La necesaria gerencia pública
Erradicar sin pausa los vicios de corrupción, clientelismo, nepotismo, etc., que la añeja política estimuló y fomentó hasta convertirlos en emblemas de los ejercicios gubernamentales de la fatídica época, tiene que ser el objetivo prioritario de toda gerencia pública nacional, regional y local que realmente aspire transformar positivamente las cosas y, de esa manera, profundizar constructiva y eficientemente en los cambios sociales y económicos inaplazables, siempre orientados a consolidar con celeridad un óptimo bienestar general para el disfrute de toda la población.
No otro debe ser el buen rumbo del ejercicio revolucionario que se intente con la justicia y rectitud como fieles aliados pero, eso sí, apoyado por un cambio bien radical en la actitud y acción de la gente hacia lo eficazmente productivo.
No basta tener una inclinación positiva “hacia algo”, hay que accionar y ser constructivos para que las cosas sucedan; no sólo es intentar mejorar y quedarse en el propósito, sino hacerlo.
A la inercia y pasividad hay que cerrarles el paso. En este orden de ideas, una clara gerencia pública implica una permanente toma de decisiones acertadas al momento para resolver, básicamente, problemas colectivos con el manejo eficiente de los recursos disponibles y la convicción cierta de que todo conflicto se tiene “casi resuelto” luego de haber analizado oportuno y debidamente.
Para ello, por supuesto, es necesario utilizar el semillero creativo del “pensamiento lateral” y darle uso “perfecto” a la percepción e información, ya que ambas conforman el irreemplazable binomio facilitador para que las decisiones gerenciales garanticen efectividad en el tiempo, de lo contrario se convertirán en las llaves del fracaso.
Además, durante todo el proceso tienen que abrirse espacios participativos y protagónicos para escuchar opiniones diversas y así privilegiar el diálogo interpersonal fructífero, todo enfocado con la franca intención de obtener las mejores soluciones, para las cuales crear “Brigadas” las facilitará.
Muchos son los “gerentes” públicos que no pueden solucionar situaciones rutinarias porque no son capaces de visualizar los verdaderos problemas al ignorar lo que debe hacerse.
De no agilizar correctivos a estos “desconocimientos gerenciales”, se dificultará alcanzar el obligado éxito en el propósito bolivariano de las 3R.Nets en su plausible afán revolucionario de consumar los cambios y transformaciones para avanzar y progresar, sin pausa, hacia nuestro propio socialismo endógeno sin calco ni copia de nadie….al estilo nipón, es decir: “lento para llegar rápido”.
Pero eso sí, todo ello bien articulado con el “misil” 1×10, propulsor de soluciones bien hechas, inmediatas y colectivas, lo que no sólo dará respuesta satisfactoria a los problemas locales sino que obligará a una real sinergia eficaz con el poder popular y al apoyo y seguimiento de control permanente de los gobiernos regional y nacional, donde la óptima gerencia publica descrita es indispensable.
Vainitas en el postre:
Para el mantenimiento preventivo que exige nuestro noble puente Angostura, “los días pasan y se cargan en cuenta”.
La oposición venezolana no sube cerros. (Schemel).
El funesto estado rentista se sepultará definitivamente con la implementación del 1×10 de Buen Gobierno bolivariano en transición hacia el socialismo nuestro, resolviendo entre todos todos los problemas sociales hasta que nadie viva mal..! Otro ejemplo para el mundo!..
Mientras niños mueran, no entiendo la función de la muerte. (Miguel Otero Silva)
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