Mis adultos mayores: Ancianos sin fronteras
Ancianos sin fronteras es un pequeño artículo de la Revista El Correo de la Unesco, una publicación que se encuentra en la Biblioteca Digital Unedoc, perteneciente a la Unesco, de fácil acceso por Internet.
El título completo del artículo es: “Ancianos sin fronteras. HelpAge International pone sus recursos al servicio de numerosos proyectos, sobre todo en el Tercer Mundo”.
HelpAge International es una ONG internacional, sin fines de lucro, que impulsa actividades comunitarias dirigidas a adultos mayores. Ayuda a las personas mayores a reclamar sus derechos, desafiar la discriminación y superar la pobreza, para que puedan llevar una vida digna, segura, activa y saludable.
Desarrolla programas para ayudar a algunos ancianos más vulnerables, fortaleciendo la capacidad de las organizaciones locales para hacer frente a sus necesidades.
Y entre sus principales objetivos, reseña la revista, es incrementar la participación de los ancianos en la planificación y gestión de proyectos.
Su actuación comprende aspectos tales como sanidad, seguridad alimentaria o económica, oftalmología, capacitación y educación, ayuda de emergencia, cuidados médicos, asesoría jurídica e investigación.
En la publicación señalan unas experiencias muy interesantes, y que considero que se pueden adaptar a nuestro país.
Con el pueblo camboyano, por ejemplo, se dieron a la tarea de abrir bancos de arroz donde los clientes toman prestado arroz para alimentarse o sembrarlo y lo devuelven con intereses —pagados en arroz— después de la cosecha.
Algunos de los beneficios son distribuidos de manera gratuita entre los ancianos más desfavorecidos del pueblo.
En Sudáfrica, también tienen una bonita experiencia; en Durban, de manera específica, desarrollaron un proyecto de alfabetización de tres años de duración.
Un equipo de ancianos con conocimientos de alfabetización actúa como tutor y enseña letras y números en zulú e inglés con métodos diseñados a estudiantes para ayudarlos a enfrentar los problemas de la vida cotidiana.
En nuestro país, se cuentan con recursos suficientes para llevar adelante tales proyectos.
Contamos con el más importante: El recurso humano: un adulto mayor, lleno de sabiduría, con experiencia, que junto con algunos jóvenes que se quieran incorporar a los proyectos, pueden llegar a hacer grandes cosas.
He conocido de cerca una experiencia.
En Ciudad Guayana, se han dado algunos pasos. Un grupo de adultos mayores liderados por Edgar Rodríguez se ha dado a la tarea de fabricar jabones artesanales.
A la par se encargan de enseñar a algunos grupos familiares, así como a las comunidades organizadas, el proceso de fabricación, de manera tal que dicha experiencia puedan adaptarla los líderes comunitarios a las comunidades donde tienen sus asientos, generando así ciertos ingresos.
Además de ello, se puede adquirir el producto a muy bajo costo.
No conforme con ello, ahora ha iniciado un proyecto de mantequilla de maní. Les oí hablar del procesamiento de harina de yuca; quedé pendiente de visitarles nuevamente para conocer de la experiencia.
Si quieren conocer de este ser humano emprendedor, que aún se siente útil al país, no dejen de escribir al correo electrónico que se encuentra al final de la columna; les garantizo una conversa llena de creatividad, ganas y de mucho conocimiento.
Termino con esta frase: “El envejecimiento no es la juventud perdida, sino una nueva etapa de oportunidad y fuerza”. Betty Friedan
Hasta la próxima columna. Muchos cariños desde mi rinconcito, mi espacio para estudiar y escribir para Uds.
Agradezco sus comentarios, inquietudes o sugerencias a través del correo electrónico mariaequirozr@gmail.com o mi cuenta de Instagram @mariaquirozr.
Psicóloga y abogada María Quiroz.
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