Opinión

La verdad sobre el caso de Carolina y una justicia injusta

Los malhechores no sólo roban, sino que cegaron la vida la colega de Carolina, quien eventualmente se quedaba a hacerles compañía.
José Gregorio BERIA
martes, 16 marzo 2021

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Los hechos

Era un martes 3 de julio del año 2018, Carolina estaba preparando café en su vivienda de la calle Monagas en la población de Upata en La Puerta del Sur de Bolívar. 5 de la mañana. Es la rutina cotidiana de La profesora de Lenguaje y Literatura Carolina Vargas.

Sus dos hijos, ambos menores de edad la acompañan y eventualmente su amiga y también docente Dhyone Darnot, quien esa mañana, mientras estaba listo el café y el desayuno de los niños, agarra un cigarrillo, abrió la puerta que da con el garaje y se puso a fumar.

No pasó mucho tiempo y un grito de Dhyone estremece el pasillo del estacionamiento y Carolina aceleradamente va a verificar que está pasando y es donde observa que tres sujetos forcejeando con su amiga, le propinaron una puñalada y acto seguido ingresan a la vivienda a sembrar el terror y robar todo lo de valor de la casa: Televisor, aires, juegos de vídeos, reproductor, se llevan todo y dejan en medio del miedo y el dolor el cuerpo de Dhyone con senda puñalada en la zona del pulmón que le causó la muerte de forma casi inmediata.

Los malhechores no sólo roban, sino que cegaron la vida la colega de Carolina, quien eventualmente se quedaba a hacerles compañía.

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Huyen del lugar

Consumado el hecho macabro los delincuentes huyen a bordo del un vehículo blanco propiedad de Carolina y allí cargan con los objetos de valor. El vehículo fue abandonado por una zona de Upata llamada El Tanque.

Es posible lo Esteban esperando para hacer trasbordo porque los funcionarios policiales actuantes no encuentran nada valor dentro del vehículo. En cuestión de horas detienen a varios sujetos y el caso es resuelto criminalística y jurídicamente.  Tres adolescentes y tres adultos son llevados a la justicia. Todo parecía resuelto.

Se encontraron los objetos robados, los autores materiales del hecho y son llevados a los tribunales.

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El giro y los abusos

El 18 de abril del año siguiente (2019 ), 9 meses después de los terribles sucesos en la calle Monagas de la apacible Upata, un contingente militar de los comandos rurales acantilados en Upata , allanan , y detienen a la profesora Carolina Vargas por el presunto y absurdo crimen de su amiga, la docente Dhyone Darnot.

La familia de la occisa había jurado vengarse de la muerte y a pesar que ningún elemento de convicción, ningún testigo o alguna prueba la incrimina, fue llevada sin orden judicial y presentada ante un juez.

El Cicpc que investigó el robo, con homicidio estaba sorprendido con la detención de Carolina. También los allegados y el pueblo de Upata, extrañados, sorprendidos, porque la profe Carolina es una persona respetable, querida y trabajadora de la población piarense.

La saña, la maldad y el abuso se hicieron presentes desde ese fatídico 23 de julio. La vida de Carolina daría un giro dramático. Pasó de víctima de robo y asesinato, a ser la mala de la historia y responsable, de los delitos de homicidio intencional y simulación, según el Fiscal Segundo Wilmer Pagola y los jueces de control y posteriormente juicio.

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El juicio rápido y la pandemia

El juicio contra Carolina es una obra maestra de la eficacia parcializada de un sistema judicial inhumano y al servicio de la maldad. En plena pandemia comienza el juicio. Se interrumpió y luego siguió hasta que el 23 de febrero del 2021, la jueza de juicio Graciela Medina la encontró culpable de los delitos de homicidio Intencional y simulación y la condenan a 17 años, 10 meses de prisión.

La celebración del juicio a Carolina de forma rápida, y la ligera apreciación del tribunal, así como esa injusta y absurda condena, hacen presumir que alguien con poderes extraordinarios, más allá de los muros del Palacio de Justicia en Puerto Ordaz, estaría presionando para un resultado de ese calibre.

La hoy occisa tiene parientes con dinero y poder según allegados a la familia de ambas, para acometer el infausto resultado, donde es evidente una sentencia a favor de los familiares de Darnot, obviando, que en la declaración de uno de los niños, de Carolina y los mismos funcionarios que llegaron al lugar, se pidiera evidenciar que se estaba ante un robo con homicidio y que no se pudo probar que la Profesora Carolina tuviera ninguna relación con los delincuentes, que además era su vivienda y habían testigos que relatan que fue lo ocurrido.

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La mano peluda

En tribunales de Puerto Ordaz casi no se celebran juicios. Raramente apertura uno y sigue su curso. En ese sistema de justicia existen montones de expedientes no resueltos, una grave situación de retardos procesales, que ahora la pandemia es la excusa. En control ni se diga. La parálisis del sistema es evidente.

El juicio contra Carolina y esa sentencia tienen que ver con presiones de elementos ligados al poder. Nada justifica que a una persona se le juzgue y condene sin pruebas en contrario.

La comunidad de abogados, los movimientos sociales de defensa de los derechos humanos, el Congreso Bicentenario de los pueblos capítulo Guayana derechos humanos y la comunidad de docentes, junto al pueblo de Upata exigimos la nulidad del juicio contra la docente guayanesa Carolina Vargas.

Es una cuestión de justicia. La mano peluda que mantiene en condición de secuestrada a Carolina, debe parar. Debemos exigir un juicio justo y libertad plena para Carolina.

Más de una Carolina se encuentra detenida en calabozos diversos del país, clamando por el respeto a la dignidad y a una justicia justa.

Notas de Cierre

1. La justicia de Bolivia puso tras las rejas a la ex-dictadora Janine Añez. Le llegó su hora de pagar por tanto daño causado al pueblo boliviano en un corto período. Los pueblos del mundo celebran esa decisión. La derecha extrema, exigiendo que la liberen. Verdugo no chilla.

2. Siguen casi paralizados los tribunales de Puerto Ordaz. La justicia es manejada de forma absurda y peligrosa. Parece que los operadores de justicia están contra el Estado y el gobierno. No dan respuesta, siguen aumentando las privaciones de la libertad sin pruebas suficientes, las audiencias preliminares paralizadas, los juicios iguales y nada funciona, ni la corte despacha. ¡¡Mosca con eso!!

3. Familiares de detenidos conforman un comité en Bolívar para luchar junto al Congreso Bicentenario de los pueblos capítulo Caroní derechos humanos, exigir celeridad, libertad y respeto a los derechos humanos de los procesados. Iremos hasta Caracas porque en Guayana no hay justicia.

4. No es solo el billete de 20 mil que se tratan de eliminar. El salario lo devaluaron el dólar paralelo y la falta de control a la usura de comerciantes y los que cambian bolívar efectivo más caro que transferencia. El problema es que hay una sociedad de cómplices y el perdedor es el más humilde.

Hasta el próximo martes. Dios con nosotros.

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