¿Por qué desean destruir a Juan Guaidó?
Este país maravilloso, dotado por la naturaleza con todos los recursos necesarios en abundantes cantidades, que nos pudieron servir para convertirnos en una especie de paraíso terrenal, se han convertido en un veneno que ha engendrado lo peor que puede emerger de la maldad del ser humano, desde la llamada LISTA TASCÓN, donde gran parte de nosotros no podíamos acceder a nada que administrara el gobierno, que en la práctica es el dueño de todos los recursos que nos regala el subsuelo.
Pero esta famosa lista es apenas una pequeña parte de las perversiones propias de sociedades enfermas y anormales, lo más venenoso entre nosotros han sido las ambiciones de quienes jamás lucharon por su pueblo y se engrandecieron a través de los importantes medios de comunicación, donde nosotros los veíamos como parte de nuestras familias, pero para ellos no éramos sino instrumentos para aprovecharse de las riquezas del Estado.
En este mundo absurdo hemos involucionado y millones de nosotros ha sido obligados a partir hacia rumbos desconocidos, buscando donde aposentarse y lograr proteger a sus familias. Eso en la realidad no le importa a nadie más que a quienes se ven afectados por el desmoronamiento de sus grupos familiares.
Venezuela ha sido destruída buscando convertirnos en un mundo diferente que no requiere de nadie más que de nosotros mismos. Ahora cuando se percatan que esto es algo terrible y demoledor, tratan de corregir, pero se han creado una multitud inmensa de enemigos, creyendo que los nuevos amigos nos aportarían de todo y resulta que esos ficticios amigos no eran otra cosa que aprovechadores de nuestras riquezas y jamás harían nada en beneficio por nosotros distinto a ser recompensados de manera extraordinaria.
Estas circunstancias de errores y perversiones, nos han llevado a una lucha por el poder tratando de enrumbar al país por el camino del progreso y la prosperidad, pero se ha degradado totalmente por las apariciones desmedidas de buscar el poder por el poder, sin asumir ninguna otra cosa que los beneficios personales.
Esta situación absurda ha hecho que la población haya perdido la confianza, casi total, en quienes tienen el poder y en quienes los combaten para sustituirlos. Solo se agrupan en grandes segmentos que nos dividen profundamente, más allá de lo normal.
Los enemigos del actual gobierno, han asumido como presidente interino de Venezuela a un joven ingeniero llamado Juan Guaidó y eso le ha permitido desconocer a Nicolás Maduro Moros como administrador de los bienes del Estado venezolano. El que siembra cosecha y allí están las consecuencias de agredir y tratar de humillar a las naciones que fueron fundamental de nuestros intercambios económicos, incluyendo el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interteramericano de Desarrollo, el Banco Mundial y muchos organismos de apoyo entre naciones.
El gobierno dentro de una estrategia apropiada, ha tratado de liquidar a la figura de Juan Guaidó como presidente interino, pero ha fracasado, incluso con la operación de gran contundencia como fue asociarse con un grupo de diputados opositores para sustituirlo como presidente de la Asamblea Nacional, pero a pesar de todo lo que hicieron impidiendo el ingreso de los diputados que apoyaban a Juan Guaidó, no lograron hacer mayoría y el esfuerzo los golpeo y luego con elecciones sin partidos con los dirigentes naturales, no pueden hacerse del poder fuera de Venezuela.
Quienes apoyan a Juan Guaidó tampoco son unos niños de pecho y han tratado de aprovecharse, pero los han descubierto y han sido separados, aunque quedan muchos todavía y el pueblo los reconoce y serán abolidos del poder político cuando esto vuelva a la normalidad.
El otro gran problema es la enfermedad llamada VANIDAD, producto de las ambiciones enfermizas por lograr el poder creyendo que solo ellos son quienes deben regir a Venezuela, por sentirse impolutos y superiores al resto de quienes tratan de buscar acuerdos que permitan recuperar a nuestra extraordinaria nación y llevarlo por donde debemos ir y que millones de quienes se fueron, regresando con las experiencias del sufrimientos y humillaciones en otros territorios.
Dentro de ese torbellino oscuro que arropa a Venezuela, todavía queda una pequeña luz en el horizonte que se concentra en Juan Guaidó, que pudiera permitirnos triunfar, pero las fuerzas del mal se acrecientan y tratan de liquidarlo de la faz de la Tierra para convertirse ellos en los únicos faroles que nos encandilen. La humildad desapareció del espíritu de quienes son nuestras referencias políticas y será muy difícil formar dirigentes como los grandes que tuvimos a partir de la caída de Marcos Pérez Jiménez.
En las negociaciones en México, casi nadie cree que puedan resolver la peligrosa situaciones política que atraviesa nuestra patria, aunque algunos esperan un milagro y en este campo los milagros no existen, solo personas de grandeza espiritual pueden asumir la realidad, aunque detrás de ellos gran cantidad de mediocres y aprovechadores tratan de impedir que regresemos a la tranquilidad que nos corresponde.
¡Buena suerte!
Nota.- Es simplemente vergonzoso ver a gran cantidad de personas aspirando a ser alcaldes o gobernadores, sabiendo que nada tienen que buscar como no sea satisfacer su enfermiza vanidad. A otros el odio, la rabia y la envidia los enceguecen.
@dabega26
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