José Ferrer Bracho, incansable del futsal

En el universo del fútbol de salón venezolano y latinoamericano, pocos nombres brillan con tanto compromiso y constancia como el del licenciado José Encarnación Ferrer Bracho. Nacido en la calurosa y futsalonera ciudad de Maracaibo, este apasionado del deporte ha dedicado su vida a la formación, preparación y dirección de equipos que han dejado huella en la historia de esta disciplina. Su perfil académico robusto (Magíster en Administración de Educación Básica y Doctor en Educación) no solo lo distingue, sino que potencia su enfoque metodológico dentro y fuera del rectángulo de juego. Ferrer Bracho no improvisa, sino además estudia, se prepara y forma con rigor científico y vocación social.
Su paso por competencias internacionales ha sido una constante de excelencia. Como Preparador Físico de la selección femenina de Venezuela en el Mundial de Reus, España (2008), y luego en la Copa Merconorte de Clubes en Valera (2009), demostró su capacidad para potenciar el rendimiento de las atletas. Pero sería en 2011, con el quinto lugar en el Mundial masculino en Colombia, con el quinteto de Venezuela, donde su experiencia se haría aún más visible. El subcampeonato mundial femenino en Barrancabermeja (2013) con la selección venezolana, junto a la medalla de plata en los Juegos Mundiales de Cali ese mismo año, consolidaron su prestigio como técnico integral. Su disciplina, su visión táctica y su ética profesional empezaron a resonar más allá de nuestras fronteras.
No se trató de logros circunstanciales. En 2014, como asistente técnico en el Panamericano de Selecciones en Cali, alcanzó otro subcampeonato, al tiempo que reafirmaba su lugar entre los estrategas de mayor confianza del Futsal de Venezuela. Su participación en el Mundial de Bielorrusia 2015, nuevamente como asistente técnico del seleccionado venezolano, lo colocó frente a nuevos retos y aprendizajes. Esta experiencia europea le otorgó una visión más global del juego, la cual supo traducir en prácticas de entrenamiento moderno, con fuerte énfasis en la preparación física adaptada y la gestión emocional del equipo.
Desde 2016 hasta 2019, su talento fue requerido en tierras colombianas, donde dirigió al Real Valledupar en la Liga de Fútbol de Salón. En esas cuatro temporadas, el marabino dejó una estela de profesionalismo, carácter y resultados. No era solo un técnico foráneo, era un formador que ganó el respeto del vestuario y la admiración de las gradas. Su liderazgo le permitió dejar una marca duradera en esa liga, promoviendo un estilo de juego dinámico, disciplinado y estratégico. En un país con tradición de grandes entrenadores, Ferrer Bracho supo hacerse un lugar y demostrar que Venezuela tiene talento exportable.
Ya, de regreso a su tierra, José Encarnación Ferrer Bracho dirige al equipo Rómulo Gallegos en la ciudad de Maracaibo, aportando su experiencia internacional al desarrollo local. Su labor trasciende lo táctico, ya que forma jóvenes con valores, inculca el sentido de pertenencia y eleva el fútbol de salón a un plano educativo y humano. Es un referente del deporte nacional que merece ser reconocido no solo por sus logros deportivos, sino por su coherencia ética, su aporte pedagógico y su lealtad a una causa que lo ha definido como profesional y ciudadano. Ferrer Bracho no solo ha hecho historia; la sigue escribiendo, cada día, desde el rectángulo de juego. Amigas lectoras, amigos lectores muchas gracias por su tiempo para con el presente espacio, hasta la próxima con el favor de Dios. Para contactos lo pueden hacer por @Joseceden o por Facebook / José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).
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