¡Los Nietos!: Elixir maravilloso
Indudablemente que recordar es vivir, más cuando se trata de acontecimientos imborrables que marcan para siempre: hace 15 años y luego de 41 sin visitar un centro asistencial en calidad de paciente, me tocó hacerlo primero para normalizarme quirúrgicamente el área cervical y luego, durante el proceso postoperatorio de reposo, surgió de repente un agudo malestar abdominal que culminó en la necesidad obligatoria de una laparoscopia que, a su vez, permitió diagnosticar, o mejor observar, una vesícula descarriada en pleno apogeo de rebeldía.
Dos calamidades de distinto origen que fueron atacadas a tiempo, gracias a la excelencia profesional del buen amigo neurocirujano Jimmy Orta, con cuyo padre me une orgullosa descendencia mapireña.
Mientras estuve recluido hasta la ansiada orden médica para irme a casa, familiares y amigos, por supuesto, estuvieron pendientes de mi salud, ocurrió que durante ese periodo verifiqué, para mi beneplácito, felicidad plena y mejora inusitada, que cada vez que dos de mis nietos – para entonces de cinco y cuatro meses – , Victoria Valentina y Marco Sebastián, entraban raudos a la habitación en sus coches Fórmula “O” a “conocer” el estado de salud de su abuelo, sentía que mi organismo recibía, con elevado placer, una alta dosis de un “medicamento maravilloso contentivo de sobredosis de sonrisas y miradas infantiles puras y lindas, guiadas por unas manitos y piececitos en movimiento perpetuo, increíblemente acompasados; y lo repetían una y otra vez acompañados, de repente, de un jocoso y prolongado balbuceo…pude comprobar, con inocultable complacencia, amables lectores, una conclusión a la que llega el autor de un buen libro que me obsequió mi hijo mayor, según la cual “la inocencia es la fuente del amor y de ella no podemos prescindir”.
Según ese egregio escritor, Deepak Chopra, inocencia es saber que podemos guiar a los niños pero nunca controlarlos, y siempre mantener una actitud de apertura hacia la persona que hay en todo niño, destinado a ser diferente de nosotros; para luego señalar que en la inocencia podemos aceptar este hecho con un corazón alegre.
Mis sabios e inocentes nietos, Marco y Victoria, me enseñaron que su sublime amor “tercera edad”, así expresado, es un elixir maravilloso….y así lo sentimos, todavía, mi salud, mi corazón y yo…!Qué nietos!
PD: Esta áurea impresión inolvidable en mi pensamiento lateral que agradezco, a quienes me leen, permitirme recordar en estas líneas, afloró a propósito de cumplir este once de junio 81 años con mis primeros diez nietos maravillosos (Mauricio Andrés, Viviana, Alfredo José, David Alejandro, Victoria Valentina, Marco Sebastián, Gabriel, Camila Andreína, Ángel y Priscila…! Dios me los bendiga siempre!!)
“No hay nada más vivo que un recuerdo”, García Lorca.
Vainitas en el postre
Somos un pueblo bolivariano en “pie de Paz”.
Seamos productores y consumidores de nuestra propia riqueza colectiva..
En Colombia los “negritos” llegan solo hasta sargento..
Gracias al estribillo “Chávez somos todos” el pueblo tiene hoy la conciencia madura, su mejor arsenal..
Nada se parece más a la injusticia que la justicia tardía..
Si hay algo en el mundo que la humanidad no soporta es el capitalismo salvaje..
Estadísticas apuntan a Cuba como el mejor país para ser madre;..hacia allá vamos con la hermosa Misión Parto Humanizado.
Imperdonable sería que el votante pueblo colombiano abstencionista haga lo mismo el 19/6 y desaproveche esta oportunidad de Oro de enrumbar !al fin! a Colombia hacia la verdadera Paz, convivencia y Justicia Social
“Aquí se instaló’ un patrón con la intención de hacer ver mal el sistema de justicia”(TWS)
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