Presencia de Inglaterra en el Esequibo
Como habíamos señalados en el artículo pasado, la presencia de Holanda para incursionar el Oeste del río Esequibo no pasaron de meros intentos puesto que cada vez que hacían presencia o merodeaban este lado del territorio, España se encargaba de ejercer sus controles considerando los aspectos legales que habían sido definidos en los tratados de Westfalia, Aranjuez y Münster en pleno acuerdo con Holanda, y que le daban a España pleno control de este territorio.
En relación a este aspecto. Donis señala:
“Así los hechos, se desprende que la ocupación temporal de la región del Delta del Orinoco por extranjeros en ningún momento obedeció a planes de colonización, sino simplemente a meros intentos por levantar postas que le permitieran comerciar con los españoles de Orinoco, actividad que fue eliminada por estos al expulsar del Barima a los caribes que comerciaban con los holandeses”. (Donis. p.31)
Es en este marco de situaciones que aparece la presencia de Inglaterra y que a mi manera de ver es el origen de las pretensiones de este país de adueñarse de la Guayana Esequiba, los cuales carecen de una verdadera fundamentación histórica, geográfica y jurídica que le de tal derecho como se intentará demostrar de aquí en adelante.
El tratado de Londres de 1814 define de manera taxativa cual es el territorio que Holanda cede a Inglaterra y que es el mismo que España le había reconocido a Holanda en sus diferentes tratados y que siempre habían estado al Este del río Esequibo y no las pretendidas aspiraciones que ha tenido Inglaterra de apoderarse de nuestra Guayana sin ningún fundamento legal.
Al respecto Donis lo reafirma cuando señala:
“Pedro Gual consideraba capital asentar que la Gran Bretaña no podía aducir otros títulos sino los que le cupieran como sucesora de Holanda en el Esequibo.
Los títulos ingleses en el Esequibo descansaban en la “Convención entre S. M. Británica y las Provincias Unidas de los Países Bajos [Holanda] relativa a sus colonias”, firmada en Londres el 13 de agosto de 1814. Por esta Convención, Holanda cedió a Gran Bretaña sus colonias del Esequibo, Demerara y Berbice, las cuales, a su vez, le habían sido reconocidas por España en 1648 mediante el Tratado de Munster. Con la Convención de 1814, cesó la ocupación holandesa al Este del Esequibo por la Compañía holandesa de las Indias Occidentales desde 1623 y se dio inicio a la presencia inglesa en las colonias de Esequibo, Demerara y Berbice”. (Donis, A. 2016. p, 91)
Es importante resaltar que cuando se refiere este tratado al Esequibo, sus límites siempre van hacer al Este de este río y nunca a su margen izquierda, reconocimiento que incluso acepta Gran Bretaña a la República de Colombia para el año de 1824.
La Gran Colombia, insistía ante Gran Bretaña el reconocimiento de su frontera en la parte occidental del río Esequibo. El profesor Pablo Ojer la define en los siguientes términos:
“La República de Colombia compuesta hoy en día de los pueblos conocidos antes bajo los nombres de Venezuela y Nueva Granada, está situada en el corazón de la Zona Tórrida en la América Meridional. Este bello y rico país se extiende por el mar del Norte desde el río Esequibo, o con fines de la provincia de Guayana, hasta el río de las Culebras, que la separa de Guatemala”. ( Ojer, p.7)
De Verdadegamian al respecto afirma: “Es de notar que esos límites se le presentaban al gobierno británico en el preciso momento en el que se les pedía el reconocimiento oficial de la independencia política de la Gran Colombia y se fijaban los límites de la nueva nación…A todos estos datos Inglaterra se hizo sorda, porque no le convenía revolver el avispero hasta tener control de posiciones estratégicas en el interior de nuestra Guayana” (p.126)
Estaba tan convencida Gran Bretaña de los límites propuestos por Colombia que en el año 1825 reconoce dicha frontera, aspecto importante fundamentado en documentos jurídicos que le da a Venezuela sus derechos sobre este territorio.
Definitivamente los documentos históricos demuestran como Gran Bretaña nunca tuvo desde el punto de vista jurídico dominio y control de la actual Guayana Esequiba, de allí la necesidad de comprender este relato histórico para demostrar como el Laudo Arbitral de Paris 1899 es nulo e irrito tal como lo sintetiza de la siguiente manera Delgado:
“En julio de 1713, España y Gran Bretaña firmaron el Tratado de Utrecht, por el cual la segunda convenía en respetar los territorios españoles ocupados en el continente americano y se comprometía a respetar el territorio al oeste del Esequibo. En abril de 1796, una flota inglesa invade la región situada entre los ríos Esequibo y Demerara (al este del primero) ocupados por los holandeses; situación que continúa hasta agosto de 1814, cuando por el Tratado de Londres se oficializa la usurpación y Holanda se ve obligada a entregar a los ingleses lo que ya le habían arrebatado, además del área de Berbice al este de Demerara, es decir, todo el territorio entre el Esequibo hasta lo que hoy es Surinam. En definitiva, el espacio que realmente ocupa la actual República de Guyana. Esta área geográfica pasó a ser denominada Guayana Británica en julio de 1831”. (. p.345)
Gran Bretaña nunca cesó en su ambición de querer dominar y tener control de la Guayana Esequiba, incluso mucho antes que los holandeses tuvieran posesión al Este del río Esequibo.
Sin embargo, al tener conocimiento de las grandes riquezas que poseía la Guayana sus pretensiones se hicieron cada vez más desmedidas, al punto de violentar nuestros espacios que por derecho hemos poseído tal como lo señala muy bien Briceño:
“Gran Bretaña, con el objeto de ejercer su dominio colonialista sobre la parte Norte del Continente Sudamericano, una vez obtenida la Isla de Trinidad y Tobago; mediante la invasión armada, ocupó de forma definitivamente las colonias holandesas de Berbice, Demerara y Esequibo (1796); seguido del Tratado de Amiens (1802), estos territorios estratégicos fueron despojadas por los ingleses y oficialmente cedidos por Holanda que reconoció mediante el Tratado de Londres (1814), y se consolidaron en una sola colonia en 1831, en la denominada Guayana Británica, desde entonces los ingleses iniciaron una campaña expansionista de colonización de la región al occidente del río Esequibo, con el objeto de controlar las bocas del río Orinoco, manteniendo y extendiendo sus pretensiones territoriales, que en el año 1835 eran solo de unos pocos kilómetros cuadrados, hasta transformarse en más de doscientos mil kilómetros cuadrados, en el año 1890, al oeste del río Esequibo, contra lo que Venezuela protestó de inmediato”. (Briceño. C p.p. 239-24).
Definitivamente, los aspectos tratados anteriormente sobre la presencia de gran Bretaña en el Esequibo, demuestra que España inicialmente y luego Venezuela han tenido siempre el control y dominio de esos espacios a pesar de todos los artificios jurídicos con los que Inglaterra, ha pretendido adueñarse de este territorio.
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