Los nietos: Elixir navideño

Indudablemente que recordar es vivir; más cuando se trata de acontecimientos imborrables que marcan para siempre. Hacen doce años y luego de 41 sin visitar un centro asistencial, como paciente, me tocó hacerlo, primero para normalizarme quirúrgicamente el área cervical y luego, durante el proceso postoperatorio de reposo, surgió de repente un agudo malestar abdominal que culminó en la necesidad obligatoria de una laparoscopia que, a su vez, permitió diagnosticar, o mejor observar, una vesícula descarriada en pleno apogeo de rebeldía. Dos calamidades, de distinto origen, que fueron atacadas a tiempo.

Mientras estuve recluido hasta la ansiada orden médica para irme a casa – familiares y amigos, por supuesto, estuvieron pendientes de mi salud – ocurrió que durante ese período verifiqué, para mi beneplácito, felicidad plena y mejoría inusitada, que cada vez que dos de mis últimos nietos, para entonces de cinco y cuatro meses, Victoria Valentina y Marco Sebastián, entraban raudos a la habitación en sus coches Fórmula “O” a “conocer” el estado de salud de su abuelo, sentía que mi organismo recibía, con elevado placer, una alta dosis de un medicamento maravilloso contentivo de sobredosis de sonrisas y miradas infantiles de inocencias puras y lindas, guiadas por unas manitos y piececitos en movimiento perpetuo, increíblemente acompasados; y lo repetían una y otra vez acompañados, de repente, de un jocoso y prolongado balbuceo…Pude comprobar, con inocultable complacencia, amables lectores, una conclusión a la que llega el autor de un buen libro que me obsequió mi hijo mayor homónimo, según la cual “la inocencia es la fuente del amor y de ella no podemos prescindir”.

Según el egregio escritor, Deepak Chopra, inocencia es saber que podemos guiar a los niños pero nunca controlarlos, y siempre mantener una actitud de apertura hacia la persona que hay en todo párvulo, destinado a ser diferente de nosotros; para luego señalar que en la inocencia podemos aceptar este hecho con un corazón alegre..

Mis sabios e inigualables nietos, Marco y Victoria, me enseñaron que su amor “tercera edad”, así expresado, es un elixir maravilloso que me acompaña siempre. Y así lo sentimos mi salud, mi corazón y yo….¡Qué Nietos¡¡.

La bendición y el abrazo de un nieto, en diciembre, es el más gratificante elixir navideño..

¡Feliz Navidad!…en especial para todos los niñ@s con su San Nicolás…

Vainitas en el postre: **¿Cuál divisa participa en la cría de una gallina ponedora para que un huevo lo vendan en Bs.5.000.? **Ser igual es tan importante como ser libre. ** La Mesa de Diálogo debe crear un Mecanismo Justo que acabe con la criminal especulación de comerciantes y empresarios avaros que quintuplica a la hiperinflación y tiene al pueblo “al borde”…

Otro Sí: ¿Cuándo los pueblos libres sancionarán al gobierno intruso-genocida de EEUU?.

Amor patrio: “¡Ay! mi Venezuela, cómo no quererte si por defenderte yo daría la vida”.

PD2: Jesucristo sentenció que “primero entra un camello por el ojo de una aguja que un magnate al reino de los cielos”, hoy ya no hay duda: Se refería a los Donald Trump…

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