¿Que pasará en Venezuela?

Es la mamá de las interrogantes. A decir por los sucesos en Bolivia donde se cometió un quiebre político inesperado, creando inestabilidad en toda la región, a pesar del enorme liderazgo de Evo Morales, forzado a renunciar en medio de acciones facistas, terrorismo policial y militar y la represión que recuerdan los tiempos de las dictaduras del cono sur, el plan Cóndor y los terribles sucesos que azotaron los años 70 y 80 la región.

Venezuela vive circunstancias muy complejas. Estamos en medio de una crisis económica y política de las peores de los últimos cinco años. Un sector importante de la población está aspirando salir de Maduro, los radicales, han ensayado fórmulas que van desde la violencia terrorista con acciones violentas y muertes, odio, hasta la promoción de la intervención directa financiera, política y militar de los Estados Unidos y Europa. La presión ha sido bestial. Pasamos de tener un país muy estable económica y políticamente, a un país prácticamente en las tablas, con un mermado ingreso por concepto de la renta petrolera y otras materias primas y minerales como el oro.

Maduro ha resistido la embestida imperial. El pupilo de la Casa Blanca que estuvo de moda, con apoyo financiero y político, Juan Guido, resultó ser un gallo pataruco, en términos gallísticos, un gallo flojo y sin raza. No calan en las masas de personas que si bien no respaldan a Maduro, menos le siguen a una propuesta radical opositora que procura la asfixia del país y luego las vías inconstitucionales para lograr el poder. Guido ha fracasado, asi lo ha demostrado las últimas apariciones públicas. Sin capacidad de movilización, con un discurso desgastado y una estrategia que hace aguas, el joven dirigente elegido por los centros de poder mundial para sustituir a Maduro, no convence a nadie.

Maduro a logrado cierta estabilidad política al sentar a sectores moderados de la oposición, para acordar en torno a temas políticos como un nuevo CNE, la libertad de ciertos presos políticos y una agenda para la coexistencia pacífica. En términos generales logró un gran paso que aísla temporalmente a los mas radicales y pro Imperiales.

Pero el país espera más. Los hospitales están funcionando peor, ni mística, ni dolor por los enfermos,.lo que se percibe es desidia. Otro tanto ocurre con el tema de los trabajadores de las empresas básicas, Cantv, la electricidad, y un incremento de la corrupción en todos los órdenes. Mención especial merece la situación desbordada en policías y algunos sectores militares, corruptos y con prácticas de torturas y muerte. Se han incrementado las ejecuciones extrajudiciales, la violación a los derechos humanos y el abuso de fuerzas policiales contra la población vulnerable. La impunidad en aumento. Ningún diálogo prospera si los grandes temas no se abordan. Necesitamos que Venezuela retome la normalidad, la seguridad, el progreso y la estabilidad económica. Es imperativo recuperar el aparato productivo con reglas claras y sin que siempre piedan los sectores populares.

Necesitamos crear empleos bien remunerados, recuperar el sistema público de salud, mejorar los salarios y las pensiones, además de incorporar a la administración pública a gente con mística, valores y amor patrio. Venezuela con trabajo, honestidad y sentido de pertenencia saldrá adelante. Eso se tiene que acabar. Caso contrario nos espera una larga noche como en el hermano pueblo de Bolivia, o como pasó en Honduras con Zelaya, en Brasil con Lula y el parto que Chile y su pueblo tienen por parir una nueva República, y el espejismos neoliberal se desmonte.

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/JizRk8t5LR097ZYUUyPQUm

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia