Opinión

Presencia de Holanda en el Esequibo

Sin embargo España siempre repelió con mano dura la presencia de estos países.
miércoles, 24 enero 2024

A propósito de todo lo relacionado con el estudio del Esequibo es necesario que para demostrar el dominio que España y posteriormente Venezuela tenían y tienen de este territorio, se recomienda profundizar en el estudio de lo que fue la presencia de Holanda al este del río Esequibo, puesto que corremos el riesgo de no conocer las verdaderas raíces de esta problemática, tan necesaria para defender con verdaderos argumentos históricos, geográficos y jurídicos nuestro territorio.

Para finales del siglo XVI y comienzos del XVII ya se avizoraba la presencia de Francia, Inglaterra y Holanda en las cabeceras del río Orinoco y en algunas de las zonas al este del Esequibo con la intención de establecerse en estos territorios y algunos países del caribe, los cuales les sirvieron como sustento para sus actividades comerciales ilegales que por lo general la realizaban de manera violenta.

Sin embargo España siempre repelió con mano dura la presencia de estos países. Es importante resaltar que Holanda fue la más beneficiada en esta penetración, a pesar que desde el año 1595 merodeaba las costas del Esequibo, pero no fue sino hasta el año 1623 cuando definitivamente se asienta en este territorio.

Al respecto señala Donis

“Los holandeses tuvieron mejor suerte y lograron estabilizar pequeños establecimientos y factorías en las costas de las tierras guayanesas ubicadas al Este de la desembocadura del Orinoco, que ellos designaron como “La Costa Salvaje” por lo difícil de su navegación”. (p.26)

No hay que olvidar que las actividades económicas realizadas por Holanda no lograron su objetivo en el dominio del territorio, puesto que los españoles de alguna manera no lo permitieron. Donis en relación a la permanecía de los holandeses en la Guyana plantea lo siguiente.

“Pero a pesar de estos proyectos los establecimientos resultaron inestables y fueron destruidos por españoles y portugueses. No obstante, en 1613 los holandeses intentaron crear una colonia a orillas del río Corentín, pero fue asolada por el teniente Antonio de Muxica que había partido de Santo Tomé de Guayana…“aunque fueron enérgicamente apoyados por los aliados indios, estos asentamientos resultaron efímeros: los españoles de la vecina Trinidad los destruyeron”. (p. 27).

El río correntín estaba mucho más allá del oeste del Esequibo, lo que demuestra que los españoles siempre tuvieron dominio de este territorio.

Para comprender un poco como se justifica la presencia de los países europeos en nuestra región es necesario saber que estaba ocurriendo en el mundo a propósito de la confrontación bélica que sostenían estos países en Europa y lo cual le permitía negociar a través de tratados, los territorios en América, como veremos más adelante.

Donis al respecto señala “El estado de beligerancia presente en Europa durante los siglos XVI y XVII como consecuencia de la rivalidades imperiales (dinásticas y religiosas) entre Francia, Inglaterra y muy particularmente de los Países Bajos u Holanda y Bélgica, con España obviamente influyó en la agresiva actuación holandesa, inglesa y francesa en América. Quienes veían con profundo celo el dominio absoluto del Imperio español sobre estos amplios territorios. Así mismo, los tratados de paz acordados por aquellas naciones, repercutían en la vida político-territorial de nuestro país”.(p.28)

Es en este sentido que el lector debe prestar atención al papel que jugó cada uno de estos países por sus apetencias particulares, lo que condujo a guerras fratricidas en Europa, pero que posteriormente permitió negociaciones en la que estuvieron en juegos los territorios españoles en América como fue el caso de Holanda e Inglaterra, para posesionarse de parte de la Guayana.

Donis continúa afirmando “A partir de 1623-1624 la Compañía holandesa de las Indias Occidentales se propuso colonizar Guayana, lo que se tradujo en los establecimientos de Esequibo, Demerara y Berbice en el litoral atlántico; colonización de fachada sin penetración hacia el interior del territorio y enfocada al aspecto comercial. En 1632 la Compañía decidió, ante su improductividad, abandonar la colonia de Esequibo. No obstante, en 1637 retomó dicho establecimiento, cuyo único artículo de valor comercial era el tinte de onoto”. (Donis, p.28)

Como se puede observar todas las actividades económicas de Holanda en la Guayana, siempre se van a mantener al este del río Esequibo, condición esta que demuestra el control histórico que siempre mantuvo España al Oeste del río Esequibo, lo que correspondía a la Guayana venezolana.

Refiriéndose a los holandeses Gandía señala “Estos puestos de vigilancia o fuertes precarios no dominaban más tierras que la que ocupaban. La inmensa región estaba despoblada. Los holandeses habían reconocido que los españoles alegaban y tenían sus derechos. En el tratado de Aranjuez, de 1791, se reconoció la legalidad de ‘los establecimientos españoles del Orinoco y del Esequibo’. En 1794, Rusel publicó en Londres un mapa en el cual la Guayana llega hasta el Esequibo”. (156)

El dominio y el control del territorio que siempre estuvo España de la Guayana se demuestra con los acuerdos del tratado de Münster el cual se define a continuación y que no da lugar a duda del dominio de España sobre estos territorios.

Hasta estos momentos Inglaterra no aparece en el escenario, de allí la importancia de conocer cuáles eran los verdaderos territorios que le correspondía a Holanda y que posteriormente vendería a Inglaterra.

En el libro la verdad sobre el Esequibo en relación a la presencia de Holanda en este territorio, señala lo siguiente:

“La invasión holandesa de los territorios de Guayana, iniciada en 1623, fue controlada con la firma del Tratado de Münster que puso fin a la guerra entre Holanda y España. El tratado establece que ninguna de las partes podría ocupar el territorio ya ocupado por la otra parte, por lo que España reconoce los territorios comprendidos al este del Río Esequibo y en forma tácita, Holanda reconoce la posesión de España sobre los territorios al oeste del mismo Río Esequibo, límite oriental de la Capitanía General de Venezuela; mediante este Tratado, Holanda se independiza de España. Así surgió Surinam y la Guayana Holandesa, cuyo límite con Venezuela sería el Río Esequibo”. (p.22)

Como se puede apreciar en el párrafo anterior Holanda no tenía ningún establecimiento al Oeste del río Esequibo lo que permitió que se convirtiera en la frontera natural de la Guayana y la actual Venezuela.

Definitivamente en el Tratado de Münster España renuncia a los territorios al Este del río Esequibo cediéndolo a Holanda en esta negociación.

Este acto jurídico demuestra de alguna manera que Holanda reconoce el dominio que España tenía de este territorio e igualmente reconoce los territorios que España tiene al Oeste del Esequibo y se compromete a no penetrar en él ni hacer ningún tipo de negociación comercial.

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