Hablemos hoy de: Una Navidad

Resulta complejo hablar de navidad en la actualidad. Como muchas otras cosas, el tiempo ha hecho que importantes celebraciones pierdan su significado, tal es el caso del verdadero sentido de la navidad. No podemos permitir que el ajetreo diario, los compromisos laborales, la infinita carrera detrás del dinero, tal vez la dedicación al estudio como parte de nuestra superación, o por controlar la competencia, los compromisos sociales o de cualquier otra índole, quizás la situación económica que en la actualidad nos afecta, sería una de las principales causas, en fin, toda una serie de elementos que nos han alejado de muchas tradiciones importantes, que nos permiten la reunión y el encuentro con nuestros valores y principios.

Es importante que hagamos una profunda revisión de la situación y retomemos con el verdadero sentido que merecen estas celebraciones, que nos unen y nos recuerdan que como seres humanos, tenemos que darle sentido y valor a la vida desde la perspectiva del encuentro y la unión, principalmente, la familiar.

Como actividad religiosa, la navidad es una celebración espiritual. Más aún, cuando lo que se celebra, es el nacimiento de Jesús el hijo de Dios, quien posteriormente sería entregado para salvarnos. Por tal motivo, representa un conjunto de valores que tiene como fin, sacar a la luz y desde lo más profundo, los verdaderos sentimientos que se albergan en los seres humanos.

Es una época para compartir, para aflorar los sentimientos y valores que como personas tenemos, para reunirnos en familia, para agradecer a Dios por sus infinitas bendiciones, para reflexionar sobre nuestros comportamientos y actitudes ante las personas y la vida, para reconocer los errores y visualizar la manera de corregirlos, para entender que somos integrantes de una misma raza, que debemos perseguir intereses no solo particulares, sino que debemos pensar en el bienestar común, que no podemos andar por el mundo llevándonos por delante a quien se atraviese así tenga las mejores intenciones, que como hijos de Dios merecemos y debemos dar respeto como uno de los valores que permean al resto, que nuestro corazón tiene la capacidad de dar amor, comprensión, empatía, honestidad, solidaridad, amistad, unión, y, que por encima de cualquier interés, debe estar el demostrarnos que somos capaces de ser agradecidos y darle el verdadero sentido a esta fecha tan hermosa, espiritual y de encuentro con nosotros mismos y con quienes forman parte de nuestro círculo más cercano, nuestras familias.

Recordemos que no existe otra época del año que nos brinde la oportunidad de reencontrarnos para abrazarnos, recordar, y vivir momentos mágicos con nuestros padres, hermanos, amigos y familiares en general. Permitamos que nuestro espíritu se llene de la magia de la navidad, y expresemos el amor que llevamos por dentro.

En realidad, es la oportunidad para expresar los más hermosos valores que nos arraigaron en nuestros hogares, que nos invitan a renovarnos y, que nos dice que nuestros sueños de infancia son alcanzables, porque la magia de Dios existe.

En el mundo entero se celebra la navidad, y en cada parte existen diferentes formas de celebrarla. A pesar que es una fecha que ha sido vista como una oportunidad para el comercio, también es cierto que desde el punto de vista religioso, es considerado como el mágico momento que nos permite expresar los valores humanos que en otros momentos nos cuesta hacerlo. Amor, adoración, solidaridad, paz, esperanza, unión, humanidad, aprecio, filantropía, honestidad, tolerancia, compasión, equidad, comprensión, paciencia, gratitud, respeto, armonía, cortesía, prudencia, generosidad, entre otros.

La navidad se representa a través de diferentes tradiciones. El árbol es una de ellas, cuyo significado está relacionado al árbol del paraíso, a la figura de Jesús, y sus hojas como símbolo de vida eterna. Las guirnaldas representan unidad y alegría, la estrella es un símbolo de guía, las bolas son un símbolo de la tentación haciendo referencia a la manzana, y las luces, representan la luz de Jesús que ilumina la esperanza del mundo. El pesebre, Santa y otros.

Precisamente en este momento, la humanidad está buscando esa maravillosa luz para que nos ilumine en el camino correcto a seguir, con todas las tribulaciones que estamos atravesando.

No es fácil hablar de navidad en el medio de una crisis que nos castiga de manera severa. Cada día reflexionamos y pensamos cómo seguir adelante, cómo sortear tantas dificultades, cómo encontrar los recursos para poder adquirir las provisiones necesarias para, principalmente, alimentar a la familia, qué hacer para poder tener una cena de navidad, qué le podemos dar de regalo a nuestros hijos, en general, cómo celebrar la navidad ante tanta adversidad?.

En ese momento aparece Dios y nos dice, sigan adelante que ustedes tienen la capacidad para resolver de buena manera cada una de sus interrogantes. Tengan fe y visualicen una mejor situación. Para lograrlo, hay que trabajar con el mejor esfuerzo y dedicación, con la seguridad y confianza que las cosas mejorarán en la medida en que así lo decretemos, que si puede haber un mejor futuro, que estamos hechos para solventar las crisis, que depende de nuestra voluntad y deseos de salir adelante, que tenemos la fuerza para sobreponernos a la adversidad, que con buena voluntad, trabajo, esfuerzo, seriedad, responsabilidad, dedicación y empeño, encontraremos el camino que nos conducirá a obtener lo necesario, para junto a los seres que más amamos, celebrar una bonita navidad.

Dejemos de quejarnos y sigamos el camino que Dios nos indica. Trabajemos por encontrar lo que necesitamos. Agradezcamos cada ayuda y cada oportunidad. Demos amor desde el corazón, y el universo nos proveerá lo que necesitamos para sentirnos tranquilos y agradecidos. Hoy es un gran día, y le pido a Dios que para el nuevo año, nos regale lo que necesitamos, para que con el mayor esfuerzo y responsabilidad, podamos satisfacer las necesidades de nuestros hogares.

A toda la gente buena y bonita que ocupa el mundo, un gran deseo por una buena y bendecida navidad, y que podamos renovar el espíritu, para que cada día seamos mejores seres humanos, y nos convirtamos en actores del rescate de la humanidad. Dios nos regalará un excelente año nuevo. Amén.

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