Los tres yos que hay en uno
En las primeras líneas de su ensayo El laberinto de la soledad, Octavio Paz hace una comparación de los pueblos en crecimiento, con el proceso de transición de la niñez a la adolescencia, en el cual hay un momento en el que todos experimentamos una especie de revelación de nuestra existencia, un desvelamiento que súbitamente nos arroja a una realidad capaz de paralizarnos al pie de la muralla de nuestra propia conciencia.
A partir de allí podemos decir que comenzamos una nueva vida, llena de descubrimientos, sensaciones, deseos, pasiones y todo cuanto se genere a consecuencia de los cambios físicos y psicológicos que se dan en esa etapa de nuestra existencia. Un hecho entendible sólo desde cada experiencia personal, y probablemente colectiva, por qué no.
Incluso es posible enlazar esta reflexión del ensayista mejicano, con el pensamiento del místico hindú Osho, quien sostiene la existencia de absurdos sociales que destruyen la felicidad humana, que evitan a toda costa que nos convirtamos en sabios bajo el pretexto de que la gente sabia e inteligente es difícil de explotar y subyugar, es decir, es rebelde y peligrosa para quienes detentan el poder.
Ambas, sabiduría e inteligencia deben fecundarse a partir del re-conocimiento de los tres yos que según Osho habitan en cada uno de nosotros. Un proceso personal de fertilización social, psicológica, natural y divina que debería darse a partir de la transición descrita por Octavio Paz, cuyo espacio-tiempo podemos ubicar donde comienza a soplar el viento que nos lleva directo y sin pausa al puerto de nuestro destino.
El primer yo es la personalidad, en la que todos tenemos muchas máscaras superpuestas una sobre otra, de manera que si te quitas una tienes otra, y si te quitas esa tienes otra, y así, dependiendo de cuales vayas necesitando, por ejemplo, no tienes la misma máscara cuando hablas con tu hijo que cuando lo haces con tu jefe. Ese es el yo falso, el ego.
El segundo es el yo reprimido, instintivo, inconsciente. Es todo lo que la sociedad no te ha permitido, y también todo lo que ha metido a la fuerza en tu ser y allí lo tienes encerrado, algo que aparece en los sueños o cuando estás ebrio, cuando no tienes control sobre ti mismo. Es el yo auténtico, no es falso, el yo que grita en tu interior y que de verdad es la vida real, natural, esa que las religiones han condenado calificándola como el origen del pecado, la que tachan como la parte animal del hombre, quien a diferencia de los demás animales es el único animal anormal sobre la faz de la tierra.
El tercero es el yo divino, el auténtico, la cara verdadera que sobrepasa los anteriores, Osho se refiere a él como la “budidad”, la conciencia pura, sin fisuras, sin divisiones, los delicados pastos donde reposan las Cuatro Nobles Verdades (El sufrimiento existe; el sufrimiento tiene una causa; se puede eliminar el sufrimiento; modos de eliminar el sufrimiento), y el Sendero de Ocho Pasos, que nace a partir de que el deseo no es eliminado ni por satisfacción ni por la mortificación, sino por el Camino Mediano del Sendero de Ocho Pasos (Equilibrio) que incluye: Perspectiva recta; aspiración; discurso; conducta; subsistencia; esfuerzo; atención, y contemplación. Ciertamente, en El laberinto de la soledad, Octavio Paz utiliza la comparación para establecer similitudes entre lo que los pueblos (Particularmente el suyo) y el adolescente que recién ha transitado desde la niñez, experimentan al momento de revelárseles su propia existencia, de allí que a partir de estas dos creencias, aparentemente inconexas, valga pensar que la mística de los tres yos pueda ser aplicable a los pueblos, asumiendo la existencia de un ego colectivo, junto a un yo colectivo reprimido, pecaminoso, auténtico, pero a la vez consciente de las Cuatro Nobles Verdades o su equivalente en cada sociedad particular.
viznel@hotmail.com
Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/KnTn2mbuRdQBnU8na18Mod
También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí: https://t.me/diarioprimicia