La verdad siempre aparece
Hoy como nunca los venezolanos vivimos una telaraña comunicacional que no se ajusta a la verdad verdadera.
Son tantas las informaciones vagas, ociosas y mentirosas que oímos y vemos sobre manera en los videos de los celulares sin ningún contenido de interés social, porque ahora ( no todos), el que tiene un celular inteligente, sin ningún conocimiento periodístico y sin ningún grado académico, escribe lo que le da la gana muchas veces por capricho o por jodedera y eso está dañando profundamente a la ciudadanía ávida de información verdadera.
De aquí, sería importante que el Alto Gobierno, el Colegio Nacional de Periodistas y la Asamblea Nacional ( juntos), legislen, hagan o inventen ( como lo dijo Simón Rodríguez), una ley sujeta a derecho que especifique quienes son las personas, organismos gubernamentales y civiles, instituciones, grupos, organizaciones o movimientos sociales, con derecho a escribirle a la ciudadanía con la verdad verdadera por delante, por poner un ejemplo.
Algo tienen que hacer para parar esa chorrera de falsas y malas intencionadas informaciones protegidas hoy por el artículo 57 de la Constitución Nacional.
Esto daña los valores humanos en sentido general, visto que una sociedad desvalorizada por informaciones embusteras, patrañeras, escritas por ningún responsable conocido, es un caos nacional.
No es fácil, pero algo hay que hacer en cuanto a esto, porque la ciudadanía venezolana está por encima de todo y hay que protegerla etc. Etc. La verdad es la verdadera comunicación, sin convencionalismo alguno. Este es realmente el arquetipo de una verdadera comunicación en todos los aspectos.
La verdad es tan real como cualquier otra cosa y debemos siempre sopesar sus incómodas aristas. Todo gira siempre en torno a la verdad, en el caso del periodismo, la ética periodística funge como una especie de tenaza para tomar la verdad en su estado más puro y llevarlo a su destino: La gente.
Evitando siempre que cualquier mano ensucie, Tergiverse o contamine su más pura esencia. En todo caso, la verdad es la columna vertebral no solo del periodismo, sino también de la sociedad en su conjunto.
Sin ella estamos cegados y destinados a cometer los mismos errores de siempre, desconocer a nuestros hermanos necesitados en algún lado de nuestra ciudad, país, continente o planeta, la verdad es el camino y la única motivación, la verdad es lo que merece un mundo tan lleno de mentiras. La verdad aunque sea muy cara muchas veses premia.
En cuánto a nosotros, podríamos estar nadando en un mar de falsedades y preferimos no estar consciente de ello. La verdad es un elemento vital para una sociedad sana.
Ella libera, es independiente, no tiene colores ni untes, es única e irrefutable, nadie es su dueño y solo existe en aquellos que son lo suficientemente valientes, como para tomarla e inyectaría intacta en el papel de un periódico, en un computador o celular y mostraría a la masa y en sus comunicaciones verbales cotidianas. Hay quienes lo han hecho intachablemente toda su vida, a esos, mi más profundo respeto.
Lamentablemente existen muchos elementos crónicamente que utilizan la mentira no solo para dañar la buena reputación de algunas personas, sino para aparentar y decir lo que no es, que viven de apariencias, creyéndose y haciéndoles creer a los demás lo que no son, pobres elementos en pugna perenne con la realidad, con la verdad, que es su enemiga y le temen.
Ella prevalece y siempre aparece aunque tratan de ocultarla. Hasta el próximo.
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