Opinión

Los senderos del desarrollo      

Este ejercicio de planificación, por cierto, para los efectos de la optimización de los resultados, debe convertirse en ejercicio periódico; ellos influirán sobre nuestras conductas y sus resultados.
jueves, 17 febrero 2022

“Por desarrollo se puede entender, aquel proceso por el cual, una sociedad progresa en lo económico, mejorando totalmente, las condiciones de vida”, (Wikipedia).

Esta es una definición ofrecida por entendidos en la materia. Los senderos del desarrollo, en Venezuela, sin embargo, parecieran ser algo más complejos y tortuosos.

Hay quienes creemos que el desarrollo de una región o del país, debe ser integral; esto es, que sólo habrá genuino desarrollo, si este es pleno y cabal, es decir, que el mismo no solo está vinculado con lo económico, sino que también afecta lo político y también, concierne a lo social (no nos referimos a socialismo alguno).

Cuando hay crecimiento económico (producción eficiente y de calidad), destacados avances   tecnológicos (innovaciones aplicadas), sobresaliente desempeño político (participación, ética, libertad, igualdad y democracia) y todo ello aunado a un amplio progreso social (cultura, educación, salud, vivienda, y seguridad), el país irá camino al primer mundo.

El universo industrial de un país, por ejemplo, no podrá ser eficientemente productivo, si su personal no está debidamente formado; y no habrá   institución educativa adecuada (primaria, artesanal, técnica y superior) para ese desarrollo, si las mismas no están a la vanguardia del conocimiento y la cultura universal.

Las instituciones de una nación en su conjunto, como la justicia, el poder legislativo e igualmente el ejecutivo, con toda la red de organizaciones subalternas que las conforman, deben adoptar igualmente, los altos estándares de este desarrollo, para poder tener un desempeño cada día más cercano a lo perfecto.

Esto solo será posible, cuando nosotros, como individuos y como país, comencemos a planificar nuestros sueños, desnudando nuestras carencias y potenciando nuestras fortalezas, para así determinar dónde nos encontramos y que debemos hacer para alcanzar los objetivos siempre perfectibles de cultura, progreso y bienestar.

Este ejercicio de planificación, por cierto, para los efectos de la optimización de los resultados, debe convertirse en ejercicio periódico; ellos influirán sobre nuestras conductas y sus resultados.

Luego deberemos organizar los recursos necesarios (financieros y humamos), para convertir los sueños antes mencionados, en realidades. Es imperativo señalar que la investigación periódica, sistemática y disciplinada, nos debe acompañar a todo lo largo del sendero, pues es ella la que nos guiará a la obligada y necesaria innovación, que aún en el peor de los casos, se traducirá en desarrollo.

¿De que serviría realizar “investigaciones y desarrollos”, sin útiles y novedosos descubrimientos? La experiencia indica, que solo avanzaremos como nación independiente, cuando esa investigación y sus desarrollos nos lleven a producir novedosos, mejores y mayor cantidad de bienes y servicios.

Por cierto, que esta práctica, no solo debe realizarse en el área de las ciencias; también en las artes como la música, la literatura, el teatro, la pintura, etc. Allí también cabe la investigación, para llegar a la codiciada “innovación”.

Culminaremos este ciclo del desarrollo, con una etapa que por ser la última, no es menos importante, cual es la acción del emprendimiento, ese que denominaremos visionario, transformador, enérgico y sistemático, y cuyo propósito será convertir los sueños en ideas y estas, en productos y servicios.

Debe quedar claro que el perfeccionamiento, solo será posible, cuando todos los subsistemas, sean capaces de nutrir o convertirse en “insumos y apoyos” de otro mayor, el denominado Sistema Político.

Algunas de esas instituciones son: la industria, la banca, los colegios profesionales, los sindicatos, las asociaciones de vecinos, los partidos políticos, los medios de comunicación social, la educación, la salud, la seguridad, la justicia, etc.

Repito: cuando todos ellos, sean capaces de nutrir o convertirse en “insumos y apoyos” de ese otro macro sistema denominado, político, este podrá entonces, con legitimidad, dictar las normativa generales y específicas en la forma de leyes, reglamentos, decretos, etc, con la única intención de crear o producir un ambiente y/o sistema de justicia, libertad y solidaridad, fundamentado en sólidos  valores éticos y principios morales; solo entonces estaremos creando Desarrollo y con él, hilvanando la confección de una gran nación.

Es esta la razón fundamental por la cual el andamiaje político deseado, debe estar formado por honorables ciudadanos, íntegros, honestos, apasionados con su rol de líderes, individuos estudiosos y cultos, enérgicos y con experiencia.

Por estas mismas razones, es por lo cual, los ciudadanos debemos elegir, no por esos colores que identifica a determinado partido político, sino por el contenido del currículum de los candidatos que se postulen para servir al pueblo.

Como hemos podido observar, este es un círculo beneficioso, con el cual todos ganamos: mejores políticos y política, mejores instituciones, mejores ciudadanos, mejor país y así, el sendero del desarrollo, aunque tortuoso, continuará en una forma de espiral hacia la excelencia, sin terminar jamás.

CE. mgarciat84@gmail.com

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