Opinión

Mis adultos mayores: La vejez contemporánea

El envejecimiento de la población se planteó como una cuestión de orden público y ya no sólo como una preocupación de la vida privada.
viernes, 13 diciembre 2024

Hola, espero estén todos bien. Les dejo este artículo de Vivian Goldman en el que se formula interrogantes como: ¿Cómo fue tratado este tema a través de las generaciones?

¿Qué cambio de perspectiva hay en el siglo XXI? ¿Los recursos tecnológicos inciden en la tercera edad? ¿A qué nuevos desafíos confrontan?.

En el contexto mundial, el creciente número de ancianos es un desafío que involucra temas relacionados con la salud, el transporte, el abandono de la familia, el tiempo de inactividad y la baja rentabilidad financiera.

En el caso de los países en desarrollo, esos aspectos tienden a empeorar por la desorganización de las instituciones estatales y las grandes disparidades económicas resultantes de la mala distribución de los ingresos y los problemas sociales.

El envejecimiento de la población se planteó como una cuestión de orden público y ya no sólo como una preocupación de la vida privada.

El proceso de envejecimiento se produce durante toda la vida, empezando en el momento del nacimiento y termina en la muerte, pero es sólo en un particular momento histórico que el paso del tiempo en la vida de las personas gana un significado social.

Cuando a ese período se lo denomina vejez, se integran los aspectos biológicos, psicológicos, socio- culturales y económicos.

A partir de considerar al envejecimiento como un fenómeno continuo, podemos reconocer sus propias características relacionadas con los aspectos naturales del desarrollo humano, pero construidas social e históricamente.

La vejez entonces, es un suceso individual y natural que a la vez se percibe como un acontecimiento universal, biológico y cultural.

El envejecimiento gana una faceta completamente diferente cuando se comparan los ancianos ricos y pobres, sanos y enfermos, dependientes e independientes, hombres y mujeres, económicamente activos y jubilados, asilados o conviviendo en familia.

Los sentimientos que acompañan la vejez no aparecen de la misma manera en contextos disímiles y, por tanto, es un error generar estereotipos para esta franja etaria, tanto sea a partir de otorgar prioridad a la condición biológica como de despreciar la realidad singular de cada caso.

El sistema capitalista clasifica a la población longeva como improductiva y la desvincula de la dinámica social. La ausencia de actividad profesional representa una pérdida significativa del valor atribuido a la persona que no entró en la lógica de producción y consumo.

¿En qué estamos en el Siglo XXI? La tendencia en la sociedad contemporánea es revisar los estereotipos asociados con el envejecimiento.

Presenciamos una transformación de la mirada que tiene hoy la sociedad sobre las personas de edad avanzada y, muy especialmente, también se modificó el modo en que las personas grandes se ven a sí mismas.

La población mayor de nuestros días, se puede permitir el desarrollo personal y el aprendizaje de nuevos conocimientos. Tenemos hoy la perspectiva de los ancianos como sujetos activos, creativos y dispuestos a una sociabilidad ampliada.

Esta configuración de la vejez habilita nuevos valores y también el redescubrimiento del cuerpo.

Los cambios son notables cuando estas personas, en lugar de contemplar el paisaje, pasan a ser parte de la escena contemporánea.

Los abuelos de esta centuria han reemplazado sus pijamas por ropas deportivas, cambian el televisor por la computadora, buscan la alfabetización digital y, además de los nietos, hay proyectos.

En este contexto surge el término Tercera Edad para mostrar una nueva realidad del envejecimiento, ahora vinculada a un momento de esparcimiento y realización personal.

Ese nombre apareció en Francia a finales de la década de los 60, en contraposición al término vejez, asociado con la pobreza, enfermedad y decadencia.

Este cambio semántico deshace la antigua concepción peyorativa y la imposibilidad de nuevos proyectos al final de la vida. Tercera Edad es una clasificación que todo el mundo acepta y se siente incluido porque aleja de la idea de soledad y decadencia.

La relación entre vejez y contemporaneidad hoy sugiere mucho más que en generaciones anteriores.

Los recursos disponibles para la gente de la Tercera Edad les permiten integrarse mejor a la vida cotidiana y buscar nuevos conocimientos. La vida en la vejez abre un arco de nuevas posibilidades de vivir y de inventar una nueva forma de ser, tanto en términos de representación, como en la acción.

Lo que aún está pendiente es que esos cambios puedan llegar a todas las franjas de la sociedad.

Psicólogo y abogado, María Quiroz. Síganme por Instagram @mariaquirozr

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