Ley del trabajo para el desarrollo (I)

Criticar la vigente Ley del Trabajo, es un ejercicio fútil. Todos conocemos sus fortalezas y debilidades, así que en esta columna nos dedicaremos a las propuestas.

Empecemos por definir algunos términos.
• Desarrollo, le llamamos a la acción de emprender libremente, cualquier actividad productiva lícita, siguiendo las leyes del mercado, pero dentro de un marco de responsabilidad social, que debe garantizar el desempeño ético de esa actividad generadora de riquezas.
• Por Ley del Trabajo, entenderemos que se refiere a la Ley del Trabajo vigente, a esta fecha.

Pues bien, Venezuela podría tener, una vez más, la gran oportunidad de un nuevo comienzo. Para ello, deberemos esperar que pase esta pandemia del covid-19, por una parte, y que el país, tome una senda de desarrollo, en democracia verdadera, Libertad absoluta y Justicia plena.
• Efectivamente, el reto para nuestro Venezuela, es muy grande. De nuestras decisiones, dependerá que desarrollemos aceleradamente, a nuestra nación.
• Lógicamente, para que tal desarrollo se haga realidad, necesitaremos mucho capital, el cual no será fácil de obtener, aún cuando Venezuela puede ofrecer vastas garantías, porque después de esta crisis, universal por cierto, será muchas las demandas del mismo, para inversión en el mundo. Esta sería una de las razones para retrasar nuestras posibilidades de pronto inicio del desarrollo.
• El otro gran impedimento, está en la disponibilidad de mano de obra bien formada y experimentada; debemos recordar, que de Venezuela se fue más de 5 millones de personas, en su mayoría, profesionales y técnicos, venezolanos unos y extranjeros otros; se marcharon muchos de los más diestro y mejores formados.

Adicionalmente a esto, deberemos enfrentar el mayor de los retos: cambiar como personas y como nación; es preciso entender que el país, no puede volver ser un “niño Jesús” que regala lo que se le pida; deberemos comprender que lo que consumamos, tiene que ser producto de nuestro trabajo y que el mejoramiento de nuestra calidad de vida, solo ocurrirá, en la medida en que nos volvamos más eficientes, en todos los aspectos.

Esto pasa por tener que cambiar nuestro sistema educativo; deberemos hacerlo más intenso, profundo, armónico, incluyente y moderno, para lo cual, no solo deben cambiar pensum y maestros, sino la sociedad toda.

Por descontado está que deberemos revisar y adoptar una nueva escala de valores consensuada nacionalmente, y por supuesto, también deberemos modificar esencialmente, hasta nuestra manera de hacer política; frente a la sociedad, deberemos asumir nuevas posturas, de más consciencia y responsabilidad, con la consecuente modificación de patrones morales y éticos tradicionales. Recordemos que si los valores no cambian, tampoco lo haremos los individuos y por tanto, tampoco, la sociedad.

Para iniciar el desarrollo económico, no bastará un mero maquillaje; debemos hacerlo estructuralmente, y uno de los primeros, debe ser abolir la vigente Ley del Trabajo, por paternalista y promotora de todos los vicios que se promueven para hacer del trabajo, una actividad de muy baja eficacia.

Seguidamente, se deberá establecer un Consejo Permanente, Tripartito, asesor de la Presidencia de la República, compuesta por un Represetante del Ejecutivo (Banco Central), un Representante calificado de Fedecámaras y un Representante de los Trabajadores (Confederación Sindical).

Entre otras muchas funciones, tendrá la responsabilidad de establecer el monto horario mínimo a ser pagado a los trabajadores, aprendices y Jubilados. De igual manera, se convendrá, que las empresas tendrán la libertad de contratar con sus trabajadores, beneficios y tabuladores, conforme a sus posibilidades. Algunas otras características del quehacer laboral, cómo la mediación y la constitución de sindicatos, será objeto de otros artículo que próximamente publicaré.

En esencia, estos son los cambios mínimos que nuestro país requiere en lo laboral, para enderezar el rumbo. Recordemos que si queremos modificar el futuro, tendremos que cambiar las conductas que asumimos en el pasado.

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