Los cuatro miedos de la pandemia
Buscando entre mis papeles para contener el fastidio de la cuarentena, conseguí un material que trata de la sabiduría tolteca donde los cuatro miedos de la vida son la soledad, la escasez, la enfermedad y la muerte, los cuales extrapolo al titulo del presente escrito por ser precisamente lo que muchas personas padecen de manera acentuada en estos tiempos de pandemia.
Con respecto al miedo a la soledad ellos dicen que hay dos opciones que se pueden considerar. La primera es que el ego trabaja para hacerte creer que realmente estás solo, que estás unido a los demás con el fin de sentirte protagonista de la vida y encontrar el reconocimiento en todos los niveles, en la familia, en la pareja, en el grupo de amistades y en la sociedad, y la segunda opción es que el espíritu desea que recuerdes que siempre estás unido a la energía integradora de Dios que se manifiesta en una luz interior, que cuando le das fuerza empiezas a ser consciente de que siempre tienes compañía, y comprenderás que la soledad es una maravillosa oportunidad de la vida para compartir contigo mismo y con personas con tu mismo nivel de vibración.
En cuanto al miedo a la escasez, a estar sin dinero ni oportunidades, la sabiduría tolteca dice que requiere darte la oportunidad para considerar que tus emociones sientan ese deseo de merecer lo mejor para tu vida, dice además que el sentimiento de víctima es una señal de que el fantasma del miedo está invadiéndote y que hay una palabra de siete letras que cuando la repites empieza a dar claridad al estado de abundancia. Esta palabra es GRACIAS. Los toltecas establecen que cuando agradeces por todo cuanto tienes en este momento y por lo que llegará a ti, comienzas a ser perceptible de todas las cosas que Dios te ofrece cada día. Gracias Dios por abrir los ojos este día de hoy, por poder respirar un día más; gracias por la cama donde duermo, por las situaciones que parecen adversas pero me dejan sabiduría, gracias por la sonrisa que me regaló esa persona que no conozco; por tener trabajo, por la comida caliente, por la taza de café. Agradece y en poco tiempo todos tus deseos comenzaran a materializarse.
En relación al miedo a la enfermedad, la sabiduría tolteca indica que debes saber que se trata de un desequilibrio de tu estado de conciencia. Señala que enfermedad es una palabra compuesta del latín “In-firmus”, que significa “sin firmeza”, de donde queda claro que cuando empiezas a sentirte débil significa que perdiste tu fortaleza interior, de manera que si comienzas a erradicar las auto-culpas, estarás dejando las cárceles del saboteo mental y te liberarás de sus ataduras. El filosofo Platón dijo: “mente sana en cuerpo sano”. Piensa positivo respecto de ti mismo, reconcíliate con el pasado, perdona íntimamente en tu corazón todos los sucesos de dolor y llena tu corazón de alegría, perdón y paz.
Y con respecto a la muerte, si hay algo de lo que podemos estar seguros es que, cuando Dios lo disponga partiremos de esta vida, no antes ni después. Cuando el médico nos da la primera nalgada para que comencemos a respirar se activa la cuenta regresiva, ese tic-tac que nos indica que vamos yendo hacia el día que debamos “parar”. Es por eso que la vida es un constante “Pre-parar”, es decir, una invitación a trascender en cada instante vivido, hasta que llegue tu turno de “parar”. Los toltecas invitan a cerrar los ojos un momento e imaginar que hace una semana has muerto y que estás en el cementerio visitando tu propia tumba; miras tu lapida y lees tu nombre, tus fechas de nacimiento y de partida de este mundo. Dicen que escribas en un papel lo que deseas que quede grabado en la piedra cuando partas de este mundo, y que trabajes día tras día para acercarte al enunciado que allí declaras. El miedo a la muerte se supera cuando tu meta es proyectarte en la trascendencia de tu entrega, bondad, generosidad, desprendimiento, altruismo, amor al prójimo sin esperar retribuciones, que vivirá en la memoria y los corazones de quienes hiciste contacto en la vida, e hiciste felices.
Esa es, en síntesis, parte de la sabiduría tolteca. Pertinente en tiempos en los que los cuatro miedos hacen estragos por los cuatro vientos.
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