Modernización & futuro
¿Valdrá la pena realizar el ejercicio de discutir sobre libertad y justicia, en la Venezuela de hoy? ¡No! Sin embargo, tenemos que mantener la esperanza de que pronto, volveremos a ser libres, y será entonces cuando podamos debatir este y muchos otros temas de vital importancia.
Hay quienes creemos, que nadie ha visto crueldad y oprobio reinar por mucho tiempo; y tampoco, a quiénes pisotean la dignidad del pueblo y lo traicionan, eternizarse en su mandato.
Mientras llega ese tan esperado ocaso, debemos ir hilvanando el cambio; pero, un cambio, que deje atrás el capítulo de cuarenta años de “democracia siempre perfectible”, que por cierto, terminó siendo tobogán para cuatro lustros de oscurantismo y devastación, o en otros términos, veinte años tristemente perdidos para siempre.
Ahora nos toca nuevamente, planificar el futuro; uno que, está vez, nos sustraiga del tercermundismo y con él, de la petulancia y del populismo.
Debemos iniciar una planificación que comience con la escritura y adopción de una “Carta de Valores”, que entre otros, contenga los conceptos de: justicia, libertad, democracia, igualdad, solidaridad, amor al trabajo, eficiencia, devoción a la familia, compromiso, convivencia, etc..(no necesariamente en este orden).
Esta debe ser una Carta cuyo contenido sería discutido y aprobado a todos los niveles de la sociedad, para su general aceptación, y para que tenga fuerza, valor y rango de Ley. De allí, derivaremos la adopción de aquellas buenas costumbres y modales de nuestros antespasados, los que hacían, no solo armónica la convivencia, sino demás, muy deseable.
Tiene que ser un cambio fomentado por una nueva cultura, en la cual la familia sea la célula o unidad más importante de la sociedad, apuntalada por la educación a todos los niveles y por un gran conjunto de normas y leyes, todo armonizando con un novísimo concepto de nación.
Solo así será posible ver la materialización de una sociedad plural, con los solos límites que deberá establecer la conciencia colectiva, las artes y las ciencias.
Un cambio que garantice nuevos y democráticos espacios de consulta y negociación, y cuyos resultados, sean incorporados a los eventos sociales, políticos, económicos y tecnológicos del momento.
Tenemos que abandonar el asfixiante centralismo, para partir hacia una sociedad mayoritariamente deliberante, donde, en general, sean tomadas más en cuenta, la participación de los ciudadanos y sus instituciones. Para ello, deberemos apelar a estrategias varias, que enfrenten estos importantes retos.
Una de las principales, es modernizar lo político, estableciendo una democracia que responda a las exigencias de quienes votamos. Para ello, los representantes que elijamos, deben cumplir con nuestro mandato y no al revés, que son los elegidos, esos diputados, presidentes, etc., quienes inconsultamente, imponen su voluntad sobre nosotros, la masa.
Más, para poder mantener un sistema político saludable, los partidos y sus líderes, tendrán que dejar de ser ejecutores de la voluntad de camarillas, para convertirse en obedientes servidores de la voluntad del pueblo.
Los partidos políticos, que hoy son estructuras comandadas por castas y divorciadas totalmente de la necesidad de la gente, tendrán que reorientar sus “razones de ser”. En esto de modernizar el Estado, es muy importante redefinir sus límites y sobre esto, hay mucho por discutir y legislar.
En lo económico, una estrategia, entre otras, será liberar las fuerzas del mercado para establecer la tan necesaria autorregulación (competencia, garantizada por leyes antimonopolio) y abolición de los controles que tanto pesan sobre la corrupción.
En lo laboral, se impone su independencia política y frenos antimonopolistas también. En cualquier caso, es muy importante la definición de sus roles mancomunados y tripartitos, en todas las áreas de actuación.
Una gran falla de nuestra democracia, ha sido no establecer políticas monetarias y de otra naturaleza, dictadas por un Banco Central independiente, para combatir la inflación; la privatización deberá ser igualmente, instrumento obligatorio, para un cambio estructural en la filosofía de gestión del Estado.
Es fundamental reconocer que en una sociedad, son las fuerzas económicas las que principalmente pujan por los necesarios cambios, entre los que, en primer lugar, debería darse el mejoramiento de la precariedad en materia de eficiencia.
Debemos tomar consciencia que la modernización, a nivel mundial, presiona a las naciones con nuevos tipos de requerimientos y exigencias, para poder integrarlas a la dinámica mundial y que esas naciones, deben cumplir con las mismas, para poder aparecer en las portadas de la historia.
“UN PAIS GRANDE SE CONSTRUYE CON VALORES, ESTUDIOS Y TRABAJO!!!”.
Felicitamos al DIARIO PRIMICIA por su décimo aniversario. Quienes hemos seguido sus pasos, podemos dar fe que estos han sido diez años de lucha: primero, estableciendo una filosofía de gestión que lo distinguiera de otros, en su lucha por mantener equilibrio e independencia política; que lo convirtiese en ventana de opinión, para esa pueblo que no tienen poder; y finalmente, que siempre estuviese presto para ofrecer la noticia pronta y verazmente. Aún con altos y bajos, esos objetivos, hasta el día de hoy, lograron conseguirse. Felicitaciones y le deseamos larga vida institucional.
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