Opinión

Mis adultos mayores: Desempleo y calidad de vida

La calidad de vida y el desempleo son una realidad compleja, multidimensional y heterogénea.
viernes, 24 enero 2025

Queridos lectores, comencemos con el recorrido de conocimientos sobre temas de adultez mayor.

En la actualidad hay una nueva “onda” de empleabilidad para adultos mayores. Pero les escribiré sobre ello la semana próxima.

Para hoy les traigo, como antesala, El desempleo y la calidad de vida en la adultez mayor, un trabajo de Lorena Gómez Isaza (2006). Universidad de La Sabana.

Este artículo pretende dar a conocer la importancia de la calidad de vida en la adultez mayor y cómo el desempleo puede afectar, generando consecuencias psicosociales y familiares.

El desempleo, entre muchas acepciones, está definido como la situación del grupo de personas en edad de trabajar que en la actualidad no tienen empleo, aun cuando se encuentran disponibles para trabajar y no presentan limitaciones físicas o mentales para ello; y han buscado trabajo durante un periodo determinado.

Señala la autora que el desempleo se convierte en fuente de males sociales, que genera  empobrecimiento individual, familiar y comunitario.

Psicosocialmente, existe desorganización del tiempo cotidiano, aislamiento e incomunicación, déficit de roles, status, poder, prestigio, imposibilidad de afiliación y grupos laborales, alienación profesional por obsolescencia y degradación de conocimientos, destrezas y habilidades laborales.

Psicológicamente, produce malestar e insatisfacción con la vida, depresión, desmoralización, incertidumbre, pesimismo, sentimiento de fracaso, conciencia de injusticia, autoestima negativa y dependencia económica, social, ideológica y moral.

La calidad de vida y el desempleo son una realidad compleja, multidimensional y heterogénea sobre la cual todas las observaciones empíricas que se puedan realizar no se traducen en teorías reales sobre el desarrollo y los efectos generados en el adulto mayor.

Con el correr de los años se ha consolidado lo que se denomina la nueva era de la gestión del talento humano, esto no es más que unos nuevos paradigmas de selección en los cuales lo que fue útil en el pasado muy poco o nada ha de servir en el presente y el futuro.

Esto conforma lo que se ha denominado la delgada línea mortal del profesional: solicitud de profesionales hasta 35 años (puede haber un rango de cinco años de diferencia por exceso o por defecto).

Esta limitación es difícil de entender y más difícil aún es entender cómo profesionales con excelente preparación se empeñan en limitar el ingreso de personas mayores a estas edades a una organización.

Concluye la autora que  el desempleo puede afectar mucho  la calidad de vida de un adulto mayor, genera sentimientos de tristeza, desesperanza e inutilidad, repercute negativamente en su calidad de vida, y genera estrés en ellos porque ahora se sienten dependientes de sus familias y de la misma sociedad.

Son muy pocas las empresas que le dan importancia a los adultos mayores y saben valorar su experiencia.

Los jóvenes salen de la universidad con muchos conocimientos y mucha energía para trabajar, pero no poseen la experiencia que para ciertos cargos se requiere de esta.

Los adultos mayores también se ven afectados por la belleza y el físico de las personas que son más jóvenes que ellos.

Si llegan a ser empleados, son sometidos al cargo que se les asigne, en ocasiones a extensas jornadas laborales; sin embargo, lo hacen, lo aceptan y, lo mejor del caso, lo HACEN BIEN, así tengan una mala calidad de vida, porque no se encuentran satisfechos con su trabajo, sino que simplemente lo hacen porque lo necesitan.

Los jóvenes recién egresados de la universidad, por lo general, creen que deben pagarles un gran sueldo; rechazan muchas ofertas laborales o simplemente aceptan un trabajo por adquirir algo de experiencia, pero realizan su trabajo con desagrado y pueden llegar a realizar sus labores de mal gusto, mientras que los adultos mayores se conforman con “lo que salga”.

Para finalizar, los adultos mayores merecen tener una buena calidad de vida, al igual que el resto de las personas, y lo importante aquí es que debemos concienciar a nuestra sociedad; se debe educar a las organizaciones para que tengan una mente abierta y quizás obtengan mayor producción.

La idea es una sociedad inclusiva desde el punto de vista de la empleabilidad para el adulto mayor.

Nos leemos el próximo viernes.  Aprecio sus comentarios, inquietudes o sugerencias a través del Correo electrónico mariaequirozr@gmail.com o mi cuenta  Instagram @mariaquirozr

Psicóloga y abogado María Quiroz.

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