Opinión

Mis adultos mayores: Síndrome del ocaso o sundowning

Este fenómeno afecta sobre todo a las personas mayores que padecen alguna demencia.
viernes, 08 marzo 2024

Hola, estimados lectores. Espero que todos se encuentren bien, les saludo con mucho cariño.

Hoy vamos a conocer un poco sobre: El síndrome del ocaso (SO) o sundowning.

Se ha descrito como un episodio adverso psicológico-conductual, presentado por algunos enfermos con enfermedad de Alzheimer que se vuelven particularmente inquietos, agitados y agresivos, por la tarde y al anochecer.

Dentro de sus manifestaciones clínicas están las alteraciones del comportamiento, emocionales y cognoscitivas. Se ha distinguido más bien como un término descriptivo que un diagnóstico psiquiátrico.

Cuando el sol se esconde, nuestro ánimo decae y nuestro “reloj biológico” nos advierte que debemos dormir. Es precisamente en ese momento del día, al atardecer, cuando se produce el síndrome del ocaso, o sundowning (también llamado síndrome crepuscular o síndrome vespertino).

Este fenómeno afecta sobre todo a las personas mayores que padecen alguna demencia.

Está directamente relacionado con los ritmos circadianos y la melatonina. Al final del día es normal sentirse más cansado, y esta fatiga física, unida a la oscuridad de la noche, aumenta la intensidad de los síntomas depresivos.

En las personas afectadas por alzheimer u otro tipo de demencia, suelen darse episodios psicológico-conductuales, que hacen que estén más agitadas, inquietas, e incluso agresivas, durante la noche.

Los pacientes con enfermedades neurodegenerativas, tienen dañadas las zonas del cerebro que controlan los ritmos circadianos, además de contar con niveles reducidos de melatonina, y todo ello, sumado a la progresiva escasez de luz natural, el ruido, la falta de estimulación, o el cansancio físico y mental, pueden dar como resultado este síndrome del ocaso.

Los estresores psicosociales y factores ambientales como el cambio de los cuidadores, modificaciones en el hogar e interrupciones durante la noche se cuentan como posible origen de la sintomatología.

Sin embargo, el factor desencadenante ambiental más importante radica en la llegada del ocaso y la disminución lumínica que supone.

La alteración en el “reloj interno del cuerpo”, causa una confusión biológica entre el día y la noche. La reducción de la iluminación y el aumento de las sombras hacen que las personas con ciertos trastornos interpreten lo que ven y se confundan y les provoque temor e inseguridad.

Los ciclos de sueño, que en una persona sin alteraciones cognitivas se repiten de forma cíclica y natural regidos por nuestro reloj biológico interior, no se dan con la misma regularidad en enfermos con demencia. Estos carecen de ese “aviso” natural que nos da nuestro cuerpo y que nos dice cuándo debemos dormir y cuándo despertar.

Entre las manifestaciones clínicas más frecuentes encontramos la aparición de ansiedad, miedos irracionales, alucinaciones, delirio, pensamiento desorganizado, cambios en la actividad motora, insomnio, alteraciones en la manera de expresarse (con gritos, discusiones emocionales en voz alta, monólogos y similares), modificaciones en la conducta y dificultades cognitivas tales como olvidos, inatención, dificultades para identificar a familiares, desorientación y otros.

Al acercarse la hora de dormir, las personas que padecen este síndrome presentan cierta agitación y comportamientos como tirar, coger o manosear objetos, pronuncian monólogos o provocar discusiones animadas y subidas de tono.

Puede presentar confusión y desorientación que conduce a un estado de miedo y ansiedad, irritabilidad, ira, apatía y depresión.

Asimismo, son frecuentes las llamadas conductas deambulatorias y un aumento de la actividad nocturna, desencadenando insomnio durante la noche que, posteriormente, condiciona un estado de somnolencia diurna.

Otras manifestaciones clínicas pueden ser el pensamiento paranoico y las alucinaciones.

El cambio por parte de los cuidadores puede minimizar la alteración nocturna de los pacientes: la iluminación, reducción de ruidos, planear días más activos, evitar ciertas bebidas estimulantes y hasta tratamiento farmacológico si lo prescribe el profesional adecuado.

Una buena exploración por profesionales en un contexto multidisciplinario para hacer un buen diagnóstico es crucial para realizar un correcto abordaje terapéutico.

Hasta el viernes próximo. A cuidarse.

Psicóloga y abogado Maria Quiroz.

Instagram @mariaquirozr

Correo electrónico: mariaequirozr@gmail.com

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/ITZlFCo0K0dALE2WM1S3z8

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí: https://t.me/diarioprimicia

error: