¿Morirá Ciudad Guayana?

Mañana es la gran marcha para tratar de motivar a la población sobre la recuperación de Venezuela. Ciudad Guayana, ya no es Ciudad Guayana, aunque buena parte de sus habitantes no se han enterado o no se quieren enterar, tratan de mostrarse igual a como eran hasta hace poco tiempo, donde solo les importaba el dinero. Solo querían disfrutar de sus yates, grandes camionetas, apartamentos en las zonas turísticas y sus viajes al exterior en vacaciones o para hacer negocios. Muchos han tenido que vender a precios regalados, pero creen que todo volverá a la normalidad por arte de magia y la abundancia, sin mayor esfuerzo, los arropará. Cuando comience la reconstrucción, que ojalá sea más temprano que tarde, se percatarán que su mundo cambió y que para levantarse se requiere talento, esfuerzo, trabajo y disciplina.

Muy pocos apoyaban a los partidos políticos de la oposición y se concentraban a negociar con los dirigentes de los partidos del gobierno o con los funcionarios públicos corruptos. La política no les interesaba como tal e incluso apoyaron a Hugo Chávez solapada o de manera abierta, sin interesarle para nada otra cosa que no fuera obtener beneficios del gobierno. Fueron adecos o copeyanos sin ningún compromiso.

En la actualidad se les pide apoyo y si dan un mendrugo de pan, están pensando en recuperar el pan completo adornado de muchas otras cosas. Mañana veremos quienes van a las calles a hacerle compañía a quienes luchan y sufren dentro de esta gran tragedia que sumerge al país, nuestra patria.

Ciudad Guayana es todavía hermosa en apariencia, a pesar de cierto deterioro y descuido por el desgano de quienes gobiernan, pero es imposible sostenerla por mucho tiempo sin la existencia de las empresas básicas. Sobrevive circunstancialmente por los relativos pocos ingresos que reciben los trabajadores de las empresas básicas, ya inoperantes, pero pagados con dinero inorgánico. El petróleo, que permitía traer de todo sin producir nada, se agotó como benefactor, se gastaron los recursos que permitían extraerlo del subsuelo y ahora no alcanza ni para suplirnos de combustible y lo poco que ingresa por otros rubros solo se utiliza para que funcione el alto nivel gubernamental.

Realmente no me explico los motivos por los cuales los altos funcionarios del actual gobierno, no se retiran, conociendo que son incapaces de recuperar a su patria, por no conseguir quien se atreva a invertir un dólar aquí en Venezuela, por el riesgo de perderlo por la inseguridad jurídica y por la carencia de estructuras que permitan el funcionamiento de empresas o negocios distintos a la minería primaria y la venta de bienes y servicios inútiles, que solo permiten mostrar equipos para personas vanidosas que hasta hace poco no tenían nada y ahora se enriquecen con el oro, de manera directa o indirecta.

En Ciudad Guayana no existen, por que desaparecieron, las grandes empresas básicas, que compraban miles y miles de diferentes productos. Eso permitía la prosperidad de negocios de todo tipo, incluso hasta los comercios improvisados en las calles. Esa Guayana maravillosa, donde llegaban y salían decenas o centenas de vuelos comerciales a la semana, desapareció. De vez en cuando llega uno que otro avión y aunque vengan vacíos, si no pagamos un sobreprecio por un boleto, es casi imposible viajar, esto está corrompido totalmente. Nadie vigila ni defiende los derechos de los usuarios, solo se imponen quienes gobiernan o quienes poseen recursos para cubrir estas exigencias ocultas.

Si esto continúa así, Ciudad Guayana morirá y solo quedará un gran cascarón vacío dentro de menos de tres años. Cualquier mediano observador lo sabe, solo quienes están pegados a los pezones del gobierno, asumen que esto es irreal, solo producto de la guerra económica, que en la actualidad es cierta, pero es una consecuencia de no producir absolutamente nada y haber creado enemigos poderosos sin ninguna finalidad. Por este motivo, le hago un llamado a quienes creen que esto no será así, a que comiencen a analizar la realidad y asuman esa realidad o aplastarán todo aquello que construyeron sus padres que es la siembra que han cosechado, pero sus hijos, la mayoría preparados académicamente, no podrán hacer otra cosa que abandonar el país o resignarse al fracaso.

La presencia en la marcha de mañana primero de mayo, será una muestra contundente de que estamos dispuestos a salvar a esta gran ciudad, que nos ha cobijado por muchos años y nos seguirá cobijando si logramos que resplandezca el talento y cada una y todas las empresas básicas vayan regresando a la normalidad aunque sea poco a poco. ¡Buena suerte!

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