¿Qué pasó con la represa TOCOMA?

Lo que sucede en Venezuela es algo realmente asombroso, pareciera como una película de suspenso donde no se hace fácil presumir el final. Preguntarse los motivos por los cuales la represa Tocoma con dos generadores Kaplan, de 216 megavatios cada uno, casi instalados, no genera absolutamente nada, es insólito. Con solo 30 millones de dólares y 18 meses de trabajo pudieran estar generando 432 megavatios.

Construir una represa de las dimensiones de Tocoma, requiere un tiempo no menor de diez años. Arrancaron en el 2003 y finalizarían en el 2013 y máximo el 20014. Se contrató con un consorcio formado por la famosa ODEBRECH de Brasil con el 50 %, IMPREGILO, la responsable de Uribante/Caparo, un fracaso casi total, 40 % y la venezolana VINCCLER con un 10 %.

Se firmó por 3005 millones de dólares, realmente un costo bastante bueno comparado con un mínimo de entre dos millones y cuatro millones de promedio por megavatio en el mundo, pero los proyectos y la infraestructura de alimentación permitía este bajo costo.

Desde el inicio comenzó la tragedia, no había ni cabillas, ni cemento suficiente para realizar los trabajos e incluso el flujo de caja para mantener operativas a las empresas era dificultoso. Así es que los vaciados de concreto comenzaron con grandes fallas y en el año 2013, cuando deberían entregar, apenas se había realizado el 66 % de la construcción y el ministro Jesse Chacón llevó el contrato a más de 7 mil millones de dólares, mucho más del doble y remató Luis Motta Domínguez por más de 9 mil millones de dólares, era el hombre de las iguanas y los rabipelados y ahora lo acusan en EEUU de haber cobrado comisiones y el los reta a buscarlo aquí en Venezuela.

Observen que ya triplicaba el presupuesto inicial y por otra parte tenían una deuda con la empresa argentina IMPSA por 1200 millones de dólares y entró en lo que llaman default, allí intervino, en el año 2018, el Banco Interamericano de Desarrollo, el sistema bancario argentino y los buitres compradores de bonos, pensando que a futuro los venderían ganándose grandes fortunas.

Esa empresa IMPSA fue la que fabricó los generadores y colocó dos, los otros ocho se encuentran terminados esperando traerlos a Venezuela e instalarlos. Yo sospecho que el dinero de los compradores de bonos llamados chatarras, provienen de dinero mal habido que tratan de lavarlo con esas inversiones tan riesgosas.

Nuestra querida Venezuela, sin la generación de energía eléctrica, es absolutamente irrecuperable. El sistema funciona desde la cueca del río Caroní, con sus 8 mil kilómetros cuadrados y su gran cañón Nekuima de 95 kms de largo, todo hecho con nuestros recursos.

Los embalses tienen un gran potencial, pero no puedo informar en concreto sobre los generadores que estén a plenitud, pero Guri debería aportar al sistema 8850 megavatios, Macagua, 2930 megavatios y Comsigua, 2196 megavatios.

Cuando hablo de megavatios son energía pura, porque cuando se dice volta/amperios no se introduce el factor de potencia que es lo que permite trasmitir la energía eléctrica en grandes cantidades por el sistema de bobinas del famoso ingeniero Nikola Tesla.

A esos equipos los conocemos como transformadores y es lo que permite estructurar el sistema de energía eléctrica en cualquier parte del mundo mediante las subestaciones eléctricas, hasta que llega a nuestras casas dominadas por los aisladores. Sin aisladores sería imposible el servicio de energía eléctrica. Nunca pensamos en las inmensas dificultades que conlleva proporcionar un servicio de esta importancia vital para el desarrollo de la humanidad.

Para Venezuela, la represa Tocoma es casi imprescindible, digo casi por cuanto todo es necesario pero no imprescindible. Pero para ponerla a funcionar se requieren muchos millones de dólares que no tenemos y solo los organismos internacionales de financiamiento, pueden aportar esas inmensos recursos bajo estrictas normas de rendimiento económico, pero como ya tenemos grandes inversiones que permitan generar energía eléctrica a bajo costo, podemos llegar a acuerdos con los financistas para cobrar tarifas aceptables a la población, hasta lograr la recuperación económica y se deba cancelar de acuerdo al costo real del producto que se consume. Debemos abolir los subsidios, estos se convierten en focos de corrupción.

Nuestra Venezuela, nuestra maravillosa patria, es prácticamente un paraíso, pero debemos cuidarla y desarrollarla, no aprovecharnos de sus recursos de manera despiadada e infame, sino invertirlos en obras y servicios que cada día nos traigan mayor felicidad.

En cada cascada, en cada laguna, en cada tapón que se pueda construir, debe tratarse de colocar un sistema de energía eléctrica que permita disminuir al máximo el uso de combustible fósil de manera innecesaria. Ha llegado la hora de pensar en grande y es lo que debemos hacer.

¡Buena suerte!

@dabega26

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