Opinión

Mujeres de ayer, hoy y siempre

Yo quiero rendirles un homenaje a todas, en las personas de seis distinguidas damas, que supieron asumir con mucho entusiasmo y coraje, su llamado al servicio a la patria.
lunes, 08 marzo 2021

En este día en que el mundo celebra el día internacional en honor a la mujer y que, en Venezuela, por motivos de la sindemia y el cercenamiento de los derechos a la protesta no veremos las manifestaciones de otros tiempos.

Por lo cual he considerado pertinente desempolvar el testimonio de algunas mujeres venezolanas, que, entregaron sus vidas por la consolidación de un sistema político que permitiera el desarrollo de una sociedad de paz y de progreso, pero no para anclarnos en el pasado, sino para transformar el presente con la mirada puesta en un futuro mejor.

Teniendo claro que el desarrollo de nuestra historia patria, la participación de la mujer ha sido muy preponderante, tanto en la lucha por la independencia, como en la lucha por la consolidación de un sistema de libertades que garanticen el respeto a la participación de todos los ciudadanos sin exclusión de ningún tipo.

Y como la lista es extensa, yo quiero rendirles un homenaje a todas, en las personas de seis distinguidas damas, que supieron asumir con mucho entusiasmo y coraje, su llamado al servicio a la patria.

Aclarando que en esta escogencia hubo un poco de subjetividad de mi parte, ya que, aunque en este momento no milito en ningún partido político, buena parte de mi vida sí estuvo ligada a la militancia en el partido AD, en el que estas grandes mujeres también militaron, por lo que crecí admirando sus acciones en favor de sus conciudadanos.

La primera de esas grandes mujeres es: Mercedes Carvajal de Arocha, mejor conocida por su seudónimo Lucila Palacios, quien fue una escritora, política y diplomática venezolana.

Cubrió una amplia y limpia trayectoria en la que escribía novelas, cuentos, poemas y un quehacer permanente en defender los derechos del niño y de la mujer, por lo que fue la primera mujer Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua.

Desempeñando su labor literaria junto al quehacer político, formando parte de la gloriosa generación del 28, y del núcleo fundador del partido AD. Doña Lucila representó al Estado Bolívar en la Asamblea Nacional Constituyente de 1947. Y entre 1948 y 1952 fue la primera senadora de la República en representación del Estado Bolívar.

La segunda es Isabel Carmona de Serra: Profesora y política venezolana, que al final de su carrera política llegó a ser la presidenta de AD. Firmante de la Constitución venezolana de 1961, siendo dos veces Diputada al Congreso y miembro del Parlamento Latinoamericano. Luchó de forma clandestina contra el dictador Marcos Pérez Jiménez con el seudónimo de “Lydia”.

Se casó con el periodista Pedro Serra Piñerúa y a los 24 años fue nuevamente encarcelada, en la Cárcel de Mujeres de Los Teques donde el 3 de noviembre de 1957, nació su tercer hijo Luis Carlos Serra Carmona; el niño vivió seis meses en la cárcel.

La tercera es Carmen América Fernández Alcalá, nacida en Upata, estado Bolívar, conocida como Doña Menca de Leoni. Ejerció el cargo protocolar de primera dama de Venezuela entre 1964 y 1969, durante el mandato de su esposo Raúl Leoni.

Fue la fundadora de la Fundación del Niño. Su labor en pro del desarrollo de los niños en el país abrió las puertas a la creación de instituciones y programas de acción social para mejorar las condiciones de muchos infantes. Bajo su tutela, se creó un programa de reconocimiento de los hijos monoparentales.

Como resultado de este trabajo, cerca de 20 mil infantes fueron reconocidos por sus padres y se formalizaron más de 4 mil matrimonios, que se realizaban de forma colectiva.

La cuarta es Doña Blanca de Pérez, quien también ocupó el cargo protocolar de primera dama de 1974 a 1979 y de 1989 a 1993, por ser la esposa de Carlos Andrés Pérez.

Como Primera Dama, asumió la dirección de la Fundación del Niño, e impulsó el programa de Hogares de cuidado diario que organiza guarderías en zonas populares, administradas por madres cuidadoras de cada comunidad a las que el gobierno proveía de remuneración, además de los recursos y alimentos necesarios para atender a los niños que cuidaban.

Luego de dejar su cargo como Primera Dama en 1979, dirigió la fundación Bandesir, dedicada a entregar equipos médicos a personas discapacitadas.

La quinta es Elia Borges de Tapia maestra, profesora de Educación Media, Abogada egresada de la UCV. Secretaria Femenina nacional de AD. Diputada por tres períodos en el antiguo Congreso Nacional.

Fue coordinadora del Primer Congreso Venezolano de Mujeres en 1975, fecha declarada como Año Internacional de la Mujer, ocasión que la Comisión Femenina que asesoraba al presidente de la República en estas materias, redactó y entregó un anteproyecto de leyes especiales que modificaran los códigos y leyes existentes, que amparaban la discriminación en razón del sexo.

Mi sexta homenajeada, es Doña Ana Jaimes de Gil, nacida en el estado Monagas, pero desde muy joven se radicó en Guayana, donde contrajo nupcias con el señor Jesús Gil Moya, de cuya unión nacieron Wilmer y Carlos.

Su inquietud la hace asumir posiciones en la lucha política, en favor de los sectores sociales más desposeídos, y por lo cual resultó electa concejal en el Municipio Caroní, para el período 1984-1989, en la lista de su partido AD. Y entre los años 1985-1986, se convierte en la primera mujer presidenta del Concejo Municipal del Municipio Caroní del Estado Bolívar.

Al nombrar a estas damas quiero homenajear a las mujeres de ayer, de hoy y de siempre, porque su accionar es lo que puede contrarrestar la indiferencia de los ciudadanos, que, conjugada con la indolencia de los gobernantes, nos ha llevado a esta situación de anarquía y de barbarie que vivimos.

Por eso suena como muy actual las palabras de Lucila Palacios, sobre el rol de la mujer: «Su aparición produjo alarma en el primer momento. Había sufrido una crisis el hogar tradicional. Más el hecho de que una fuerza nueva se uniera al sentimiento de libertad, unánime en el pueblo, no representaba la disolución del centro hogareño. La mujer iba a defender el medio propio, la vida familiar, de las arremetidas de la barbarie»

lurapeto@gmail.com

Twitter: @lurapeto

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