Pedro Castillo, en Perú, lleva plomo en el ala, si gana

Hace pocos días se realizó el proceso electoral para elegir a un nuevo presidente en Perú, uno de los países donde Simón Bolívar luchó y logró liberar del reino español. Siempre hemos tenido relaciones comerciales con ese extraordinario país, donde en la actualidad se refugian miles de venezolanos, que han salido de nuestra patria frente a extremas necesidades económicas que nos demuelen, algo que parece increíble, pero es nuestra cruel realidad.
En este proceso electoral de esa importante nación, la lucha va más allá de su territorio y pasa a formar parte del poder mundial, donde las grandes potencias del mundo se interesan por su estrategia económica y política.

Nosotros los venezolanos, hemos caído en la trampa de ver a EEUU como al gran enemigo, cuando en la realidad es un gran apoyo de nuestra maravillosa nación y si analizamos nuestro desarrollo industrial y económico, es fácil comprender que nuestro socio fundamental no es el gobierno de EEUU, es el capital de esa poderosa nación. Vemos a las petroleras de EEUU que sacaron mucho provecho de nuestro petróleo y es cierto, pero ellos crearon el uso del petróleo como fuente importante de energía. Como todo empresario lograron lo que pudieron pero al evolucionar nuestros conocimientos y percatarnos de nuestras ventajas, hemos recuperado todo sin ningunas consecuencias negativas, pero seguimos buscando el poder político culpando a EEUU de todos nuestros males cuando es todo lo contrario.

En Venezuela es muy común escuchar que somos una dependencia de EEUU y muchos ingenuos asumen esa falacia como si fuera cierta. Somos un país libre que funcionamos según nuestras propias leyes y de nada más. Que los diplomáticos de EEUU y los nuestros busquen ventajas mutuas en algo absolutamente normal. Lo anormal es tratar de relacionarse con China y Rusia, sin ninguna otra finalidad que tratar de buscar referencias ideológicas vacías pero que permiten aglutinar a una parte de la población, que como toda sociedad humana está en desacuerdo con lo que existe.

Ilusionan a gran parte de la población de que se puede vivir sin trabajar y sin producir y luego establecen mecanismos de control absoluto que impiden regresar a la prosperidad mediante el cambio de gobierno y no lo niegan, sino que por el contrario lo gritan sin ningún pudor.

¡No volverán! Un grito sin otro propósito de asumir que el poder no es una responsabilidad, sino un privilegio que permite disfrutar de todas sus ventajas dominando a la población y aprovechando el esfuerzo de quienes habitamos en nuestra patria. Sin embargo miles y miles los apoyan por cientos de razones absurdas, pero que son producto de haber sido penetrado el infra umbral del inconsciente de esas personas, aunque nadie los va a convencer, simplemente no razonan, están enceguecidos y amoldados a vivir con el menor esfuerzo posible. Cuando leen estas afirmaciones las asumen como algo irreal y les importa absolutamente nada. Simplemente no razonan.

En nuestra hermana nación peruana se aplica la misma estrategia colectiva, producto de la miserable actuación de quienes han gobernado con la única finalidad de aprovecharse del poder sin afectar la economía pero sin crear circunstancias para que la base popular se desarrolle y asuma su propia generación de ingresos buscando la prosperidad a la que tienen derechos.

La llamada izquierda tiene como finalidad quedarse siempre en el poder, independientemente del desarrollo de los países, pero destruyendo la base económica de quienes los adversan y allí se encuentra el veneno mortal que destruye a las naciones donde asumen el poder, nosotros somos una simple muestra. No es quieren destruir al país, simplemente lo destruyen persiguiendo a los considerados enemigos y adversarios.

Lo más probable es que Pedro Castillo sea proclamado como nuevo presidente de Perú, con una pequeña ventaja sobre Keiko Fujimori de apenas 0.3% en el momento que escribo este artículo, que son 58 mil votos, con un reclamo sobre actas que representan más de 500 mil votos.

El inmenso problema de Pedro Castillo, es que si convoca un referéndum para modificar a la Constitución Nacional del Perú, sería arrasado por cuanto quienes no votaron en su contra por un profundo odio a Alberto Fujimori, que lo traspasan a su hija, votarían en contra de la propuesta y quizás hasta pudiera ser reemplazado como sucedió con los últimos dos presidentes.

Perú es un país con muchos recursos y de gran cantidad de reservas internacionales, que superan los 68 mil millones de dólares y un PIB de más de 268 mil millones de dólares, pero con un gran segmento de la población con carencias educativas fundamentales y allí se encuentra la semilla que los puede destruir.

¡Buena suerte!

@dabega26

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