Opinión

¿Reconstruirán a Guayana?

Pero eso fue como un sueño, ya no existe, todo desapareció y algo absolutamente inexplicable.
martes, 16 junio 2020

Construir un emporio industrial como el que se logró en esta parte del territorio de Venezuela, es algo digno de los más desarrollados países del mundo. Pero eso fue como un sueño, ya no existe, todo desapareció y algo absolutamente inexplicable, es como si nada hubiese existido y solo queda una gran ciudad que tampoco es la misma, aunque todavía quedan las grandes estructuras arquitectónicas y comerciales que nacieron como fruto de la producción industrial de sus inmensas empresas metalúrgicas. En muchas partes del mundo ha sucedido lo mismo cuando desaparece la fuente que permitía la aglutinación social, ahora son miles y miles de casas desocupadas y de vez en cuando las conocemos por reportajes sobre lo que fueron esos centros mineros. Guayana es lo mismo, todo se realizó en base a los minerales, no preciosos, por cierto.

Ojalá jamás se escriba un libro como Casas Muertas, de Miguel Otero Silva, y logremos reconstruir este maravilloso centro industrial, adicionando empresas procesadoras de la producción primaria. La competencia en el mundo lo hace mucho más difícil, pero se puede lograr por cuanto tenemos al poderoso río Caroní que permite generar inmensos torrentes de energía a relativo bajo costo, por cuanto las grandes inversiones se realizaron y solo se hace imprescindible actualizar su sistema de generación y esto no requiere demasiada cantidad de tiempo ni tampoco recursos económicos incosteables, que pueden lograrse en los organismos financieros internacionales.

Hace poco, el ingeniero Enrique Castells, ex presidente de VENALUM, un ejecutivo en esa área, muy reconocido a nivel mundial, expuso un plan de recuperación de mediano plazo y en mi criterio, es excelente. El problema entre decir y hacer, depende del propósito de quienes asuman la dirección de nuestra patria, teniendo miles de necesidades prioritarias que requieren recursos inmediatos por exigencias directas de la población.

De lo que fue Guayana queda muy poco en la realidad. De las grandes empresas solo FERROMINERA funciona a media máquina, con problemas de recursos para modernizarse, por cuanto todo requiere evolucionar y atender los equipos apropiadamente, adecuadamente, sin permitir que todo se circunscriba al mantenimiento correctivo cuando se produzcan las fallas. Los trabajadores carecen totalmente de las ventajas que poseían en su momento, aunque era la empresa que pagaba el menor salario, pero tenían de todo, incluyendo comisariato que permitía repartir la comida con otras personas. Escuela para los hijos y un hospital de altísima calidad, era algo simplemente maravilloso, aunque como siempre, se quejaban. Las casas eran increíbles, allí están todavía y los sitios de recreación, simplemente extraordinarios, incluyendo los campos deportivos.

SIDOR ya no produce ninguna cantidad de acero, llegó a generar más de 4 millones 300 mil toneladas, en mano de los argentinos y mexicanos. Los ex trabajadores recibían grandes cantidades de dinero por la cuota de acciones que poseían, con lo que les entregaban, una de las cuatro veces que le entregaban su participación al año, pudieran mantenerse varios años en la actualidad. Muchas veces se conseguían en los grandes supermercados con varios carritos llenos de productos, pero querían el cambio y lograron que expropiaran a SIDOR y luego la remataron con el llamado CONTROL OBRERO, un veneno letal.

A VENALUM, una de las fábricas de aluminio de mayor pureza en el mundo, la degollaron durante el colapso de GURI por la sequía. Consume cantidades inmensas de energía, el aluminio es casi un producto encapsulado de energía eléctrica. La electricidad implica una parte de alrededor del 33 % de la producción. Era una mina de oro y en lugar de aplicar técnicas de mantenerlas vivas a bajo amperaje, las apagaron y recuperar una cuesta grandes cantidades de dólares y mucho tiempo. De 905 celdas, no quedan ni veinte y algunos dirán que solo doce, pero los cinco mil trabajadores están allí, pero sobreviviendo, su mundo de felicidad desapareció.

ALCASA siempre fue ineficiente, pero producía más de cien mil toneladas al año y funcionaba porque EDELCA asumía los costos de la electricidad comprando acciones sin ningún valor real. El problema de ALCASA era que el costo de producción por tonelada, era 10 veces mayor por horas hombres que cualquier otra reductora de aluminio del mundo. También la bauxita era mucho más cara aquí en Venezuela, pero por estrategia se consumía la nuestra en lugar de traerla del exterior. Los ingenieros y técnicos de ALCASA eran unos verdaderos genios, fabricaban hasta los repuestos por cuanto no había dólares para importarlos.

Guayana se puede recuperar, pero se requieren muchas cosas adicionales, aparte de la intención y los recursos, no podemos proseguir con miles de trabajadores que no hagan absolutamente nada porque son parte de la dirigencia sindical y no les corresponde ese derecho de cobrar sin trabajar. Todo debe respetarse, pero dentro de los límites de lo que nos corresponde. ¡Buena suerte!

@dabega26

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