Mis adultos mayores: Fin de año, gracias

Hola, bendecida Navidad, espero todos estén bien. Son tiempos para agradecer, por ello les traigo hoy una perspectiva psicoanalítica del agradecimiento.

Se trata de un artículo denominado: La gratitud: Una cualidad natural. De la Revista Latinoamericana De Psicopatología Fundamental. La autoría es de José de Jesús Gonzáles Nunes y otros.

Refiere el artículo que: Se habla de la gratitud como uno de los sentimientos más importantes derivados de la capacidad para amar, el cual surge en las épocas más tempranas de la infancia junto con otras emociones y actitudes.

Para que un niño sea agradecido debe aceptarse a sí mismo, reconocer en él la bondad, para luego reconocerla en los otros. Todo lo anterior le da al niño una riqueza interna, porque ha introyectado un mundo de beneficios que le crea una sensación de enriquecimiento, el cual, a su vez, le permite ser generoso.

La gratitud deriva de la temprana intimidad con la madre en una etapa preverbal en donde la capacidad de gozar plenamente del pecho constituye el fundamento para la experimentación de placer.

Más adelante los aspectos gratificantes del objeto se han introyectado satisfactoriamente y con seguridad. Aquí el niño sabe que tiene un don inapreciable que quiere conservar y al cual le está agradecido.

Si estos momentos no son interferidos por una envidia excesiva, el niño podrá en un futuro, creer en figuras buenas e identificarse con ellas.

Concluye el recorrido de la lectura con respecto a la gratitud lo siguiente:

Significa agradecimiento por un bien recibido. Dicho bien solo puede obtenerse de otra persona que es el bienhechor. Aparece en el niño desde su temprana relación con la madre. Se deriva de la capacidad de amar.

Para que el niño la posea debe primero aceptarse a sí mismo y haber experimentado la gratificación.

La gratitud genera sentimiento de enriquecimiento y generosidad. No se presenta si aparece la envidia. La gratitud evita a toda costa la destrucción del bien ajeno. La gratitud proporciona plena capacidad de goce.

Este sentimiento aparecerá si se establece la confianza básica. La gratitud reconoce la grandeza del don.

Próximos a culminar un año, es mi intención agradecer el camino que por durante tanto tiempo hemos recorrido juntos. Viernes a viernes nos encontramos a través de este espacio dedicado a la adultez mayor.

Gracias a mis adultos mayores, son mi mayor motivación para estudiar, hurgar en redes en búsqueda de la mejor información, así como para prepararme, de manera que todos estemos a la vanguardia de los temas que tienen que ver con este grupo etario.

Gracias a los lectores, a ustedes, quienes cada viernes pasan por acá a “visitarme”, leer la columna es una forma de hacerlo.

Gracias a quienes se toman tiempo para enviar correspondencias, sus inquietudes, deseos, preguntas y hasta consultas se traducen en un compromiso para seguir llevándoles información objetiva, veraz, en un lenguaje sencillo, con la intención que pueda ser mejor aprovechado.

Gracias a quienes en la calle me abordan y preguntan: ¿Usted es la que escribe la columna de adultos mayores?, me hacen sentir artista (risas).

Gracias al Diario PRIMICIA, por permitirme escribir en su prestigioso medio de comunicación y con ello extender a niveles universales la información.

Gracias a todo el equipo que está detrás de cada columna, y que se encargan de la edición, montaje, publicación y demás acciones para llevar a ustedes de manera oportuna la información. Chicos, valoro lo que hacen por “Mis Adultos Mayores”.

Gracias a los que han estado antes, y que se han dedicado a escribir sobre el tema, en la mayoría de las oportunidades me otorgan insumos para escribir.

Gracias a mi Padre Jose Encarnación Quiroz (+), incansable lector, quien se empeñaba en que “se tenía que leer”. Gracias Papá.

Por último, pero no por ello menos importante (alfa y omega), a Dios, por darme las herramientas necesarias para escribir semanalmente, por la salud, la fortaleza, por mis capacidades, por hacerme sentir Su presencia a través de la intuición.

Por mis cinco sentidos. Por Su amor, cariño y bondad. Por la posibilidad de escribir. Y por lo que vendrá.

Gracias, Gracias, muchas gracias. Por un 2024 juntos, nos vemos los viernes de cada semana. Les abrazo.

Infinitas y universales gracias a todos.

¡Amado Dios, estoy lista!

Psicóloga y abogado Maria Quiroz.

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Correo electrónico mariaequirozr@gmail.com

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