Semana en domingo
La intolerancia
Por estos días me estoy preguntando si este país se va a poder recuperar algún día de la tragedia que significó la llegada de Chávez al poder, por el voto de un pueblo que esperaba cualquier otra cosa y no lo que le cayó encima.
Esto me lo pregunto por el nivel que ha alcanzado la intolerancia, incluso dentro de la oposición, que en una situación como esta tendría que estar más unida que nunca.
No hay posibilidad alguna de volver a tener país si no logramos una reconciliación nacional, para lo cual hay que deponer odios y rencores que solo llevan a más destrucción.
Esta semana hemos asistido a una de las peores manifestaciones de odio, a propósito del intento que hizo un grupo de opositores para lograr una salida a esta tragedia.
Sin la menor evidencia de soborno por parte del régimen, de una vez se le cae encima a quienes se atrevieron a proponer una salida, que puede ser equivocada, pero es una proposición que habría tenido que contar con el apoyo de la mayoría en la Asamblea Nacional.
Nadie está imponiendo nada, pero de una vez se da por descontado que el gobierno los sobornó para dar ese paso.
En las críticas no hay argumentos contra el fondo de las propuestas, que repito pueden ser equivocadas, sino agresiones de todo tipo contra los que se atrevieron a hacer esa proposición, que por otra parte tampoco tiene apoyo unánime en el cogollo del grupo que ejerce el poder, y por allí se habla de que Diosdado lo saboteó.
Yo por ejemplo estoy absolutamente convencido de que Eduardo Fernández es incapaz de aceptarle dinero al régimen para participar en un hecho, no solo que lo sea, sino que pueda ser interpretado como una traición a la oposición.
Tampoco creo eso de que Claudio Fermín se lanzó en brazos del chavismo, al que siempre ha combatido. Y en las primeras de cambio por las redes les achacaron cualquier cantidad de hechos en los que supuestamente habrían actuado, en contra de los principios que siempre ha pregonado.
Así no vamos a llegar a ninguna parte, porque si esto es siendo oposición, no quiero imaginarme el aquelarre que ocurriría repartiéndose el poder, en un eventual cambio de gobierno.
Si hoy se sacan las tripas, mañana se degollarán unos contra otros. Y no es que esté a favor del acuerdo que propusieron, pero en un debate civilizado uno tiene que exponer los argumentos por los que se está en desacuerdo.
Una idea no es mala solo por quien sea que la propone, como el cartero no es responsable de lo malo que puedan decir las cartas que reparte.
Episodios como este me hacen dudar de que haya alguna posibilidad de que unidos todos, como hijos que somos todos de esta tierra, podamos reencontrarnos en la tarea común de volver a tener país.
¡Qué tristeza!, sobre todo porque estamos obligados a demostrar, con hechos, que somos mejores que esa dirigencia que hoy nos oprime y en lugar de eso algunos dirigentes opositores se comportan igual o peor que los que adversamos.
Me niego a creer que estamos condenados a escoger entre la resignación y una guerra civil. Hay otras alternativas, que tenemos que buscar e intentar.
Un nuevo CNE
Todos los opositores estamos de acuerdo en que no podemos ir a nuevas elecciones presidenciales con este Consejo Nacional Electoral, que ha hecho cosas tan extrañas como prolongar la votación hasta las siete y ocho de la noche sin que haya votante alguno haciendo cola.
Eso, aparte de otras cosas que igualmente extrañan, por decir lo menos. Pero no va a ser fácil elegir otro CNE solo con los votos opositores, porque incluso si se llegara a elegir una nueva Asamblea, allí estará presente el chavismo, como igualmente votaría en la actual, en el caso de que se planteara cambiar la directiva del órgano electoral.
Esto lo afirmo porque veo que algunos dirigentes de la oposición actúan como si el chavismo fuera a dejar de existir de un momento a otro.
Ojalá pudiera ser así, pero la realidad es que los seguidores de Chávez van a sobrevivir como partido político más allá de un cambio de gobierno y tenemos que hacernos a esa idea.
Claro que no es lo mismo tenerlos en la oposición, en donde no van a poder imponernos lo que les dé la gana, como ahora, pero van a seguir jugando en la política, con la ventaja de que la oposición cree en la democracia y van a poder actuar sin ser atacados por el gobierno, como ellos lo hacen ahora.
Pero la cuestión puede resultar tan difícil como la cuadratura del círculo, porque para elegir un CNE con mayoría opositora tendría que ser con una nueva Asamblea, producto de una elección en la que los votos se cuenten como se debe, y para eso se requiere de una nueva directiva en ese organismo electoral, que depende de una mayoría calificada en la AN que no ha sido posible conformar.
Probablemente eso es lo que tienen en mente quienes propusieron este acuerdo.
Cuatro
Uno
Cuando el dólar sube, arrastra consigo los precios, pero cuando baja estos se quedan arriba como está ocurriendo ahora. Hace dos semanas el dólar subió hasta 25.000 bolívares y los precios igualmente se dispararon. Ayer había ofertas de hasta 19.000 pero los precios de muchos artículos seguían tan altos como la semana pasada. Si es verdad que los precios están indexados al dólar, deberían bajar cuando este retrocede.
Muchos precios están por encima de los que hay en el exterior, aún calculados a dólar libre. En Estados Unidos se puede conseguir un pollo completo por 1,50 dólares, mientras que aquí un pollo entero puede costar hasta 100.000 bolívares, full de pellejo, grasa, hielo y hormonas.
Dos
Las sanciones que Estados Unidos impuso a Cuba, tienen más de 50 años y no han servido para un cambio de gobierno en esa isla.
Los hermanos Castro hicieron lo que quisieron, hasta ordenar fusilamientos en juicios expeditos.
Son sanciones mucho más duras que las que Trump le impuso a Maduro, que tampoco han servido para forzar una transición. Toda la presión internacional no ha logrado que Maduro acepte dejar el poder. Esa es la verdad, aunque duela y a muchos les cueste reconocerlo. Guaidó ha hecho lo que ha podido, y creo que ha sido el mejor avance, pero no ha logrado el objetivo.
Tres
El diálogo en la Casa Amarilla sacó a la luz pública la división de opiniones que hay en el cogollo del grupo que tiene el poder.
Unos, buscando un diálogo, y otros cerrados a cualquier negociación porque saben que no tiene escapatoria ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo.
Eso era algo que se sospechaba, pero nunca había sido tan evidente como en esta ocasión, en la que se acuerda que regresen a la Asamblea, pero el que te conté dice que el que lo haga será considerado traidor a la patria. Y ese diálogo obviamente estaba autorizado por Maduro.
¿Entonces, quién es el que manda
Cuatro
Hasta que llegué a Guayana, no había entendido bien a quienes me decían que hay que temerle más a la corriente de un río, que al mar. Porque en el mar se ven las olas, pero en un río no se ven las corrientes que van por abajo y que estampan a alguien contra una piedra y no hay posibilidad alguna de librarse de la gran presión del agua.
Estando en Edelca hace unos años, los ingenieros me explicaban que la presión de la corriente del Caroní, abajo, puede ser incluso de más de una tonelada en el espacio entre las rocas y que si alguien queda atrapado en ellas, hasta de una pierna, no la va a poder liberar. El agua por arriba se puede ver mansa y engaña, pero abajo, a pocos metros, el peligro es mortal. Siempre me acuerdo del pana Pancho Salazar, cuando una vez estando en el Caño Sinaruco, en uno de los rallys de Nrsn, me dijo que eso es como si una mano poderosa te agarrara por un tobillo y no te dejara moverte.
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