Sebastián Piñera, ¿otro CAP?

Lo que está sucediendo en Chile, es algo que puede ser normal, siempre que no existan actos evidentemente planificados, con la finalidad de destruir, buscando el deterioro del sistema.

El problema de los gobiernos aparentemente exitosos, se fundamenta en analizar solo los índices económicos. Allí radica el error y esto genera una acumulación de energías negativas que no se drenan mediante mecanismos apropiados y esto culmina con una especie de corto circuito inexplicable, pero de grandes proporciones. Manejar sociedades humanas es muy difícil.

Los interesados en apropiarse del poder buscando desacreditar al gobierno, utilizan estas energías reprimidas e implementan orgánicamente el manejo de estas fuerzas anímicas a través de entrenar a sus grupos de asociados y prepararlos en el manejo de la violencia. Esto no es espontaneo, es absolutamente planificado y es fácil de comprender observando la magnitud de los daños ocasionados mediante el uso de elementos de gran poder de destrucción y en el caso específico de Chile, grandes cantidades de combustibles. No se puede ocultar.

Eso sucedió en nuestra patria y culminó con la destitución del presidente constitucional de la república de Venezuela, Carlos Andrés Pérez. Hasta los mayores partidos políticos y los grandes medios de comunicación de masas, cayeron en la trampa. Ahora están pagando las consecuencias y pareciera que la república de Chile va por el mismo camino.
Carlos Andrés Pérez tenía una gran ventaja sobre Sebastián Piñera, era capaz de utilizar la fuerza contra la fuerza, no mostraba debilidades en ese campo, su tragedia era que su mente democrática respetaba las formalidades orgánicas del poder y eso lo desmoronó. Absolutamente incapaz de trasgredir las leyes utilizando el poder de la presidencia, lo liquidaron. Creyó que no se atreverían a llegar a los extremos de la villanía.

Las sociedades son muy complejas y deben manejarse apropiadamente. Observen a Japón, donde cada individuo es exigido al máximo desde que tiene uso de razón. Un éxito total. En EEUU muy pocos comen sin trabajar, pero recuerden las grandes manifestaciones durante la guerra de Vietnam. Pero el sistema de compensaciones al éxito los mantiene distraídos. Los árabes con su fanatismo religioso drenan sus rabias arrodillándose varias veces al día y muy pocas veces se rebelan y cuando lo hacen son terribles, sus mayores problemas son guerras entre los países.

En Venezuela, la oposición se ha encargado de favorecer al gobierno, utilizando la rabia colectiva en manifestaciones sin ningún otro objetivo que mostrar a grandes multitudes humanas frente a las fuerzas armadas, lanzando objetos contundentes sin ninguna fuerza letal y eso ha costado cientos de vidas. El gobierno siempre domina y la fuerza opositora se apaga y no dejan que se recargue, es algo absurdo pero es lo que hacen convocando casi todos los días a manifestaciones sin ningún sentido práctico. Cuando esas fuerzas se fueron contra Miraflores y el gobierno se vio obligado a repelerlas, se tambaleó el presidente y lo sacaron por unas horas, pero los mismos errores inducidos por las ambiciones grupales y personales, los llevaron al fracaso.

El gran pensador venezolano, el maestro de maestros, Luis Beltrán Prieto Figueroa, escribió un libro que tituló Psicología y Canalización del Instinto de Lucha. Hace muchos años se me extravió pero recuerdo que se refería a esas cosas humanas. Observen que aquí en Venezuela no había ninguna rebelión popular, todo vino después de 1958, luego de la caída de Marcos Pérez Jiménez. Hasta grupos guerrilleros tuvimos patrocinados por el gobierno de Cuba. Eso no es ningún secreto.

Es evidente que Sebastián Piñera va por el mismo camino de Carlos Andrés Pérez. Las encuestas no van más allá del 14% de apoyo, CAP tenía mucho menos después de ser el más popular y vencer a Eduardo Fernández con el 56% de los votos. Los cuatro millones que obtuvo El Tigre, no valieron de nada, pero no pudo contra las ambiciones y la estupidez nacional.

Estoy absolutamente seguro, que si las fuerzas políticas organizadas de Chile y la misma sociedad chilena, no asumen que puede pasarles lo de Venezuela, dentro de muy poco comenzará la debacle de esa maravillosa y próspera nación. El cobre no tiene la mínima fuerza económica comparada con la del petróleo, que permita sobrevivir sin producir. Dentro de muy pocos años, no tendrán tiempo de arrepentirse de haber sido cobardes y no defender a su patria adecuadamente. ¡Buena suerte! @dabega26

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