Opinión

Reglas y limites en la familia

El arte de ser familia.
jueves, 12 septiembre 2019

Le invito a pasearnos por el maravilloso contexto de las reglas y limites en la estructura familiar, como parte de ascendente camino de fortalecimiento familiar.
La familia se dice que es un sistema gobernado por reglas, en el entendido que estas son los acuerdos relacionales que prescriben o limitan los comportamientos individuales, y organizan la interacción en el sistema procurando que sean más estable y equilibrado. Es como si dentro del contexto familiar existen acuerdos para actuar de una u otra forma. Pero lo más común es encontrarnos con sistemas familiares donde estos acuerdos no son conscientes y muchas veces ni siquiera son conocidos por los miembros de una familia. Sino que los van construyendo como fruto de esos ajustes que se requieren realizar para mantener la homeóstasis familiar (equilibrio), de otra forma estaría la unidad en crisis.

El descubrimiento y diseño de las reglas que rigen la vida de un sistema familiar requiere de una larga y cuidadosa observación, de manera constante y permanente que a través de inevitables reajustes por ensayo y error, van generando un código de comportamiento.

Al interior de las familias pueden observarse tres categorías de reglas: Las reconocidas; que se han establecido de manera abierta y directa. Bajo este tipo de reglas se negocian los acuerdos de convivencia, asignación de tareas y distribución de responsabilidades; así como la expresión de ciertas necesidades personales; juegos, compartir con los amigos, disfrute de hobbies… Las implícitas; se refieren a los funcionamientos sobreentendidos acerca de los cuales no se habla de manera clara, emergen de la dinámica de la familia, no se verbalizan. Las secretas, son las mas difíciles de descubrir cuando estudiamos una familia. Representan los modos de actuar con los que un miembro bloquea las acciones de otros. Y por ultimo están las emergentes, que surgen de las situaciones de caos como medio para reparar o frenar una crisis o impasse dentro del sistema, están se desvanecen en el tiempo, no son consistentes, ni son supervisadas, pierden efectividad casi de inmediato.

Ahora bien hablar de reglas invita a hablar de límites. Estos constituyen un elemento esencial para entender la estructura de una familia. Es importante analizar cómo estos se establecen entre los diferentes subsistemas que la componen. Los limites están definidos por las reglas que establecen quienes participan, regulan de manera muy especial las pautas de proximidad y la jerarquía entre cada uno de los miembros.

En otras palabras podemos puntualizar que los límites son la frontera psicológica que salvaguarda la identidad y regulan los modelos de relación, de comunicación y de vínculo emocional entre los distintos subsistemas: pareja, padres e hijos, hermanos.

Cuando no existen límites claros o estos son difusos e inconsistentes afectan el funcionamiento familiar, lo cual conduce a la familia al panorama disfuncional. Donde los miembros componen una estructura aglutinada, y la pertenencia se logra a costa de la autonomía de cada uno de los subsistemas.
En la vida real podemos encontrarnos también en el contexto de los limites, que muchas veces estos no están definidos de modo claro entre la familia nuclear (nueva unidad familiar) y la familia de origen (de donde vengo); también entre padres e hijos, entre funciones conyugales y parentales; por supuesto esto representa un sistema familiar que opera de manera inadecuada.

Puede también existir núcleos familiares donde los limites son rígidos y existe un acentuado sentido de independencia; ausencia de sentimientos de fidelidad y pertenencia; baja capacidad para pedir ayuda entre sus miembros; baja respuesta ante el estrés y las vicisitudes que pueden presentar sus miembros, poco o nulo apoyo mutuo, son como islas.
En este proceso de revisión y reedición de nuestras familias es importante que cada uno de nosotros como padres, madres, cabezas de familia revisemos el interior de las estructuras ante la posibilidad de crear cambios significativos que conviertan a nuestras familias en organismos más funcionales, en particular donde existan límites claros y permeables y, reglas claras y flexibles. Las familias que gozan de una funcionalidad armónica cuentan con límites bien establecidos y permeables, así se le permite a cada subsistema responder de manera efectiva a las necesidades de los otros, manteniendo un adecuado sentido de pertenencia entre los miembros; además de mantener cierto grado de autonomía en cada uno.

Tú y yo podemos contar con una familia funcional donde cada uno de los que integran nuestros contextos familiares establezcamos relaciones de cooperación y apoyo mutuo, sin invadir espacios personales ni violentar las estructuras, reconociendo la pertenencia de cada uno. Esto hará que nuestra sociedad adopte este estilo de vida y se proyecte como modelo de interacción social, donde hay un lugar para cada uno y cada uno en su lugar. @irmavcoach

 

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