Porque amamos a Bolívar: El futuro de la postpandemia en el estado Bolívar
Gracias a la amistad entre Rusia y Venezuela concebida, cultivada y fortalecida por el comandante eterno, Hugo Chávez Frías, e implementada por el entonces canciller Nicolás Maduro, se ha iniciado la vacunación masiva en nuestro país contra el COVID-19. La SPUNITK V y otras vacunas, nos abren la puerta para que, a finales de este año, quienes habitamos en esta patria, estemos inmunizados contra el virus, o que el mismo disminuya su letalidad a cero.
En ese futuro postpandémico, el estado Bolívar juega un papel fundamental.
La recuperación económica del país será más lenta o más rápida, dependiendo de la recuperación de las empresas básicas, en el marco del nuevo modelo no rentista, diversificado y armónico.
Actualmente, los despachos de Alambrón de Sidor han permitido la reapertura de varias empresas aguas abajo en el país y se estima que cuando arranquen planchones y laminados se podrán reactivar otras 500 empresas transformadoras, especialmente dedicadas a productos para viviendas y alimentación, lo cual representa solo dos ejemplos del reto que tenemos por delante.
En el nuevo modelo no rentista lo productivo industrial público, lo productivo comunal y lo productivo privado han de articularse, apoyarse en una sinergia que permita un desarrollo autosustentable en bienes y servicios de distintas índoles.
Esto requiere que estas tres vertientes de la acción social en la producción estén guiadas por el Plan de la Patria, con el objeto de que nuestras potencialidades sean más aprovechables y nuestras debilidades se hagan superables.
Desde esta visión se requiere que las instancias nacionales representadas en el estado funcionen de forma articulada, en la permanente evaluación del avance de las metas colectivamente asumidas en base a los objetivos nacionales de nuestro Plan.
En dicha evaluación, el Poder Popular y las organizaciones de trabajadores y las de los empleadores juegan un papel determinante, de tal forma y manera que los despliegues de gobernanza tengan actores de empoderamiento real y de ejercicio práctico de protagonismo participativo.
Hemos propuesto que tenemos que plantearnos como meta que seamos autosustentables en los productos CLAP, tal como sucede en otros estados, en el fondo lo que estamos planteando es potenciar la dimensión agroindustrial, apalancándose en la vocación minera e industrial que nos caracteriza.
La clase obrera de las empresas adscritas a la CVG hemos logrado romper la inercia del declive en las industrias y se ha logrado colocar una sonrisa en el rostro colectivo de todos y de todas, planteándose en este momento y con mucha fuerza aumentar la producción en este 2021 y con planes concretos hacia el 2022, el año de la postpandemia.
Esto se ha logrado con un nuevo modelo de gestión, protagónico y con una unidad basada en lo productivo. Una unidad basada en el patriotismo, con cada vez más conciencia de que la patria que queremos construir y defender es la patria de Bolívar.
Con presupuestos de guerra se ha avanzado mucho con poco dinero. Destetados de la renta de PDVSA se han dado pasos importantes que deben ser emulados en nuestra nueva forma de hacer y materializar gobierno.
Tenemos derecho a imaginarnos un futuro postpandémico con un desarrollo agroalimentario, con un desarrollo industrial, con un desarrollo minero y potenciando nuestras realidades turísticas (hay países con menos de lo que hay en el estado Bolívar que viven fundamentalmente del turismo), tenemos derecho a imaginarnos un futuro potencia que sume en forma importante a la recuperación nacional.
Este futuro tiene su base en lo que hemos aprendido en años de violencia ultraderechista, bloqueo económico, en las batallas contra el COVID-19. Los sacrificios que hicimos nos han desarrollado nuevas habilidades. En consecuencia, no podemos gobernar como lo hicimos antes, necesario es que haya un mayor protagonismo y empoderamiento popular en las decisiones gruesas de las estrategias para la recuperación.
Las universidades juegan un papel fundamental en este debate y en esta nueva modelación. Porque la academia también ha cambiado en las nuevas circunstancias que tenemos actualmente y las que están por venir.
Hay que aprovechar especialmente sus capacidades de sistematización de las experiencias que nos han permitido el avance en nuestras industrias y de la resiliencia de este pueblo para soportar estoicamente las agresiones de las sanciones imperialistas junto a una pandemia terrible.
Vamos con la determinación que nos caracteriza a seguir construyendo ese futuro próspero en lo social, con una mayor expansión y profundización de lo que hemos avanzado en lo industrial… ¡Juntos venceremos!
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