Rafael Alfonzo Ravard, un gerente visionario.

Rafael Alfonzo Ravard nació en Caracas, el 17 de agosto de 1919, y murió, en esa misma ciudad, el 22 noviembre del 2006, a los 87 años de edad.

Hijo de Santiago A. Alfonzo Rivas, un gran empresario venezolano (Maizina Americana), y de Isabel G. Ravard Bander, quienes con dedicación y esmero, educaron e inculcaron sólidos valores intelectuales, morales y religiosos a sus hijos.

Obtuvo su título de bachiller (1936), del Colegio San Ignacio y seguidamente, ingresó a la Academia Militar de la Planicie, Caracas. Alfonzo, dijo alguna vez, “que lo hacía como una forma de servirle al país”.

A los tres años se graduó de Alférez y por su destacado desempeño académico, fue enviado a Italia, para proseguir estudios en la Academia Real de Artillería e Ingeniería de Turín. Estos, serían interrumpidos por el estallido de la Segunda Guerra Mundial (9/1939).

De regreso a Venezuela, se incorporaría al ejército y en 1940, lo ascienden a subteniente. Como tal, fue destacado a la ciudad de Mérida, donde también inició estudios de Ingeniería, en la ULA. Al ser trasladado de vuelta a Caracas, se aventuró a cursar estudios de Derecho en la UCV, los cuales abandonó muy pronto.

Seguidamente, se inscribe en el Massachusetts Institute of Tecnology (MIT), USA, al cual asiste, previo permiso concedido por el presidente de la República, Isaías Medina Angarita. Allí obtuvo el título de B.S. Civil Engineering (ingeniero civil). Esto ocurrió en el año 1945. En 1947 es nombrado director de Transporte del MOP.

En 1949, debido a su amistad con Delgado Chalbaud, es enviado a París, Francia, a realizar el curso de Estado Mayor, de donde se graduó con honores.

Rafael Alfonzo, contrajo nupcias con Corina Wallis Olavarría. De dicha unión no hubo descendencia.

Su carácter, forjado a lo largo de los años, combinó un extraño don: La honorabilidad de un militar sin tacha, con la excelencia gerencial de un ingeniero; quienes bien lo conocieron, solían decir que era “el mejor civil de todos los militares”.

La historia lo registrará como uno de los pocos venezolanos que tuvo el don de realizar obras notables y de impactante trascendencia.

Promovió un plan para la industrialización del sur de Venezuela. Para ello: 1. Se convierte en presidente-fundador de la recién creada CADAFE y luego, desarrolla un sistema eléctrico nacional, a partir de la fuerza hidráulica del río Caroní, como fuente de energía primordial; por cierto, que una de sus virtudes, fue la de “rodearse de los mejores”.

Por eso, inicialmente contrató al ingeniero Hidráulico Rafael de León; al experto en economía, Roberto Álamo y a los ingenieros Rodolfo Tellería, Luis Augusto Colmenares y Efraín Carrera.

Todos ellos, en una u otra forma, contribuyeron a la construcción de Macagua I, que fue la primera y al desarrollo sucesivo de las demás represas y plantas.

Macagua I, por cierto, sirvió para energizar los primeros hornos Siemens-Martin del Instituto Venezolano del Hierro y el Acero, planta siderúrgica (1956), construida por la Inocentti.

Su principal promotor fue el general Marcos Pérez Jiménez. Posteriormente, esta industria tomaría el nombre de Sidor. Seguiría Guri, primera etapa, a la cual Alfonzo Ravard, dedicaría ía particular atención y que fue inaugurada por Raúl Leoni.

2. Construyó un megaparque industrial, el más diversificado y moderno para su época (empresas básicas); 3. En 1961 firmó un acuerdo de asesoramiento con el MIT y Harvard, para el diseño urbanístico de una nueva ciudad, que, con el tiempo, se denominaría” Ciudad Guayana”. Esta sería la primera gran ciudad no fundada por españoles.

4. Participó desde su inicio, en la creación, organización y desarrollo de Pdvsa de la cual, también sería su fundador y primer presidente. Rafael Alfonzo, sería el servidor público de más larga trayectoria y continuidad, que se haya conocido en la Administración del Estado.

Se inició cuando Marcos Pérez Jiménez lo nombró presidente de la Comisión para el desarrollo de la energía eléctrica de la cuenca del Caroní (Ceec). En 1958, Wolfgang Larrazábal lo nombró presidente de la Corporación Venezolana de Fomento, en cuyo cargo es ratificado por Rómulo Betancourt (1959) y un año después, (1960), lo nombra presidente de la Corporación Venezolana de Guayana.

Allí también desempeño el cargo de presidente de Edelca, Venalum y vicepresidente de Alcasa. Como presidente de la CVG, fue ratificado igualmente, por Raúl Leoni y luego por Rafael Caldera.

Cuando llega Carlos Andrés Pérez, este lo nombró para presidir la recién nacionalizada empresa petrolera y naciente Pdvsa (1976). El hecho se da en el lugar donde se perforó el primer pozo petrolero en Venezuela, Zumaque I, en el Estado Zulia. Luis Herrera Camping, a su llegada, igualmente lo ratifica en dicho cargo.

Al finalizar un período de 8 años en esta última empresa, y con más de 30 años de antigüedad en la Administración Pública, Rafael Alfonzo Ravard se retira, tanto de las FFAA como de la Administración pública, llevando en su haber, el cumplimiento de una de las trayectorias ininterrumpidas, más brillantes y fructíferas que venezolano alguno haya podido cumplir.

Durante ese extenso período, no solo estuvo en altos cargos en las fábricas antes mencionadas; creó la Empresa Cementos Guayana y Metalmeg y el hermoso hotel Intercontinental Guayana, entre otras.

Con el ingeniero Cabrera Malo, inició la siembra del Pino Caribe, la que habría de ser la más extensa del mundo, sembrada por la mano del hombre (6000.000 hectáreas). Su objetivo fue explotar la madera para muebles, viviendas y para la elaboración de pulpa de papel.

Igualmente apoyó al Padre Palacios, para la creación del colegio Loyola-Gumilla. Presidió, por 14 años, esa maravillosa institución, denominada “Fe y Alegría”.

Ha de hacerse notar que en todas las empresas que fundó, generalmente lo hacía en asociación con un sector privado con mayoría accionaria, salvo en el caso de Edelca. No me imagino su frustración, cuando Carlos Andrés Pérez nacionalizó todas las empresas básicas; solo en algunas, dejó una pequeña participación privada.

Rafael Alfonzo Ravard fue objeto de múltiples reconocimientos, premios y distinciones, entre ellas, fue individuo de número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales y Presidente de la Consejo Mundial de Energía.

En sus últimos años, se desempeñó igualmente como presidente de “Alfonzo Rivas y Cia.”, empresa de su familia, para finalmente, retirarse por razones de salud.

Rafael Alfonzo Ravard fue un militar honorable y honesto, un ciudadano entregado al desarrollo de su país, un abnegado profesional, un gran amante de la tecnología y de la eficiencia, pero sobre manera, fue un auténtico patriota, que siempre sirvió con dedicación, denuedo y rectitud.

Su trayectoria como funcionario público es una de las más brillantes de la historia contemporánea de Venezuela ¡Fue un venezolano sin igual!

CE.mgarciat84@gmail.com.

Nota: Da inmensa satisfacción, rendir un pequeño, pero muy merecido reconocimiento a un hombre virtuoso de la talla de Rafael Alfonzo Ravard, uno de los grandes constructores de Guayana y de Venezuela.

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