Opinión

Mis adultos mayores: Ángel de Jesús Fernández Camarillo

Me fijé un tiempo para ello, de no más de dos años. Visité a: Rotterdam, Ámsterdam, Hamburgo, Bremen, Bélgica, España, Le Havre en Francia, Aruba, Curazao, el caribe Colombiano, Baltimore, Filadelfia, Nueva York y Portland.

viernes, 20 enero 2023

Amigos lectores, les cuento. La columna va a contar con un nuevo espacio pensado en ustedes que me leen. Lo he denominado: Biografías, y consiste -como su palabra lo indica- en la biografía de los adultos mayores.

Es mi criterio que debemos honrar nuestros padres, abuelos y ancestros en vida, no pretendo que no sea adecuado honrarlos cuando no estén en este plano, pero es bello, que ellos puedan disfrutar de esos reconocimientos en vida.

A la par de ello, se van a sorprender de las historias que los adultos tienen que contar, sus herramientas, fortalezas, vicisitudes, todos los sufrimientos, llegando a contar hasta sus amores “prohibidos”. Es una vida rica, y una rica vida en anécdotas, en la que en algún momento cada uno de nosotros pasa a ser el protagonista.

Le invito desde ya a escribir la historia de sus padres o familiares. Pueden contactarme a través del número telefónico 0414-8955666 o por el correo electrónico mariaequirozr@gmail.com Puede que tengan dificultad a la hora de escribir, cuento con un formato para rellenar, y les estaré apoyando en el proceso de la escritura. Ubiquen una foto que PRIMICIA nos ha obsequiado la oportunidad de colgar una foto del adulto mayor.

Les dejo la siguiente biografía. Ángel de Jesús Fernández Camarillo.

“Para el 8 de agosto de 1949, cuando nació Ángel de Jesús Fernández Camarillo, Machiques de Perijá era un bucólico pueblo, donde la mayor parte de la población se dedicaba a actividades relacionadas con la ganadería y sus derivados: Carne y leche. Un pueblo apacible, el principal juego de los niños era construir haciendas con vacas obtenidas de colocarle, a los limonzones, naranjas y toronjas (que abundaban en los patios) palitos a manera de patas. 
Soy el segundo de siete hermanos. Mi padre era obrero de las contratistas petroleras, en algunas partes había producción y en otras áreas exploración.

Al cambiar de trabajo, nos vinimos a Maracaibo y eso se convirtió en un constante peregrinaje, aun cuando mi padre ganaba bien por ser un destacado “encuellador”, empleo bien remunerado, también era un muy buen bebedor, lo cual nos condenaba a vivir en pobreza extrema; me imagino que por eso nos mudábamos tanto, si no había dinero para comer, menos habría para pagar los alquileres y allí nos desalojaban. Gracias a Dios teníamos una maravillosa madre, como la mayoría de las madres venezolanas.
Ya a los 11 años viendo el ejemplo de mi hermano mayor, quien me llevaba 5 años, después de colegio me iba a limpiar zapatos o a vender billetes de lotería y con eso daba mi contribución al mantenimiento de mi familia.

Quería ser un ingeniero químico, pero opté por inscribirme en la escuela técnica de Maracaibo, donde también podía ser técnico químico; pero eran 6 años y decidí estudiar refrigeración que solo eran 4 años y eso me permitiría trabajar más rápido y ayudar a mis 5 hermanos que venían atrás. Como efectivamente lo hice a pesar de que no me gustaba. Salí muy bien, destacándome en dibujo técnico, por ello me ofrecieron ser contratado como profesor del área, a pesar de mis 18 años, rechacé la oferta alegando que sería un profesor pirata por no estar preparado, además de no tener ningún interés en la docencia.

Trabajé refrigeración unos tres años y luego me fui a navegar en la C.A. Venezolana de Navegación como Limpiador, ayudante de mecánica. Lo hice para visitar otros países, no vi otra oportunidad dada mi condición de pobreza económica. Me fijé un tiempo para ello, de no más de dos años. Visité a: Rotterdam, Ámsterdam, Hamburgo, Bremen, Bélgica, España, Le Havre en Francia, Aruba, Curazao, el caribe Colombiano, Baltimore, Filadelfia, Nueva York y Portland.

Cerca de cumplir allí los dos años previstos, me encontré con un amigo zuliano mientras visitaba un amado tío en Maracay; ese amigo me habló de una institución en la cual él había trabajado y que conociéndome, él creía que yo podría ser un buen instructor.

Le manifesté que desconocía que era el INCE; pero me habló muy entusiasmado de su convencimiento de que daría la talla, aun cuando seguía sin atraerme la docencia. Como ya se cumplía el tiempo que me establecí para navegar, acepté y realicé el proceso para ingresar.

Tres meses después, el 11 de Junio de 1973 ingresé al INCE ( luego INCES).
Me resultó tan gratificante lo que vivía en esa institución y el servicio que le brindábamos a la población más necesitada, que me pasé 40 años de servicios, haciendo una carrera que me llevó a ser: Instructor, Coordinador docente, Director en un Centro de formación industrial, Director en el área de comercio, Director en Artes Gráficas y finalicé mi carrera como Jefe de Formación Profesional en el estado Zulia.

En ese proceso me casé dos veces y tengo tres hijas biológicas, un hijo de crianza y ocho nietos.
Fui el fundador del Asentamiento campesino La Estrella, en La Cañada de Urdaneta estado Zulia; que cuenta con la Escuela Granja Maria Alejandrina Farías, y fui el Coordinador Municipal de la Misión Robinson; he recibido condecoración Luis Beltrán Prieto Figueroa y Honor al Mérito en el Trabajo segunda clase. Me siento realizado por el servicio eficiente a la Patria”
Hermosa historia. Gracias por leerme y leernos.

Psicóloga y abogado Maria Quiroz. Síganme por Instagram @mariaquirozr

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