Opinión

Opino lo que me da la gana

En una sociedad de orden la comunicación debe estar basada en una forma de expresar las ideas de manera fiel.
lunes, 17 enero 2022

La comunicación es sin lugar a dudas un elemento esencial en el desarrollo de la humanidad, por su parte la escritura es y será uno de los inventos más importantes del hombre y más allá de ello, considero que hay una necesidad vital de expresarnos para contribuir positivamente a ese desarrollo integral de la sociedad, en consecuencia a ello, fue esencial proteger esa necesidad de alguna forma, por tanto la declaración universal de los derechos humanos la recoge como un derecho, el derecho a la libertad de expresión.

En una sociedad de orden la comunicación debe estar basada en una forma de expresar las ideas de manera fiel, de allí que nuestra Constitución resguarde que la información divulgada por los medios deba ser veraz, pero esa veracidad debe ser también equilibrada y ponderada, de ello también deriva que una información por veraz que sea, no debe nunca afectar o lesionar derechos de terceros, de manera que el respeto y el decoro son también elementos que deben protegerse al momento de expresarnos.

También es importante que todo aquello que se desee expresar no contenga en sí especies difamatorias o injuriantes, pues aparte de que se incurre en delitos previamente tipificados en la ley, traerán consecuencias jurídicas a quien se exprese, sin medir las consecuencias que en los derechos de terceros produzcan sus comentarios u opiniones.

Es importante decir que ese derecho universal a la libertad de expresión, tiene una especial característica relativa a su amplitud, la cual solo tendrá como limitación las fronteras de lo ilícito, las que una vez traspasadas sin la debida precaución o intencionadamente, no deberá esperarse un resultado distinto que la aplicación de las leyes que sancionen esas conductas, como por ejemplo la delicada Ley Constitucional contra el Odio por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia.

Pero resulta también importante establecer, que resulta imprescindible para que este ejercicio de control de las conductas ilícitas tenga un resultado satisfactorio, deba tenerse un sistema de justicia autónomo e independiente, que decida libremente, apegado a las leyes y sin que se ejerza presión para una determinada decisión judicial en favor de una de las partes involucradas.

La tecnología nos hace cada vez más sencilla la comunicación, hoy en día obtenemos la información casi de inmediato, debido al fenómeno del tiempo real que nos ofrece la digitalización de la información, podemos saber de un hecho casi exactamente en el mismo momento en que ocurre, aunque este acontezca al otro lado del mundo.

Así también puede ser vista, leída y escuchada una información que produzcamos por millones de personas en tan sólo minutos, fenómeno comunicacional bautizado como “viralización”, la que tantas veces ha ayudado a muchas personas, sobre todo en casos de ayuda humanitaria, pero que en otras tantas ha servido para desprestigiar a una o más personas, aunque aquello que se diga sea cierto o no, pues cada vez es menos fácil determinar la veracidad de una información y más fácil transmitir una “fake news”, sucediendo que aunque se corrobore luego la falsedad, ya esta haya sido del dominio de millones de personas, cobrando vida el infame adagio de “difama, que algo queda”.

Puedo opinar lo que se me venga en gana, sí, tengo incluso el derecho humano de expresarme, pero siempre debemos asumir previamente que soy responsable de todo aquello cuanto digo, mucho más si aquello que opine lo hice públicamente, como por ejemplo en las peligrosas redes sociales, y digo peligrosas por que en ocasiones se les usa para hacer tendencia informaciones en ocasiones beneficiosas, pero en otras tantas se vuelven en un innecesario e incómodo juicio popular.

Para los comunicadores sociales es tarea insoslayable determinar la autenticidad de las fuentes de la información, omitir esa responsabilidad traerá como consecuencia la imposición de la ley, con el agravante de rigor por ser comunicador quien crea o difunde una noticia falsa o incluso una información verdadera pero que ofende, difama, injuria o expone al escarnio público y daña a terceros.

Soy de los que creen y defienden los Derechos Humanos, en especial el Derecho a la Libertad de Expresión, pero toda expresión debe ser responsable, sobre todo las públicas y notorias, lo contrario es negar ese Derecho, seamos responsables en el uso de las redes sociales y en la difusión de informaciones a través de ellas, opina lo que te dé la gana, pero ten en cuenta que eres totalmente responsable de todo lo que ocurra en consecuencia.

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