Opinión

Roberto De Santis

"Roberto decide viajar en el año 1949 a Somalia, regresando a Italia en 1951, ese mismo año, Roberto logra conseguir empleo en la OTAN de Nápoles, donde permanece hasta 1956".
Evelio LUCERO
sábado, 26 octubre 2019

En la legión de italianos que llegaron a Venezuela, al final de la década de los años 60, comienzo de los 70, bien sea por vía aérea o marítima, la mayoría llegaban por el litoral central, o sea por el Departamento Vargas, La Guaira el cual dependía del Distrito Federal, tal vez, otros entraron por Brasil-Santa Elena de Uairén, como es el caso del conocido Franco Biocci y uno que otro por Maicao-Maracaibo o Cúcuta-San Cristóbal, y estos últimos entraron por vía terrestre, pero…El que nos ocupa hoy, en esta, su columna sabatina del diario Primicia “Cuenta La Leyenda” de verdad fue un gran amigo personal, lo que consideré un privilegio, aunque la mayoría de los ítalos, con algunas excepciones son personas que se convierten en poco tiempo, en parte de nuestro entorno familiar, este es uno de ellos, me refiero a Roberto De Santis.

ROBERTO de SANTIS, fue un personaje de origen italiano que siempre supo derrochar en su vida, (en el buen sentido de la palabra) una carga de simpatía y un espíritu solidario innato, basando en su existencia en un tenaz y arduo trabajo, muy bien recompensado y acompañado de éxito, además de que con la compañía de una familia que formó bajo sanas reglas morales, fundamento y base para un reconocimiento unánime de parte de las varias comunidades existentes en Venezuela, país que logra unir en un fraternal abrazo, tantos y diversos pueblos.

Roberto nace en Nápoles el día11 de junio de 1927, en la ciudad más importante de Campañía (Campañía, es una de las veinte regiones que conforman la República italiana) ciudad que surge en uno de los lugares naturales más fascinantes del mundo.

En Nápoles existió un fantástico alternado de cultura, de sistemas de gobierno, el más imprevisto entrezado de gustos y costumbres, el más continuo y variado transformar de la naturaleza, entre volcanes y praderas, mares y montañas.

Innumerables los monumentos de Nápoles, entre los cuales el más importante aparece el “Castillo del Huevo”, La Plaza del Municipio, con una maravillosa vista del lugar, El Fuerte de San Elmo y Certosa de S. Marino, S. Giacomo de los Españoles, El Foro Carolino, Santa María Mayor, S. Chiara, Palacio Gravina, vía Monteoliveto, y muchas otras iglesias de diferentes estructuras arquitectónicas.

A todas éstas Roberto de Santis se convierte en un gran estudiante, logra obtener la licenciatura en Economía y Comercio y se comprometen profundizar y estudiar varios idiomas.

El padre de Roberto, Don Alberto era un industrial napolitano, propietario de la Cadena de Santis, y la señora Carolina de Santis, fue una pianista en el Conservatorio de Nápoles, sus hijos fueron Antonia, Roberto y Lucia.

Roberto decide viajar en el año 1949 a Somalia, regresando a Italia en 1951, ese mismo año, Roberto logra conseguir empleo en la OTAN de Nápoles, donde permanece hasta 1956.

En el año 1959, Roberto viaja a Nigeria, Alto Volta y Congo, ahí decide dirigirse al otro lado del mundo, Venezuela, exactamente 1968, llamado por su hermano Alessandro, quien residía en Venezuela desde 1951, este hermano era propietario de una fábrica de muebles que se llamaba “VEMATEC”, además era socio en SEARS ROEBUCK DE VENEZUELA, y luego después de su muerte su esposa Adriana de Santis fue socia durante muchos años.

Roberto se viene al estado Bolívar, logrando empleo en la”Kaiser” en los inicios de la construcción de la Represa de Guri, comenzando como jefe-contador y entonces con la misma empresa “Kaiser” funda una sociedad que se identifica como “COSMOS” compañía de administración de empresas, deja la “KAISER” y comienza bajo la dependencia de la “WELLES DE VENEZUELA” quien se encargaba en movimientos de tierra y de dinamitar e industrializar los minerales de hierro, en sus inicios Roberto entra como administrador, y luego la adquirió en 1978, comprando las acciones de “Wells” en el mismo año Roberto funda una empresa llamada “SEIMICA” que se dedicaba al montaje industrial eléctrico, esta misma empresa también en una licitación ganó un contrato, dirigido al desarrollo del mineral conocido como “dolomita” es el momento cuando Roberto de Santis establece la “ORIENTE INVERSORA”.

Roberto, conoce, se enamora y se casa con una gran mujer muy trabajadora (era secretaria en la Orinoco Mining Company) quien se llama Claribel, de esta feliz unión, nacen tres hijos, Luis Felipe, Erika y Alex, excelentes estudiantes y hoy profesionales exitosos como su progenitor.

En el transcurso del tiempo, Roberto es seleccionado por un grupo de amigos para ingresar al Rotary Club Puerto Ordaz, fundado en 1955, donde ejerce su labor filantrópica durante varios años, siempre con su cara de bondad y una permanente sonrisa, esta labor que desarrolló en el Rotary, es la que lo hace acreedor después de su triste despedida a colocar su nombre honrosamente y recordarlo permanentemente como el fue “buena gente” al módulo asistencial de salud que está en la Urbanización Ventuari, lugar donde se presta asistencia médica a las personas de escasos recursos económicos.

A este ilustre y querido personaje, rogamos a Dios Por su eterno descanso. AMEN.

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