La Gran Jugada: Wendy Marín a la luz de todos

En una familia donde la mayoría hace deporte es normal que quien no hace la practica por lo menos apoye la disposición de lo que hacen los demás; dicha acción lo pudiera convertir en un deportista pasivo, o en algunos casos quienes lo hacen para recrearse, para salir del estrés, apoyarse en la salud, fortalecer o mejorar algunas capacidades.

También están quienes hacen la práctica deportiva de manera discreta, y en algunos casos apartados de sus familiares, porque creen, que los mismos tendrán la intención de evitar el posible llamado de atención en función de evitar la práctica correspondiente, sobremanera en deportes que siempre se ha considerado que es para que se desempeñen determinadas personas.

Lo antes señalado en algo tiene que ver con la excelente jugadora del fútbol de salón y mejor amiga Wendy Marín, guayanesa, nacida y criada en Doña Bárbara, quienes la conocen como atleta no tienen dudas de su capacidad, su desempeño dentro del rectángulo de juego.

Como jugadora perteneció a una generación, que dentro de la cancha de juego su interés era divertirse, inició jugando en sus primeros años de adolescentes bajo el amparo de algunos familiares que le apoyaban en la práctica deportivo; una situación casi de lógica, ya que algunos de sus familiares hacían deporte de alta competencia.

Solo que, Cristelida Marín, quien es su mamá, luego de las sospechas, se enteró de la práctica deportiva de su hija Wendy por medios de comunicación, eso la encaminó a convertirse a la postre en la fanática número uno del fútbol de salón del estado Bolívar y así apoyar a su hija en los juegos.

El talento de Wendy, como dicen algunos expertos, en sus tiempos de adolescente, juvenil y los inicios de la primera categoría se perdía de vista.

Su calidad como jugadora de fútbol de salón no sólo la conllevó a desempeñarse en favor de su amada Doña Bárbara, una comunidad salonistas por excelencia, sino que enfilo en otros equipos, como es el caso en el quinteto de Caimanes del Orinoco, equipo con el que trascendió las fronteras del estado Bolívar.

Todo ello hasta que dio el paso de convertirse en señora, y madre de la adolescente Crysdy, y el niño Dylan. En paralelo a sus responsabilidades como buena madre de familia siguió la práctica deportiva pero ya en los niveles recreativos.

Quienes conocen a Wendy, saben que desde lo social es un ejemplo de ciudadana, lo demostrado en las canchas de juego, también es del mejor de los referentes fuera de las mismas, una guayanesa ejemplar, es un tanto difícil estar en algún espacio público de la ciudad, que no haya alguien que quiera saludar a Wendy, su carisma, su don de gente la hace sentir de amiga, de decir sin palabras da la impresión de decir aquí estoy para la ayuda.

Esa es Wendy Marín, una de nuestras protagonistas y ejemplo a seguir desde todas las miradas posible. Aplausos de pie para ella, que en todos los espacios a sabido salir airosa, ganadora, superándose a sí misma, esa es Wendy a la luz de todos.

Amigas, amigos será hasta la próxima oportunidad con el favor de Dios, para contacto lo pueden hacer por @Joseceden o por Facebook / José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).

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