¿Seguirá triunfando el oficialismo?
Escribo este artículo a un día para las elecciones de gobernadores y alcaldes y aunque no sepa cuál será el resultado, presiento que el oficialismo hará lo necesario para continuar su hegemonía, mucho más en el estado Bolívar donde tienen ahora su bastión y su única fuente de recursos, debido a la quiebra intencionada de la industria petrolera.
En el caso de Bolívar al igual que ocurrió en Miranda, la oposición llega profundamente dividida, al punto de que los dos candidatos más destacados en la campaña protagonizaron los bochornosos hechos viralizados en redes sociales, todo en presencia de la observadora internacional de la unión europea, ello no hace augurar un buen desenlace en la titánica tarea de desmontar del poder al oficialismo, en la que nos guste o no, debe llegarse en perfecta y sólida unión.
No dudo que ambos candidatos movilicen sus importantes números de electores, pero un sector de éstos seguramente se abstuvo de votar precisamente por la polarización que increíblemente sucede en el seno de los llamados partidos de oposición, lo que hará que la abstención se mueva nuevamente a favor del oficialismo, abstención que también fue promovida por el sector político que aún apoya a Juan Guaidó.
Del otro lado de la acera intuyo estará mofándose de la incoherencia opositora el candidato del oficialismo, contra quien no hubo acción judicial alguna por su descarado uso de recursos del estado para su campaña electoral, en una flagrante comisión de delitos de corrupción, con lo que dejó más que claro a los ciudadanos, que de perder la elección se erigirá en un posible protectorado a través de la corporación venezolana de Guayana, como ya nos tiene lamentablemente acostumbrados el oficialismo en contiendas electorales pasadas, en estados donde perdieron sus candidatos.
De manera que la evidente desunión opositora abonará definitivamente en favor de la hegemonía oficialista, la cual como un favor a los ciudadanos a cambio de su voto, exhibieron la usual eficiencia pre electoral, desmalezando avenidas, reemplazando luminarias, asfaltando calles y avenidas, restableciendo en algunos sectores el servicio de agua potable y hasta un inusitado surtido de combustible en algunas estaciones de servicio, lo que deja en total evidencia que la precariedad manifiesta de los servicios públicos, no ha sido por causa de bloqueos o sanciones al estado, sino que esta se ha utilizado a discreción del oficialismo como una herramienta de control social.
Pero seguiremos insistiendo los que creemos en el restablecimiento del estado a través del cumplimiento irrestricto de la ley, no hay fórmula mágica para desmontar del poder a la cúpula oficialista, los ciudadanos debemos y tenemos que usar las herramientas que la ley y la justicia nos permiten, independientemente que no sea contra demócratas que nos enfrentemos en el devenir, lucha que no sólo se pierde porque se haga trampa en una elección, sino también por llegar a ella divididos, en pugna y con la sin razón de la violencia, persiguiendo objetivos personales o partidistas. Mientras esa realidad no cambie seguirá triunfando el oficialismo.
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