Opinión

¿Quién controla a la policía?

En Venezuela hemos tenido y presumo que eso continúa igual, a un cuerpo de seguridad pública que era la PTJ y ahora el CICPC, considerado como uno de los mejores del mundo.
martes, 02 marzo 2021

Este es un gran problema mundial, los abusos de los cuerpos de seguridad son una rutina en el universo entero. Pero existen las instancias donde se corrigen las acciones indebidas de los cuerpos policiales y se castiga a los culpables.

Cuando los abusos son parte de la estructura de mando de las organizaciones que nos deben proteger de los delincuentes, se pervierte, se genera un proceso de anarquía donde los niveles de autoridad desaparecen y se actúa de acuerdo a la calidad personal de los funcionarios y allí se engendra la tolerancia a la mayoría de los delitos, siempre y cuando quienes los cometan tengan los recursos para solventarlos o las instancias de protección política que los hace invulnerables.

En Venezuela hemos tenido y presumo que eso continúa igual, a un cuerpo de seguridad pública que era la PTJ y ahora el CICPC, considerado como uno de los mejores del mundo.

Cuando los investigadores asumen descubrir a un delincuente, es casi imposible que no lo logren, a menos que circunstancias extrañas a ellos mismos lo impidan, pero eso no indica que todos son excelentes, existen las capsulas envenenadas y eso es un gran peligro que debe vigilarse al máximo con las mismas herramientas que existen internamente.

En lo personal tengo un respeto extremo por las autoridades y eso me ha traído problemas. Soy incapaz de ofrecer dinero a un funcionario para que no me detenga el vehículo porque me retrasé en el pago de la patente o algo parecido. Trato de tener mis papeles en regla, pero es casi imposible salir airoso de una alcabala cuando el único propósito es extorsionar.

Hasta la bombona para apagar un incendio la utilizan exigiendo la factura de cuando la recargaron, realmente es terrible y lo peor es tratar de quejarse, no existe donde ir y los jefes son prácticamente inaccesibles y si se enteran de la denuncia, sus compañeros se encargan de buscar la venganza.

Es simplemente la impotencia total, aunque en algunas ocasiones han colocado teléfonos secretos para denunciar y casi de inmediato se conocen a quienes denuncian y vienen las tragedias personales y familiares.

Me estoy refiriendo a la parte perversa de los organismos de seguridad, pero cuando nos encontramos con la parte que cumple con sus responsabilidades, que son la inmensa mayoría, sentimos que nadie nos podrá hacer daño, porque quienes nos deben defender lo hacen apropiadamente y como debe ser. Los cuerpos de seguridad son para protegernos, no para agredirnos.

Cuando los funcionarios carecen de la capacitación suficiente para tratar al público, actúan contra las personas normales de la misma forma como lo hacen con los delincuentes y eso es una tarea que deben asumir quienes forman a estos funcionarios.

Lo primero es el trato respetuoso y considerado al exigir la documentación que requieren en determinados operativos.

No podemos negar que los cuerpos de seguridad se enfrentan a delincuentes muy peligrosos y que no les importa matar y por eso se van al fondo y salen de esos delincuentes, pero allí aparecen fenómenos extraños y de pronto mueren personas acusadas de agredir a los funcionarios y se ha dado el caso que son cobros de cuentas de tipo pasional y personal, por eso es imprescindible establecer claramente las normas y procedimientos que son segmentos fundamentales para proteger al ciudadano del abuso de quienes poseen la autoridad para combatir al delito con las armas.

En Ciudad Guayana, tenemos a un cuerpo de seguridad municipal, que era lo máximo. Pero al tiempo comenzaron las denuncias de las extorsiones y de los operativos indebidos.

Tuve dos problemas con ellos.

La primera vez fue cuando me detuve para hacer una llamada por teléfono. Al momento de salir me encuentro con una patrulla al frente y los policías pidiendo papeles en un sitio de doble vía que no estaba marcado. Me exigen los documentos y los entrego todos, pero pasa el tiempo y no me permiten salir. Pregunto el motivo y me dirigen hacia uno que tenía mis papeles y le digo que me los devuelva para irme, pero me sale con que yo estaba interrumpiendo el transito cuando trate de salir y me correspondía una multa altísima.

Le digo que me la ponga y yo iría para aclarar el asunto, pero no dice absolutamente nada y al final le exijo que me dé la boleta y se vio obligado a hacerla y me dice que le caí bien y no me cobrarían mucho. Los denuncié por el periódico y nunca apareció esa multa.

La otra vez fue que se aparecen varios motociclistas con el cuento que mi carro estaba solicitado. Les entrego los papeles originales pero amenazan que lo van a remolcar mientras aclaro el problema. El carro me lo habían robado hacía algún tiempo y esa policía lo rescató de inmediato y ese otro día fui a buscarlo a la PTJ con una orden de la fiscalía del Ministerio Público y me lo entregaron con todo adentro.

En la PTJ, sí tuve algún inconveniente porque las secretarias no querían llamar a Caracas para reportar y liberar el carro, eso lo arreglé fácil. Busque esa copia de la Fiscalía y llamaron, no sé a quién y aceptaron el documento no muy contentos.

Alguien debe explicar a dónde podemos acudir para defendernos de los abusos. ¡Buena suerte!

@dabega26

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