Los hijos del siglo XXI
La vida de un niño del siglo XXI es el resultado de todos los procesos de cambio que paulatinamente ha experimentado la sociedad que lo acoge. Y resulta muy necesario considerar y evaluar ciertos aspectos que inciden de manera significativa el du proceso de desarrollo.
Una de esas particulares realidades que no podemos pasar por alto es la influencia de la tecnología y de los medios masivos de comunicación y redes sociales. Todas esas nuevas tecnologías han transformado la sociedad en muchos sentidos y el uso de las mismas que se haga son trascendentes para definir si es útil o perjudicial para el niño. Claro que tiene sus bondades, gracias a la televisión, a la información vía satélite o a Internet, conocemos constantemente lo que sucede en distintos puntos del mundo y de manera casi inmediata. Sin embargo, si hay algo que no debemos pasar por alto es que la información depende de la interpretación que se haga de ella y de los recursos que se tengan para discriminarla y leerla correctamente.
Los padres, la familia estamos ante la imperiosa labor de comprender que dichos instrumentos (video juegos, TV, Internet, móviles, etc.) ciertamente pueden ser de gran provecho pero solo, utilizándolos racionalmente, se podrá reconocer el mérito que tienen. En todo caso dependerá de cómo se utilizan y especialmente, de las condiciones en que se haga, es allí donde la familia y en especial los padres juega un rol importante. La supervisión es indispensable, hay resultados distintos si el niño accede a ellos cuando está solo, lo hace con un adulto que lo acompañe, si pasa demasiadas horas frente a ellos, o por el contrario, lo hace de manera pasiva o está investigando activamente un tema en el que le interesa profundizar.
La idea no es aislar ni donar los hijos a la tecnología, mas bien que estemos atentos y forjemos el uso racionalizado de tales instrumentos, que pueden llegar a convertirse en aliados de la familia y de la escuela, para ello los mismos padres deben revisar su propia interacción con la tecnología. No se puede negar que cada equipo tecnológico puede ser una herramienta muy útil para incentivar el deseo de ver, conocer y aprender. Si se da un uso inadecuado, sobre todo de la TV y en edades muy tempranas, puede afectar en el desarrollo emocional y de la personalidad del niño, así como en su curriculum académico.
Otra de las variable que es necesario evaluar ante el desarrollo de los hijos del siglo XXI, es que nuestros hijos estan expuestos a un bombardeo publicitario a través de imágenes, audios,etc no aptos para su edad y desarrollo evolutivo. Tengamos en cuenta que los niños tienden a interiorizar los modelos de conducta y las situaciones que se les presentan tanto en su casa, como las que ve en la televisión o a su alrededor. La agresividad y la violencia que ve en los medios deben ser controladas y aclarada por los padres con el objetivo que sienta rechazo por imágenes en las cuales no se siente la familia representada, de lo contrario lo integrara como ” un comportamiento normal”. Aunque le causen curiosidad, los padres seguirán siendo sus modelos fundamentales y se identificará con sus conductas. Los hijos del siglo XXI es vital educarlos para que desarrollen su sentido crítico, para que se convierta en una persona con capacidad de decisión. Así mismo desarrollara criterio para escoger y analizar la información que se le presente rechazando aquella que no le sea favorable para su crecimiento. Será capaz de cooperar con otras personas, será solidario y responsable.
Sin duda, conforme avanza y evolucionan las generaciones es cada vez mas complejo y retador, Ser Padres, Ser Familia, aun así, estamos ante la posibilidad de forjar individuos que visión de diversidad, de autonomía, de respeto y de tolerancia asumamos con coraje y firmeza ser los padres de los hijos del siglo XXI. @irmavcoach
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