne de primera está casi en 80.000 y el pernil, a estas alturas, ya pisó los cien mil, lo que nos avisa a cómo estará en Navidad.
Dos
Lo de la gasolina está grave aquí, aunque en otros estados el abastecimiento es absolutamente normal.
El gobierno debería explicar con claridad qué es lo que está pasando. Por las redes se insiste en que el problema es que nuestras refinerías están en un porcentaje de producción muy bajo, que no alcanza para abastecer el consumo, y que seguimos mandando gasolina a Cuba. Pero ni Pdvsa ni el gobierno le hablan claro al país sobre este problema, que en Guayana está haciendo crisis.
Tres
Ya lo he escrito en oportunidades anteriores, pero vale la pena insistir en que mientras los sueldos suben por las escaleras, los precios lo hacen por el ascensor, acompañados de la devaluación de la moneda.
Nunca van a subir a la misma velocidad y por eso es inútil intentar estabilizar el poder adquisitivo subiendo los salarios, porque a los pocos días, o semanas, la situación estará igual o peor que antes.
Cuatro
Muy bueno y oportuno que se creen comités para la seguridad en las industrias básicas, porque lo que falta es que se lleven los galpones. Pero la gran pregunta es: ¿Quiénes son los enemigos, de los que hay que proteger esas industrias, y quienes las están desmantelando? No creo que haya que hacer grandes esfuerzos de inteligencia “estratégica” para determinarlo.
Y de paso, así le dan ocupación a quienes me imagino que se fastidian sin tener nada que hacer. De todas maneras, siempre he creído que la mejor manera de proteger esas industrias básicas es ponerlas a producir y que los “combatientes”, si no hay guerra, lo hagan trabajando como Dios manda.
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