Semana en Domingo
Barbados
A lo largo de la historia de la humanidad no son pocos los conflictos que han sido resueltos por la vía del acuerdo entre las partes enfrentadas por diferencias políticas, religiosas, raciales, económicas o territoriales.
Muchos son los enfrentamientos militares que han terminado en una mesa de diálogo.
Por eso no entiendo la negativa a que el régimen de Maduro y la oposición que lidera Guaidó intenten lograr una solución al drama que sufrimos todos los venezolanos, ya sin excepción alguna.
Para mí, aquí la encrucijada en la que estamos es: o nos entendemos o nos matamos.
Y en esto último queda claro que los muertos los pone la oposición, porque el régimen tiene las armas, parte de las cuales están en manos de colectivos anárquicos que habrá que ver si aceptan entregarlas por las buenas, llegado el momento, que va a llegar.
Todos los análisis que se hagan de los escenarios posibles llevan al mismo punto: se ha intentado todo y no se ha logrado el objetivo de cambiar al gobierno, por lo que descartada como está una intervención militar extranjera, la única vía que queda es que Maduro acepte separarse del poder, para que haya elecciones limpias, con otro CNE, y de allí surja un gobierno que inicie la titánica tarea de recoger los pedazos rotos y reconstruir las instituciones, la economía y en general el país entero.
Esta es una verdad incontrovertible, que sin embargo muchos se empeñan en negar, aunque no ofrecen solución alternativa como no sea criticar a Guaidó por su supuesta inacción.
Uno entiende la desesperación colectiva ante el terrible drama que sufrimos, pero precisamente por su gravedad hay que tomar decisiones acertadas, movidas más por el análisis racional de los hechos, que por las pasiones.
No hay nada más riesgoso que una decisión tomada en medio de una gran arrechera, porque lo más probable es que como consecuencia de ella el problema se torne más grave que lo que estaba.
Pero mientras tanto están pasando cosas que evidencian el debilitamiento gradual del régimen de Maduro, aunque muchos lo consideren lento.
El rechazo internacional y las sanciones de Estados Unidos han mermado de manera importante las finanzas del régimen, lo que obligó a cerrar la alegre chequera petrolera que financiaba a cuanto bicho de uña se acercaba a Miraflores; China y Rusia no dan nuevos préstamos y antes bien están presurosos en cobrar los préstamos; el apoyo popular ya es historia y algunos encuestólogos establecen en casi el 90 por ciento el rechazo a Maduro.
Por eso –explican- es cada vez más frecuente que la mayor asistencia a los actos políticos sea de militares y de manera particular la milicia, cuando que antes era casi totalmente de pueblo chavista.
¿Han pasado cosas con Guaidó? ¡Claro que han pasado y están pasando! Cabeza fría y la mirada puesta en el horizonte, porque tenemos 20 años con esta vaina encima y no veo por qué querer resolverlo ahora de la noche a la mañana.
Y un último comentario, porque lo tengo en la punta de la lengua y si me la muerdo muero envenenado.
Es que no entiendo que algunos empresarios, multimillonarios en dólares en el exterior, ahora se lamenten por las medidas de este régimen, cuando financiaron en un principio a Chávez, origen de todo lo que vino después.
Queda para la historia aquella cena de empresarios a Chávez, convocada por Cisneros, para recogerle dinero para la campaña que lo llevó a la presidencia. ¿Y ahora lloran?
Pdvsa
Varias agencias internacionales de inteligencia comercial están estimando la producción de Pdvsa en menos de 800 mil barriles diarios, aunque la petrolera sostiene que está en un millón.
Buena parte de la producción recae sobre las operadoras privadas, básicamente Rosneft, Total y Chevron y otras empresas privadas que prestan servicios de apoyo en la extracción.
Aunque no hay una información oficial precisa sobre este tema, numerosos expertos coinciden en la creencia de que Pdvsa se orienta a cesar su extracción directa en la Faja del Orinoco para dejarla en manos de las empresas extranjeras.
Pero el principal problema es que con las sanciones de Estados Unidos, le resulta cada vez más difícil traer del exterior los diluyentes para alivianar esos crudos extra pesados, que de no hacerlo no pueden ser vendidos porque no hay refinería capaz de procesarlos en su textura original.
Para una producción de un millón de barriles en la Faja se necesitan por lo menos 110 mil barriles diarios de crudos livianos.
A los altos costos de extracción en la Faja, hay que sumar lo que cuesta alivianarlos, para luego venderlos a menos de 50 dólares el barril. ¿Cuánto queda realmente?
Cuatro
Uno
Este 5 de agosto se cumplieron 202 años de la proclama de Bolívar contra Piar, que inició el proceso que lo llevó a ser finalmente fusilado en la tarde del 16 de octubre de ese mismo año 1817.
Uno de los hombres más importantes en la Guerra de Independencia, cayó abatido por las balas de la causa que defendió con tanto empeño y destreza, Se dice que fue condenado por disputarle el mando a Bolívar, cosa que no era cierta porque Piar ya lo había reconocido como jefe supremo y además ya se había ido de Guayana para Maturín, en donde fue capturado bajo engaño por el piquete de Cedeño, mandado con ese fin por Bolívar.
Dos
Da dolor ver cómo se reduce el inmenso bosque de pinos Caribe, porque los árboles se mueren de viejos sin ser aprovechados, por la candela y por la desidia.
Ni siquiera se les extrae resina, para aprovecharles algo y tampoco se concreta el proyecto de la planta de pulpa para papel, que le hubiera dando sentido a una inversión y esfuerzo de esa naturaleza, creado por J.J Cabrera Malo.
Lo que se logra aprovechar es marginal frente a las inmensas posibilidades que tiene un bosque de casi medio millón de hectáreas.
Tres
El deterioro de la autopista a Ciudad Bolívar es evidente, lo que plantea la necesidad de establecer el cobro de un peaje que sea suficiente para su mantenimiento, incluyendo un buen bacheo o la repavimentación de algunos tramos.
Con 50 bolívares no se cubre ni el costo del recibo y mucho menos el salario de los cobradores. Tendría que ser de por lo menos 5.000 bolívares, con tal de tenerla en buen estado.
Cuatro
Los hospitales públicos están en el peor estado de abandono y ahora el gobierno sanciona a las clínicas privadas con multas elevadas, lo que puede conllevar a su cierre.
Si eso llegara a ocurrir nos quedaríamos con pocas posibilidades de lograr atención médica en caso necesario. Las sanciones son porque están cobrando en dólares, pero eso lo está haciendo todo el mundo porque el bolívar vale cada día menos y eso es lo que debería resolver el gobierno. La dolarización no ocurre por capricho sino como mecanismo de defensa de la población ante la devaluación diaria de la moneda nacional. Si el bolívar no vale nada y se persigue el dólar, ¿qué hacemos entonces?
Sí es verdad que las clínicas cobran muy caro y eso hay que corregirlo, pero son una alternativa ante el colapso de los hospitales públicos.
En varios países, la mejor medicina la prestan los hospitales públicos y no las clínicas privadas.
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